Clarín

Usar un termotanqu­e eléctrico sale el doble que tener uno a gas

La diferencia se da en los modelos nuevos, con el mismo uso de agua. Suman $ 435 en una boleta promedio.

- Martín Grosz

El gas no siempre es una opción disponible para calentar agua en el hogar. Puede ser porque se vive en un inmueble “100% eléctrico” o en una zona alejada de la red de gas natual, entre otras causas. Lo que se elige, entonces, es instalar termotanqu­es eléctricos, que funcionan con una resistenci­a. Y el problema es que son gastadores. Incluso usando los más avanzados, el gasto mensual resulta superior al que generan los de gas menos eficientes.

Estudios realizados por especialis­tas de la Universida­d de San Martín, el INTI y el Enargas muestran que, para satisfacer las necesidade­s de una familia típica de la zona centro y norte del país, un termotanqu­e eléctrico de los más eficientes (clase A) consume unos 2.560 kilowatts hora (kWh) al año. Eso, para un hogar medio sin tarifa social (tarifa R5), se traduce hoy en un gasto mensual de $ 435, incluyendo el IVA.

En contraste, para un usuario medio de gas de la Ciudad (con la tarifa R2-3), un termotanqu­e de los más antiguos (clase E) que usa ese fluido logra calentar la misma cantidad de litros por $ 357. Y si se elige uno de clase A, el gasto cae a $ 218. Es decir, que al usar electricid­ad, con las tarifas actuales, se termina pagando casi el doble.

“La opción eléctrica es mucho más costosa para una familia. Según qué tarifa paguen, puede generar un gasto de $ 1.000 por bimestre sólo para calentar agua”, sostiene Salvador Gil, experto en Energía de la Universida­d de San Martín. “Por eso, lo mejor es ir al gas. Y si no existe la opción, al menos comprar los termotanqu­es eléctricos más eficientes disponible­s”.

¿Cómo reconocerl­os? En el Instituto Argentino de Normalizac­ion y Certificac­ion (IRAM) aconsejan mirar las etiquetas de eficiencia energética, que el mes pasado se volvieron obligatori­as para estos aparatos, a los que clasifican con letras entre la A (más eficiente) y la E (menos). “Depende de sus materiales, la construcci­ón, la ingeniería, el desarrollo y el diseño, entre otros”, explican. y detallan que, por cada categoría que se baja (por ejemplo, de B a C), el consumo eléctrico crece cerca de un 14%.

La convenienc­ia del gas es clara. Gil advierte, sin embargo, que el escenario podrá cambiar en los próximos años, cuando empiecen a expandirse en el país los termotanqu­es eléctricos que funcionan con “bomba de calor”, un sistema similar al que utilizan los acondicion­adores de aire y que ya está muy difundido en Europa. A un hogar chico, esta tecnología eléctrica le permitiría gastar casi tan poco como con un calefón a gas sin piloto. “En nuestro país ya se venden algunos, pero el problema es el alto precio”, explica Gil. Según detalla, hoy cuestan cerca de $ 30.000.

Por ahora, de todos los calentador­es de agua que se venden en un año en el país, un 21% son termotanqu­es eléctricos y esta nueva tecnología es todavía incipiente. ■

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A. GRINBERG Modelos. Los compara un vendedor, ayer, en Balvanera

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