Clarín

Un cura denunció los abusos de Ilarraz y renunció al ver que la Iglesia no actuaba

En 2010 José Dumoulin elevó un escrito a sus superiores. Cansado de no ser escuchado, en 2015 dejó los hábitos.

- Erico Vega santafe@clarin.com

Quitarse de encima veinte años de vocación fue una decisión difícil para José Dumoulin. Pero no lo dudó. Como sacerdote, había intentado luchar desde adentro de la Iglesia contra los abusos sexuales. Le habían llegado los testimonio­s en primera persona de las víctimas del cura Justo José Ilarraz, que ahora es juzgado por 7 denuncias en Paraná. A mediados de 2010, él mismo gestionó presentaci­ones en busca de respuestas jerárquica­s que nunca llegaron. “La historia comienza con la decepción, con este tema de Ilarraz”, inicia la charla con Clarín el ex cura que este lunes puede complicar aún más la situación de Ilarraz tras su declaració­n. “La Iglesia sigue ocultando porque muchos sacerdotes y obispos están sucios y están comprometi­dos con estas cuestiones delictivas”, critica uno de los principale­s impulsores de la causa Ilarraz.

“Hubo muchos idas y vueltas, la relación mía con el Obispo (Maulión) se fue tensando, sentía que otros curas me hacían un vacío. Y eso fue desgastand­o todo hasta que en 2015 me alejé definitiva­mente. Era una cuestión difícil de llevar”, agrega el ex sacerdote, que en medio de las presentaci­ones internas fue trasladado a Villaguay, lugar donde finalmente decidió dejar los hábitos.

Allá por septiembre de 2010, un grupo de ocho sacerdotes, entre e- llos Dumoulin, dio a conocer al arzobispo de Paraná de esa época, Mario Luis Bautista Maulión, un escrito donde exponían su “gran preocupaci­ón a los abusos cometidos por sacerdotes a menores confiados a su ministerio (…) sobre todo la creciente notoriedad que uno de los casos está teniendo en nuestra parroquia, el del P. Justo José Ilarraz”, explica la carta a la que Clarín tuvo acceso.

“En su momento, con el cambio de Obispo –llegó Puiggari (el actual) y se fue Maulión- se le advirtió antes que se hiciera cargo que nos dé una pronta solución. Pasó 2011, 2012 sin respuesta. Pero en ese tiempo llegó a entrevista­rse con víctimas para manipularl­as… Ilarraz seguía siendo cura que era lo que ninguna víctima quería”, explica.

-¿Pudo hacer más desde adentro o desde afuera, como ahora, acom- pañando a las víctimas?

-Sin dudas que mi compromiso con las víctimas iba a seguir estando desde adentro y desde afuera. Tal vez desde adentro uno puede hacer otras gestiones, pero el desgaste era enorme y el cambio no se iba a dar debido a las actitudes y formas de proceder que tienen el obispo y sacerdote, ellos tenían una postura definida y hoy lo siguen manteniend­o. No actúan como lo deben hacer. Entonces es muy difícil desde adentro dar una lucha cuando alguien se cierra y no quiere ver por dónde va la cosa. Por eso mi decisión de continuar por fuera, de acompañar a las víctimas para que se haga justicia, siguió con la misma intensidad y compromiso.

-¿Por qué cree que la Iglesia oculta este tipo de casos?

-La Iglesia oculta por temor a que la gente cambie la postura que tiene hacia la Iglesia, que la tiene muy bien catalogada por las cuestiones de moral. Si este tipo de casos sale a la luz es como un contramens­aje, tiene miedo del escándalo y una repercusió­n negativa y de que fieles se alejen. El temor a mostrar una Iglesia tal cual es. Por otro lado, muchos sacerdotes y obispos están sucios y están comprometi­dos con estas cuestiones delictivas, reconocerl­as sería ponerse en evidencia.

-¿Nota un giro con respecto a este tema en el último tiempo?

-Queda en el plano del discurso, no hay giro real por parte de la Iglesia, creo que todavía se mantiene el tema del marketing pero no de las acciones reales. En Chile, el Papa reconoció que se equivocó por informació­n no real, por lo tanto hizo un juicio apresurado sin fundamento,

pero no hay un hecho concreto que demuestre que se ha cambiado la actitud. Quedamos en lo discursivo, en el plano de la reflexión teológica y seguimos distanciad­os de la realidad. Hasta que no se pongan al frente de la batalla y den testimonio y lleven a la justicia otros casos no hay un cambio firme.

José declarará hoy, en la tercera jornada del juicio. También lo harán otros cinco sacerdotes en actividad. “Uno espera que sean sinceros, que no sean manipulado­s. Pero intuyo que serán declaracio­nes superficia­les porque alguno de ellos declararon en la investigac­ión interna que se realizó en la Iglesia en el 95, y allí aparenteme­nte habrían manifestad­o ser víctimas pero que en ningún momento declararon como tal, como que han perdido la memoria". ■

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JOSÉ ALMEIDA Crítico. “Muchos sacerdotes y obispos están sucios y no actúan como deben”, dice Dumoulin.

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