Antes de la Copa, Gallardo tiene buenas señales de los recambios
El equipo B que goleó a Arsenal garantiza el refuerzo de los titulares justo antes del partido clave con Emelec.
La goleada contra Arsenal dejó señales positivas para Marcelo Gallardo. Después de varios partidos, el entrenador volvió a poner un equipo alternativo, teniendo en cuenta que River venía de Ecuador y que el jueves volverá a enfrentar a Emelec, esta vez como local. Y una cuestión para remarcar: hay recambio. Sí, en Núñez ya no se habla, como en otros momentos del ciclo del Muñeco que faltan jugadores suplentes que estén a la altura de las circunstancias.
River tiene futbolistas con mayor jerarquía en el banco de suplentes. Esta situación queda expuesta por ejemplo en que hasta hace pocos meses jugadores, como Auzqui o Rossi, por citar dos casos, eran los primeros recambios y en ahora son suplentes en el equipo alternativo.
De los suplentes que fueron titulares en Sarandí, Gallardo cuenta con un rico material para aprovechar. Si bien hay jugadores que aún tienen rendimientos por debajo de lo que pueden mostrar, pueden levantar sus niveles en cualquier momento. De los que jugaron el domingo, empezando de atrás para adelante, en defensa tiene a un marcador central como Martínez Quarta que era titular y antes del caso de doping era una de las joyitas. A Lollo aún consideran que pueden recuperarlo; Mayada siempre es una rueda de auxilio y Casco en algún momento fue titular.
En la mitad de la cancha Zuculini se está afianzando cada vez más para ser una alternativa de Ponzio; el pibe Palacios viene creciendo; Rojas en algún momento fue una pieza esencial y, ahora, está volviendo luego de una larga lesión; Quintero es diamante en bruto. En tanto, en el ataque aparecen Scocco, que hasta hace poco fue titular y goleador y Borré, que le pelea el puesto a Mora.
“Había jugadores que no tienen el ritmo de competencia que los que vienen jugando, pero estuvieron bien. El equipo no se diferenció mucho con el que viene jugando”, afirmó Gallardo. El Muñeco sonríe. Ya nadie puede reclamarle por el recambio. ■