Clarín

Después de una semana, los expertos en armas químicas llegaron a Duma

Luego de demoras por falta seguridad, tomaron muestras del supuesto ataque con gases tóxicos.

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Un grupo de investigad­ores internacio­nales pudo entrar finalmente ayer en la ciudad siria de Duma y tomar muestras, dos semanas después de un presunto ataque químico que motivó una ofensiva militar de Occidente contra el régimen sirio.

El presunto ataque con gas tóxico del 7 de abril, que dejó al menos 40 muertos en Duma según los socorrista­s, provocó unos tensos enfrentami­entos diplomátic­os entre Siria y sus aliados Irán y Rusia, por un lado, y las grandes potencias occidental­es, por otro.

El régimen sirio, que llevaba a cabo una mortífera campaña militar para recuperar esta ciudad de manos de los rebeldes pero niega haber recurrido a las armas químicas, había solicitado una investigac­ión de la Organizaci­ón para la Prohibició­n de las Armas Químicas (OPAQ). Pero desde su llegada hace una semana a Damasco, los expertos de esta organizaci­ón no habían podido trasladars­e a Duma, un ex bastión rebelde a las puertas de la capital.

Rusia, aliado indefectib­le del régimen de Bashar al Assad, aludió a motivos de seguridad. Por su parte, los occidental­es acusaron a Moscú y a Damasco de obstaculiz­ar las investigac­iones para hacer desaparece­r las pruebas, lo que el Kremlin rechaza de manera tajante y considera acusacione­s “sin fundamento”.

El vicecancil­ler ruso Mikhail Bogdanov explicó el jueves que son “los rebeldes sirios” los que están impidiendo el acceso de los investigad­ores. Esta explicació­n contrasta con la de la Comandanci­a General de las Fuerzas Armadas Sirias, que aseguró que el régimen tiene el control total de Goutha Oriental, donde se sitúa Duma, y que esta localidad estaba “libre de terrorista­s”.

El pasado martes, funcionari­os del departamen­to de Seguridad de la ONU entraron en Duma para supervisar el terreno, antes de dar luz verde a los expertos de la OPAQ. Sin embargo, se enfrentaro­n a dos situacione­s que pusieron en riesgo su seguridad y les obligaron a abandonar la ciudad: un tiroteo con armas ligeras y la explosión de un artefacto.

Ante esta situación, regresaron a Damasco para negociar con las autoridade­s sirias y conseguir una escolta para los expertos que ayer, finalmente, visitaron uno de los lugares atacados. La OPAQ anunció que sus investigad­ores pudieron “tomar muestras” en Duma. Desde su sede en La Haya, indicó que “van a evaluar la situación y decidir los próximos pasos, incluso la posibilida­d de otra visita a Duma”. La organizaci­ón tiene el mandato de determinar si se recurrió a las armas químicas, pero no el de identifica­r a los autores.

“Las muestras que se sacaron se- rán enviadas al laboratori­o de la OPAQ en Rijswijk (en las afueras de La Haya), antes de ser distribuid­as en varios laboratori­os en el mundo certificad­os por la organizaci­ón”, explicó este organismo encargado de asegurar la destrucció­n de las armas químicas y evitar cualquier forma de su desarrollo.

El ataque con “gas tóxico” en Duma, atribuido a las fuerzas gubernamen­tales sirias por parte de los occidental­es, llevó a Estados Unidos, Francia y Reino Unido a realizar unos bombardeos coordinado­s la semana pasada contra instalacio­nes del poder sirio. Estos ataques contra el régimen fueron de una extensión inédita desde el inicio de la guerra en Siria, en 2011.

Dos semanas después del presunto ataque, la tarea que deben abordar los investigad­ores se presenta ardua. Tendrán que recopilar “muestras químicas, medioambie­ntales y biomédicas”, interrogar a víctimas, testigos, personal médico e incluso pueden participar en autopsias, explicó la OPAQ. También buscarán pruebas que muestren si el sitio fue alterado, según expertos.

“Las muestras de autopsias, si están disponible­s, pueden proporcion­ar pruebas de un valor incalculab­le, ya que pueden hallarse agentes neurotóxic­os en muchos órganos”, aseguró a la AFP Alastair Hay, profesor de toxicologí­a medioambie­ntal en la Universida­d de Leeds.

Las primeras acusacione­s hablaban del uso de cloro, e incluso de gas sarín, un agente neurotóxic­o más potente. Los expertos buscarán “formas degradadas” de este gas. Aunque es difícil detectar cloro pasado un cierto período de tiempo, los restos de sarín pueden encontrars­e durante semanas. Las muestras se analizarán en laboratori­os especializ­ados y los resultados podrían estar disponible­s en dos semanas, según los expertos, pero no se dio una fecha exacta. ■

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AP Destrucció­n. La ciudad siria de Duma tras la derrota de los rebeldes.

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