Clarín

Primera B Nacional: una definición para el infarto y el fantasma de dos temas que pueden dar vuelta todo

Hay dos resolucion­es que tienen en vilo a la categoría: el reclamo de Riestra y la inminente reestructu­ración.

- Luciano González lgonzalez@clarin.com

Doce partidos y 17 equipos jugando por un objetivo. El torneo de la Primera B Nacional, el más parejo y cambiante del fútbol argentino, definirá el lunes a su campeón, a los ocho conjuntos que pelearán por el segundo ascenso a Primera y a los seis que descenderá­n. O al menos así está previsto que suceda, puesto que las resolucion­es podrían verse afectadas por dos hechos administra­tivos: la reestructu­ración del certamen para la próxima temporada y la apelación de Deportivo Riestra ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo por el descuento de 10 puntos que le aplicó la AFA debido a los incidentes ocurridos en la final del Reducido de la B Metropolit­ana el año pasado.

El título tiene a tres aspirantes. El que parte mejor posicionad­o es Almagro (40 puntos), que en la última fecha dio el salto a la cima gracias a su victoria 2 a 1 sobre Flandria. El conjunto dirigido por Sebastián Battaglia, que arrastra un invicto de siete fechas, tendrá una dura parada en Puerto Madryn, donde lo esperará Guillermo Brown (27), uno de los equipos que no pelea por nada.

A la espera de un tropiezo del líder, San Martín de Tucumán (39) viajará a Adrogué para medirse con Brown (34), que debe ganar para asegurar su participac­ión en el Reducido sin tener que esperar otros resultados. Los tucumanos, dirigidos por Rubén Forestello, también llegaron a esta situación gracias a un gran sprint final: arrastran un invicto de 9 partidos.

Más complicada es la situación de Aldosivi (38), que deberá vencer al ya descendido Estudiante­s de San Luis (25) y aguardar que ni Almagro ni San Martín se impongan. Los marplatens­es, conducidos por Gustavo Álvarez, habían iniciado la penúltima fecha como líderes del certamen, pero la caída frente a Riestra los depositó en el tercer puesto.

En caso de que dos equipos igualen en puntos en el primer puesto (no hay chance de triple empate), deberán disputar un partido de desempate en campo neutral dentro de las 72 horas posteriore­s al lunes.

Por un lugar en el Reducido. El segundo ascenso a Primera se decidirá en un octogonal para el que ya están clasificad­os los dos equipos con chances de ser campeones que no logren el título y Villa Dálmine (36).

Los otros conjuntos que hasta el momento ocupan los cinco lugares restantes son Brown de Adrogué (34 puntos y +6 de diferencia de gol), que recibirá a San Martín; Sarmiento de Junín (34 y +3), que visitará al urgido Boca Unidos en Corrientes; Instituto (34 y +1), que enfrentará al descendido Flandria en Jáuregui; Atlético de Rafaela (33 y +10), que será local ante Dálmine; y Gimnasia de Jujuy (33 y +7), que visitará a Deportivo Morón.

Ese último duelo será prácticame­nte un mano a mano por una vacante en el octogonal, ya que el Gallo tiene 32 puntos (-1 de diferencia de gol) y si se impone en el Nuevo Francisco Urbano desplazará a su rival. También sueña con el segundo ascenso Agropecuar­io (32 y +1), que recibirá en Carlos Casares a Juventud Unida de Gualeguayc­hú (30 y -8), que conserva una remota chance de acceder al Reducido, aunque su pelea principal es otra.

En caso de igualdad de puntos entre dos o más equipos, el desempate se hará por mejor diferencia de gol, mayor cantidad de goles a favor y resultados de los partidos entre los equipos implicados (en ese orden).

Para quedarse en la B Nacional. Si la definición arriba resulta apasionant­e, no lo es menos en el otro extremo. Con Estudiante­s de San Luis, Flandria y Deportivo Riestra ya descendido­s (al menos hasta que el TAS resuelva la apelación), deben resolverse los nombres de los tres equipos que también perderán la categoría.

Hasta el momento, esos tres lugares los ocupan Mitre de Santiago del Estero (1,260), Boca Unidos (1,261) y All Boys (1,261); aunque también están en peligro Nueva Chicago (1,272), Independie­nte Rivadavia (1,276) y Juventud Unida (1,284).

El que tiene el destino exclusivam­ente en sus manos es Mitre, que recibirá a Los Andes: si gana, se salvará; si empata o pierde, descenderá. Con una victoria, también conservará­n su lugar Nueva Chicago, que visitará a Ferro en Caballito, y Juventud Unida, que visitará a Agropecuar­io.

Independie­nte Rivadavia, que recibirá a Santamarin­a, deberá esperar otros resultados para definir su futuro. Si gana, solo descenderá si también triunfan Mitre, Chicago y Juventud Unida.

Los que están en situación crítica son All Boys (recibe a Riestra) y Boca Unidos (recibe a Sarmiento). Una derrota determinar­á su descenso. Si ambos empatan, solo podrán aspirar a un desempate entre sí si pierde Chicago y no gana Mitre. Si ganan, deberán esperar una combinació­n de resultados que los mantengan con esperanzas.

En los escritorio­s. Todo los cálculos expuestos hasta aquí podrían ser impulsados al cesto de residuos por dos decisiones administra­tivas que todavía mantienen en vilo a toda la categoría. Por un lado, la reestructu­ración del torneo para la próxima temporada. Todos saben que eso sucederá, aunque casi nadie tiene la certeza de cómo se jugará la próxima edición de la B Nacional.

El proyecto que maneja el Comité Ejecutivo de la AFA y que comenzará a debatirse la semana próxima contempla un megatorneo de 40 equipos divididos en dos zonas de 20 (Metropolit­ana e Interior).

“Es una necesidad absoluta reformar el torneo. Se discutirá y se va a reestructu­rar”, aseguró Daniel Ferreiro, vocero del presidente de la casa madre del fútbol vernáculo, Claudio Tapia, y expresiden­te de Nueva Chicago. En caso de que este formato se aprobara, quedaría pendiente resolver qué sucedería con los equipos que hubiesen descendido en esta temporada y cómo se completarí­an los cupos hasta llegar a los 40 participan­tes. Una chance es, por ejemplo, que no haya descensos a la tercera categoría en esta temporada. Otro tema por resolver es la apelación que Riestra presentó ante el TAS. Si el Tribunal rechazara la petición del club, nada cambiaría. Pero si ordenara la devolución de los 10 puntos, Riestra conseguirí­a evitar el descenso y hasta podría aspirar a jugar el Reducido por el segundo ascenso a Primera. Los tiempos serían un condiciona­nte. Si el TAS falla en el plazo previsto (entre 60 y 90 días), no habría solución deportiva posible y a Riestra solo le quedaría demandar un resarcimie­nto económico. Si el TAS falla en los próximos días... Quién sabe. ■

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