Masiva marcha en Managua contra la represión ordenada por Ortega
Miles de personas se movilizaron en la capital de Nicaragua. Acusan al gobierno por los 30 muertos.
Miles de personas marcharon ayer por el centro moderno de Managua para manifestarse “por la paz” y contra la represión desatada por el gobierno del presidente Daniel Ortega, luego de que los primeros cinco días de protestas civiles dejaran al menos 30 muertos, 428 heridos, y más de 100 personas arrestadas o desaparecidas.
Los manifestantes, en su mayoría empleados e inversionistas, acudieron al llamado realizado por el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), para reclamar por “la paz y el diálogo”. La mayoría de personas asistió vestida de blanco, portando la bandera de Nicaragua. Otro grupo se manifestó con camisas negras, por el luto de los estudiantes muertos o desaparecidos durante los enfrentamientos contra grupos, que parte del sector privado se lo atribuyen a los “paramilitares”. Globos de color blanco y negro también dominaron el paisaje de la marcha.
La manifestación se da en medio de un ambiente tenso, incluso luego de que el presidente Daniel Ortega anulara las medidas de seguridad so- cial que desencadenaron las protestas.
Los manifestantes insisten en que las medidas de seguridad social solamente fue la gota que derramó el vaso, después de 11 años de administración “orteguista”, en la que señalan al Gobierno de “corrupción, indolencia, represión, autoritarismo, abuso de poder, fraudes electorales”, entre otras acusaciones.
La reforma al sistema de pensiones que administra el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) fue firmada el 16 de abril y publicada en La Gaceta (diario oficial) dos días después, ese mismo día estallaron las protestas. Frente a la oposición general que despertó la reforma, Ortega anunció el domingo que la medida había sido revocada por una resolución de la directiva del INSS.
Las medidas buscaban “mejorar el balance financiero del sistema de pensiones” para enfrentar un déficit de más de 76 millones de dólares, explicó el INSS. La reforma habría aumentado de 19% a 21% el aporte patronal al régimen de seguridad integral, que abarca invalidez, vejez, muerte, enfermedad y maternidad. Posteriormente tendría aumentos graduales hasta alcanzar 22,5% en 2020.
Las cotizaciones de los trabajadores se habrían incrementado de 6,25% a 7% sobre el salario mensual, mientras que la cuota del Estado aumentaba de 0,25% a 1,25%. El INSS también debía deducir a los jubilados 5% de su pensión para cubrir su atención médica.
Según los estudiantes que iniciaron las manifestaciones el 18 de abril pasado, el INSS ha sido saqueado por el gobierno del presidente Ortega, que lo ha usado para financiar todo tipo de gastos, incluso personales.
“Antes de Ortega el INSS operaba con superávit, hoy estamos con déficit”, comentó el estudiante Clifford Ramírez, de la Universidad Tomás Moro, que participó desde el inicio de las protestas.
Datos oficiales indican que el instituto mantenía hasta 2007 un superávit de más de 32,6 millones de dólares al cambio actual, cifra que se convirtió en un déficit de más de 76 millones de dólares a la fecha.
El aumento en las contribuciones al INSS generó una ruptura del gremio empresarial con el presidente Ortega, a quien había respaldado desde que volvió al poder en 2007. “El proceso seguido ante las reformas del INSS representa para el sector privado una señal sobre temas económicos que provoca desconfianza y cuestiona el modelo de diálogo y consenso constitucional vigente”, indicó el poderoso Consejo Superior de la Empresa Privada en un comunicado.
El gremio empresarial advirtió que los cambios atentan contra el crecimiento económico y la generación de empleo en Nicaragua, uno de los países más pobres del hemisferio.
Ortega invitó el sábado al sector privado a dialogar sobre la reforma, pero el Cosep condicionó su participación al fin de la represión, la liberación de manifestantes detenidos, y a un diálogo inclusivo que abarque otros sectores de la sociedad. ■