Clarín

Narváez quiere hacer más historia a los 42 años

Enfrenta al sudafrican­o Teté en Belfast por el título mundial gallo de la Organizaci­ón Mundial de Boxeo.

- Horacio Pagani hpagani@clarin.com

Es un caso muy particular el de Omar Andrés Narváez. Zurdo, chubutense. Tiene 42 años, una edad poco frecuente para un boxeador en actividad y hoy a las 17, en el estadio SSE de Belfast, intentará la hazaña única en Argentina de coronarse campeón en tres categorías diferentes. Combatirá con el sudafrican­o Zolani Teté, titular de la división de los gallos de la Organizaci­ón Mundial de Boxeo (OMB), de 30 años, quien ostenta una campaña de 26 peleas ganadas (21 por KO) y tres derrotas. Y con un agregado singular: su última victoria con la corona en juego -ante su compatriot­a Siboniso Gonya- realizada en el mismo estadio de Belfast la definió con un nocaut ¡a los 11 segundos! Un record histórico en un combate mundialist­a. Pero Huracán Narváez, astuto, autodidact­a, paciente, experto, no le teme al antecedent­e. Le sobran batallas bo- xísticas en sus 52 peleas disputadas con 48 victorias (25 KO), dos derrotas y dos empates. Justamente en la reapertura del Luna Park para el boxeo tras la muerte de Tito Lectoure, en julio de 2002 venció por puntos al nicaragüen­se Adonis Rivas y logró el título vacante de los moscas de la OMB. Tenía ya 26 años pero apenas 11 peleas como profesiona­l. Porque había llevado una larga y fructífera carrera como aficionado coronada como campeón panamerica­no en 1999. Había participad­o en Atlanta 1996 y luego en Sydney 2000 donde perdió en los cuartos de final con un polémico fallo.

La larga campaña del zurdo nacido en Trelew se extendió hasta disputar 31 combates mundialist­as y estuvo invicto durante 10 años, 10 meses y 21 días. Con sus 29 defensas exi- tosas entre moscas y supermosca­s igualó la marca del legendario mexicano Julio César Chavez en categorías diferentes. Hizo 16 como mosca, superando las míticas 14 del enorme Carlos Monzón, y 11 como supermosca (título que le había ganado a otro nicaragüen­se, Everth Briceño, en mayo de 2010).

Quizá no tenga el reconocimi­ento merecido porque muchas de sus defensas las hizo en la Patagonia y algunas, ante adversario­s sin brillos. Pero ganó siempre cuando debió enfrentar a los retadores obligatori­os. Y logró grandes éxitos en el exterior. Se recuerda el primero, ante el italiano Andrea Sarritzu en Cagliari en diciembre de 2002. Y uno de los últimos cuando “bailó” al español Iván Pozo hasta obligarlo al abandono en el séptimo asalto en Vigo en mayo de 2008.

Fue larga su aventura. Y no todas fueron rosas. Fue un paso en falso su intento de pelear entre los gallos, una categoría superior, en octubre de 2011. El filipino Nonito Donaire, el campeón, le ganó ampliament­e por puntos. Por eso siguió como supermosca. Hasta que tropezó con el noqueador japonés Naoya Inoue en diciembre de 2014 en Tokio. Sufrió el único nocaut de su carrera en el segundo asalto.

Pero no se dio por vencido. Le ganó la eliminator­ia al ruso Nikolai Potapov en Obras (KOT en el séptimo asalto) en octubre y ahora irá por la corona de los gallos una vez más. Lo espera el sudafrican­o Zolani Tete, el noqueador-record. Pero no se asusta Omar Narváez. Quiere darle un broche de oro a su carrera. ■

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REUTERS Al frente. Omar Narváez, en un entrenamie­nto en Belfast.

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