¿Freno a las renovables?
En medio de la discusión de las tarifas, se nos pierde cómo el Gobierno piensa que será la matriz eléctrica en 2030. La semana pasada, Daniel Redondo, secretario de planeamiento del ministerio de Energía, la presentó ante el G20. No es una casualidad: el documento es un insumo de nuestro compromiso de reducción de emisiones ante la convención de la ONU. ¿Las novedades? Una baja de la energía fósil, del 66 % actual pasa al 31%. Bien ahí. El tema es en renovables. Se planea una fuerte curva de crecimiento hasta 2025 (con un piso que arranca del 2%), pero se achata hacia 2030, con un aumento de sólo el 5 % más. Marcelo Alvarez, de la Cámara de Energías Renovables (CADER), dice que este es “un freno significativo a la velocidad”, justo en el sector donde al Gobierno le va mejor con la inversión. El sector supone que para 2030, la penetración de la energía limpia debería ser del 35%, sumando los contratos entre privados y la autogeneración y movilidad eléctrica. Esta debería ser un boom en las provincias, con la próxima reglamentación de la ley de distribuidas. Lo que preocupa del escenario oficial es que oriente decisiones de inversión equivocadas. En él se plantea una ampliación del parque atómico del 6 al 15 %, más grandes represas. Todas estas obras implican endeudamiento multimillonarios en épocas que se piden sacrificios.