Un incidente cerca del palacio real causó alarma en Arabia Saudita
Un confuso episodio se vivió ayer en Arabia Saudita cuando las fuerzas de seguridad derribaron a tiros un dron “no autorizado” que sobrevoló peligrosamente el Palacio Presidencial en la capital, Riad.
El hecho ocurrió cerca de las ocho de la noche y despertó todo tipo de hipótesis en las redes sociales, que rápidamente difundieron fotos y videos de los disparos.
Los sauditas especularon tanto con un ataque terrorista a la Casa Real como con un presunto intento de golpe de Estado contra el rey Salmán bin Abdulaziz, versiones que fueron desmentido rotundamente por la monarquía.
Al parecer un puesto de control en el barrio de Chusami, cerca del Palacio Presidencial, detectó el vuelo del dron -que sería pequeño-, y comenzó a dispararle hasta derribarlo, aplicando el protocolo de seguridad.
El temor de los ciudadanos sauditas no es infundado, ante la ofensiva que el reino despliega en el vecino Yemen contra los rebeldes hutíes para restablecer el gobierno del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi.
En Yemen, los insurgentes shíitas y sus aliados han utilizados drones que transportaban bombas para luchar contra la coalición liderada por Riad. Arabia Saudita acusa a Irán de haber suministrado esos drones, así como armas ligeras y misiles balísticos a los rebeldes, algo que Teherán ha negado.
La intervención saudita en Yemen comenzó el 26 de marzo de 2015, luego de que los hutíes tomaran extensos territorios, incluyendo la capital, Sanaá. Desde entonces, unos 10.000 yemeníes han muerto y más de 50.000 han resultado heridos, guerra que ha sido calificada por la ONU como la mayor catástrofe humanitaria del mundo.
Los rebeldes siguen controlando la capital, el norte de Yemen, zona que limita con Arabia Saudita, y Adén, el puerto más grande. Hadi se encuentra exiliado en Arabia Saudita.
La monarquía, además, está inmersa en un crítico proceso de reformas culturales que intenta flexibilizar la rígida doctrina islámica que gobernó hasta ahora este rico país petrolero del Golfo Pérsico. El artífice de estos cambios es el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, quien viene promoviendo también una apertura económica del país, para cambiar su matriz de producción.
El miércoles pasado, por ejemplo, se inauguró el primer cine del país después de más de 35 años. Por otra parte, a partir de junio, la monarquía permitirá a las mujeres conducir automóviles, un hecho de alto simbolismo político. El país era el único del mundo donde las mujeres lo tenían prohibido.
Con ayuda de su padre, el rey Salman, el príncipe Mohamed logró de esta forma obtener la aprobación de muchos de los numerosos jóvenes saudíes que reclaman la modernización del reino. Pero al mismo tiempo ganó enemigos entre los sectores más conservadores y religiosos, que ven con recelo el camino elegido por el futuro monarca. Varios de ellos están presos actualmente, como parte de una purga interna. ■