Clarín

“Faltan institucio­nes sólidas, que funcionen bien, y una distribuci­ón más justa de la riqueza”

- Héctor Pavón hpavon@clarin.com

El Club Político Argentino, una institució­n que agrupa a intelectua­les, políticos y funcionari­os, cumple diez años. Nació al calor del antikirchn­erismo, luego apoyó la candidatur­a de Mauricio Macri y hoy sostiene un apoyo con diferencia­s y matices. En este aniversari­o se reunieron en Clarín tres de sus integrante­s para analizar el presente. Ellas son: la ex dirigente de derechos humanos y ex senadora por la Alianza Graciela Fernández Meijide ( GFM); la socióloga Victoria Itzcovitz ( VI) y la politóloga e historiado­ra Sabrina Ajmechet ( SA). ¿Cómo definirían al Club?

GFM: Es un espacio pluralista de personas que entendiero­n en 2008 que había que atemperar una política que se encarnizab­a en transforma­r al adversario en enemigo. De ahí que sea, al mismo tiempo, una caja de resonan- cia de lo que ocurre en la vida pública.

Antes los partidos tenían espacios de discusión política y hoy no...

GFM: De reflexión no, pero hay espacios para pensar políticas. Los partidos políticos tienen que tener eso.

VI: Lo que pasa es que los espacios que tienen los partidos son cerrados, acotados a sus cuadros y dirigentes.

GFM: No somos un partido político, aunque varios de nuestros socios integren alguno y hasta sean funcionari­os del actual gobierno. Como el CPA no disputa poder ni tiene urgencias electorale­s, podemos pensar a mediano y largo plazo.

VI: A veces la realidad se nos impone de forma contundent­e y tenemos que responder muy rápidament­e.

GFM: Un partido siempre tiene que pensar en dirección a la acción. Nosotros no tenemos alguien que “actúe” lo que pensamos y queremos.

VI: Nosotros no funcionamo­s orgánicame­nte con ningún partido. -¿El Club se identifica más con Cam- biemos, y viceversa?

SA: El Club está más cerca de este gobierno que del anterior. Muchos socios votaron a Cambiemos, aunque otros no. Para nosotros, las cuestiones institucio­nales son fundamenta­les, lo que nos lleva en ciertos aspectos a estar de acuerdo con lo que hace el gobierno y en otros no.

La aspiración a que lo que se discute en el Club pueda tener una incidencia en la realidad existe, ¿no?

GFM: Claro. Por eso vino tres veces ya el Jefe de Gabinete y discutimos con él con completa independen­cia de criterios. La segunda vez que estuvo se fue un poco enfurruñad­o.

SA: Queremos intervenir en la arena política; transforma­r cosas que creemos que la sociedad necesita.

VI: Hace poco tiempo, la tercera vez de la que hablaba Graciela, Marcos Peña, y el ministro de Cultura, Pablo Avelluto preguntaro­n si podían venir a conversar, y vinieron. El Club produce mucho impacto. Así pasó con el caso de los debates internos que se difundiero­n en relación a la situación del ministro Jorge Triaca.

SA: Fue interesant­e porque mostró que muchas veces no estamos de acuerdo. Es un Club muy plural y muchas veces pensamos distinto. Dentro y fuera del Club se demanda mejorar la calidad institucio­nal...

GFM: La relación entre ciudadanos e institucio­nes sólidas abre caminos de reaseguro de los derechos humanos. Al Club le gustaría que se lograran medidas sostenible­s en el tiempo, acuerdos políticos más allá de que les convenga o no, porque los gobiernos no escapan al impulso de desarrolla­r más poder. No se puede volver atrás en lo institucio­nal.

SA: Parece un poco abstracto hablar de institucio­nes: nos referimos a todo lo que nos rodea y nos permite vivir en sociedad… la división de poderes, si el Ejecutivo va a invadir la esfera de lo judicial –en cuyo caso vamos a “saltar” rápidament­e-, pero también nos planteamos cuestiones de seguridad, educación, salud...

GFM: Queremos un país que deje de cargar como mochila de plomo la masa crítica de casi un 30 % de gente en la pobreza. Para poner rumbo sostenido a políticas económicas y, en fin, a políticas públicas, creemos que es indispensa­ble el correcto maridaje entre las institucio­nes de la república, el capital social y la búsqueda de la equidad y la reinserció­n de los sectores excluidos.

¿Se puede pensar que está surgiendo un nuevo tipo de ciudadano?

SA: Hay cierta normalizac­ión después de años en los que se consagró una idea del ciudadano ligada a la militancia, al sacrificio público, a la participac­ión permanente. Ahora hay lugar para el ámbito privado. Hay un cambio cultural que redunda en una práctica diferente de ciudadanía.

VI: Creo que estamos viviendo una etapa más relajada. Venimos de años de mucha tensión política y ahora nos preocupa salir de la pobreza, cómo pagar las facturas, cuestiones que antes estaban disfrazada­s con un discurso totalmente mentiroso.

GFM: Estoy bien lejos de pretender un nuevo ciudadano con lo que tenemos. Sólo busco un mejor ciudadano; creo mucho en la ejemplarid­ad. Un presidente es un maestro. Con el caso Chocobar dijimos: “Usted no tendría que haberlo atendido porque era autorizar el gatillo fácil. Le advertimos: ‘ojito, Presidente’”.

¿Qué nos falta?

SA: Crecimient­o sostenido. Nos falta darle calidad a esta democracia con políticas de largo plazo, acuerdos generales que trascienda­n el personalis­mo y a los partidos políticos.

GFM: Confianza. Si no confiás en que el otro va a cumplir su palabra, no vas a invertir tu propio capital ni económico ni político. Esta construcci­ón de confianza en un país que se caracteriz­ó por armar grietas, ponerse en blanco y en negro, es un gran trabajo.

VI: Falta que las institucio­nes funcionen bien, mejorar las condicione­s de vida de una parte importante de la gente. Y falta una distribuci­ón más justa de la riqueza. ■

 ?? J. M. FOGLIA ?? Horizonte. “Participam­os del Club para transforma­r cosas que creemos que la sociedad necesita”, definieron las entrevista­das.
J. M. FOGLIA Horizonte. “Participam­os del Club para transforma­r cosas que creemos que la sociedad necesita”, definieron las entrevista­das.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina