DIEZ CONSEJOS
1. Control médico periódico.
Es vital y no importa la edad. Cuando se le exige al cuerpo, se debe saber que está en buenas condiciones, sin ponerse en riesgo.
2. Elongar a conciencia.
Si se descuida la elongación, los músculos, tendones y ligamentos quedan sobrecargados luego de correr y se predispone a las lesiones. Es necesario volverlos a su posición de reposo. Como mínimo se debe hacer 15 minutos de elongación luego de cada sesión.
3. Correcta entrada en calor.
La finalidad es, mediante un trote muy suave y a bajas pulsaciones (menor a 120 latidos por minuto), aumentar la circulación de sangre. Se requiere15 minutos. Si no se le da importancia a este proceso pueden aparecer contracturas musculares, desgarros o tendinitis.
4. Vuelta a la calma.
Es tan importante como la entrada en calor. Es un proceso que generalmente se saltea por falta de tiempo. Nunca hay que bajar abruptamente la intensidad del ejercicio. Se la debe disminuir en los últimos 15 minutos a un trote suave.
5. Comer bien.
La mejor manera de alcanzar un estado nutricional adecuado es incorporar una amplia variedad de alimentos a la dieta diaria.
6. Hidratarse.
● El concepto principal es iniciar y terminar el entrenamiento con el mismo nivel de hidratación. Se debe ingerir líquido antes, durante y después de correr. Hay que ingerir por lo menos medio litro de bebida deportiva antes de iniciar la actividad, dos a tres sorbos cada 15 minutos durante y otro medio litro después.
7. Dormir bien.
Mínimo 8 horas en caso de los adultos y 10 horas en los adolescentes.
8. Seguir un plan.
Intensidad, velocidad y frecuencia deben estar planificada a largo plazo por un entrenador.
9. Técnica.
Hay vicios de técnica adquiridos en la infancia. Es clave que un entrenador indique la técnica y corrija estos pequeños detalles para evitar lesiones como tendinitis, fascitis o dolores articulares.
10. Calzado.
Se debe utilizar un calzado adecuado al tipo de pisada y peso corporal.