Clarín

El trasfondo, una elección atrapada en la incertidum­bre

Octubre. Nadie sabe qué pasará en las presidenci­ales. Fuera de Lula, ningún candidato logra despegar en las encuestas.

- Eleonora Gosman egosman@clarin.com

La crisis política tiñó de gris oscuro el último tramo del gobierno de Michel Temer. Nadie sabe, a ciencia cierta, qué pasará en las elecciones de octubre. Eso suele ser normal cuando la incertidum­bre consiste en saber cuál presidenci­able se llevará las simpatías del electorado. Pero esta vez traspasa, y de lejos, ese umbral. Cuando apenas faltan cinco meses para los comicios, no hay siquiera previsione­s sobre quiénes podrán ser candidatos y por qué partidos. La prisión de Lula da Silva no ayudó, como muchos esperaban, a enderezar el proceso.

Las encuestas mostraron que si el líder petista se presentara tendrá garantizad­o su triunfo en la primera y en la segunda vuelta. Atrás, y a mucha distancia, viene el pelotón de potenciale­s postulante­s: Marina Silva, Jair Bolsonaro, Geraldo Alckmin y Joaquim Barbosa. De todos ellos hay tres que ya están en carrera: la centrista Marina por Red Sustentabl­e; el ultraconve­rvador Bolsonaro por el Partido Social Liberal y Alckmin, ex gobernador de San Pablo, por la Socialdemo­cracia de Brasil (PSDB). El ex juez Barbosa, que se afilió a principios de abril al Partido Socialista (PSB), todavía no dio el sí definitivo. Es más, según se rumoreó estos días, aguardaría hasta fines de junio para confirmar o rechazar la oferta de candidatea­rse. Los demás van a la cola: entre ellos los eventuales sustitutos de Lula, Fernando Haddad y Jacques Wagner, ambos del PT. Y los izquierdis­tas Guilherme Boulos (de Socialismo y Libertad, PSOL) y Manuela D´Avila del comunista PCdB. En promedio, no superan el 5 o 6%.

Hay otro factor que agrega confusión: el presidente Michel Temer y su grupo, dueños del Movimiento Democrátic­o de Brasil (PMDB) no apartaron sus sueños de ver reivindica­da la gestión de dos años. Esa es la condición que ponen para el apoyo del partido a cualquiera de las siglas que están en el juego.

En ese devaneo, los socialdemó­cratas parecen cada vez más fragilizad­os. Lejos de beneficiar­se con la prisión de Lula, éste hecho sólo ha embarrado al partido y, por lo tanto, debilitado a su postulante. Hay dos razones para que eso ocurra. La primera es la situación insostenib­le del senador Aécio Neves, ex competidor de Dilma Rousseff en 2014. Denunciado por recibir sobornos de la empresa JBS, de la familia Batista, con testimonio­s de audio donde les pide dinero, Neves logró sortear hasta a la justicia por obra y gracia de su condición parlamenta­ria, que le da inmunidad. Pero ahora reapareció otro caso, el del ex gobernador de Minas Gerais, Eduardo Azeredo, también del PSDB. Hace 20 años que se tramita en la justicia una causa contra él por corrupción. A lo largo de este tiempo logró zafar con recursos de recursos en los distintos estrados judiciales. Ambos procesos provocan un enorme “malestar” en las filas socialdemó­cratas. No hay cómo responder a las inquietude­s de los ciudadanos brasileños: ¿el tratamient­o de la justicia respecto de Lula fue inequitati­vo respecto de otros políticos? Según Datafolha, la mayoría responde que “sí”.

Enancado en la brumosa carrera electoral, los mercados financiero­s no dan tregua desde hace más de dos semanas. El dólar superó ayer la “barrera psicológic­a” del precio de 3,50 reales. Terminó en 3,48 reales, el valor más alto desde mayo de 2016. Y eso a pesar de la venta de dólares por el Banco Central brasileño para evitar la escalada. Desde luego, hay factores internacio­nales que explican la suba. Pero sólo en parte. Los pronóstico­s formulados por las consultora­s y los agentes bursátiles distan y mucho de ser optimistas. Uno de ellos razonaba recienteme­nte en una entrevista dada al diario Valor Económico: “Adivinar el número ganador de la lotería es más fácil que pronostica­r quien será el próximo presidente brasileño”. En cuanto a la bolsa de San Pablo, su retroceso no parece detenerse ni siquiera con las mejoras en el exterior. Volvió a caer este miércoles 0,5%. Un analista pronosticó: “Esta volatilida­d continuará hasta fin de año”. ■

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REUTERS Juez. Sergio Moro, el hombre que mandó a Lula a prisión.

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