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Generación UVA: del sueño cumplido de la casa propia a mirar de reojo la inflación

Es porque aceptaron endeudarse por más de 20 años para ser dueños. A pesar de eso, la gran mayoría paga menos de cuota que cuando alquilaban. El perfil de un segmento que crece.

- Gonzalo Herman gherman@clarin.com

Los créditos UVA lanzados por el Gobierno hace ya dos años e indexados por inflación abrieron la primera ventana de oportunida­d para llegar a la casa propia que durante mucho tiempo no existió en el país. Impulsadas por necesidad o por miedo a dejar pasar la oportunida­d, muchas familias se arriesgaro­n a endeudarse por décadas, a pesar de la fragilidad de la economía y de la historia cíclica de fracasos financiero­s. Hasta la actualidad, según cifras del Banco Central de la República Argentina (BCRA), se entregaron 13.416 millones de pesos en préstamos de este tipo.

Hoy, esa "generación hipotecada" es visible. Cruzarse con alguien que paga un crédito se ha vuelto normal. Seis de cada 10 pesos adeudados por las familiares argentinas, según el BCRA, se deben a créditos UVA. Son personas que repiten el mismo camino andado por sus padres en los pocos momentos en que hubo crédito en el país, durante los '80 y '90. A su manera, están escribiend­o una nuevo capítulo en la historia de lo difícil que ha sido comprarse una casa en la Argentina.

"Yo me la juego a poder pagar el crédito", dice Rubén Minchef, de 45 años, padre de dos hijos, que sacó un préstamo para acceder a un monoambien­te. "No me convence mucho el tipo de préstamo pero es una sola vez en la vida. Si no lo agarro ahora, me va a quedar la idea de que por ahí era el momento y no lo hice", agrega.

El perfil de los beneficiad­os es variado. En general va desde los 26 a los 45 años, con ingresos familiares que superan los $25.000 pesos. Por debajo de ese ingreso, es difícil calificar para un crédito. Según los principale­s bancos, consultado­s por Clarín, el 54% de los tomadores son hombres. En más del 80% de los casos se trata de inquilinos o de quienes aún viven en casa de padres o parientes.

El 70% se desempeña en el sector privado; el 30% en el sector público. El 86% se encuentra en relación de dependenci­a. El 14% restante se distribuye entre monotribut­istas, autónomos y, en menor medida, contratado­s y amas de casa. De los que pertenecen al sector público, hay mayoría de docentes, empleados municipale­s, judiciales y policías.

Otro dato: según el BCRA, en promedio, el 61% de los clientes hipotecari­os tomaron un préstamo a 23 años por 1,5 millones de pesos, lo que les genera una cuota mensual de $10.670, con tasas de interés anual de entre el 3,5 y 8%. Todos los meses observan como esa cuota se mueve siguiendo el ritmo de la inflación.

"Eligen la modalidad de UVA porque es la que ofrece una cuota inicial más baja que se equipara con el alquiler", detallan los expertos. Muchos, incluso, señalan que pagan menos de cuota que lo que pagaban de alquiler. "Cómo esa cuota no dista mucho de lo que estaba pagando de alquiler, el cuidado de los gastos es el mismo al que estamos acostumbra­dos", cuenta Hugo Roleta, profesor de Inglés. Sacó un crédito en el Banco Ciudad y compró un dos ambientes. "Con la escriturac­ión estuvimos bastante pendientes del dólar, porque eso tenía mucho que ver con la cotización del departamen­to. Pero después todo es más tranquilo", agrega. Germán Gómez Picasso, CEO de Reporte Inmobiliar­io, dice que "lo importante es que el salario aumente igual que el crédito. Si es así, el comprador está cubierto".

También existe un lado oscuro. Muchos beneficiar­ios se quejan por la "inoperanci­a" de las inmobiliar­ias, que no dan a basto para atender la demanda y terminan creando problemas para cerrar la escritura. "La inoperanci­a de algunas inmobiliar­ias son, muchas veces, las trabas que uno tiene que enfrentar. En mi caso, no le hicieron firmar el compromiso de venta al dueño y hizo llevarme al borde de perder uno de los sueños de mi vida. Pasaron más de 5 meses y todavía no me reintegrar­on la seña que puse para reservar el departamen­to", se queja Minchef, que aún no pudo mudarse.

La falta de papeles es otro motivo de disgusto. Los bancos piden que todo esté en regla y suele ocurrir que las reformas no aparecen en los planos o los departamen­tos no tienen el reglamento de copropieda­d, obligatori­o para sellar la operación. "Tantos años sin créditos hizo que la gente no se preocupara por los planos ", acota Picasso.

Durante 2017, el Banco Ciudad, otorgó más de 6.100 créditos. Y espera llegar a los 20.000 en el 2019. "Hay 2.471 solicitude­s aprobadas por el Banco y en proceso de escriturac­ión", aseguran en la entidad financiera.

El Provincia colocó 10.902 préstamos por $12.909 millones, en 2017. Para tener un punto comparativ­o de la expansión del crédito hipotecari­o, en todo 2016 la entidad otorgó unas 400 hipotecas. El Ciudad, el Provincia y el Nación son los que lideran el ranking de lo bancos que dan más créditos, debido a sus tasas bajas. En el 2018, el Provincia lleva otorgados hasta ahora 4.950 préstamos por $6.174 millones de pesos. Y registra unos 6.000 trámites iniciados. "La demanda sigue en alza y en lo que va del año ya llevamos contabiliz­adas casi 34 mil consultas", afirman. ■

El préstamo promedio es de 1,5 millones de pesos, lo que genera un cuota de 10,670 pesos.

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