Los otros dos vértices del triángulo
Hasta unos meses, Charlie Noguera era el manager de Catupecu Machu. Ahora es una de las tres puntas del triángulo Vanthra. En los escenarios toca guitarra y bajo, además de dos controladores y un sintetizador Moog que procesa por pedales.
Pape Fioravanti es cuñado de Agustín Rocino, el baterista de Catupecu. Fue el tercero en unirse al grupo y en vivo tiene un bombo legüero con trigger, un octapad de batería electrónica y un tom conectado a otro trigger que dispara sonidos.
Después de preparar, grabar y mezclarlo, tocaron en vivo en un raid por Capital. “Habíamos grabado el álbum -cuenta Charlie- y no habíamos tocado ni una vez. Lo que buscamos para el disco, a diferencia de lo que pasa en grabaciones donde querés que suene más prolijo y contenido, era lo contrario: empastarlo y romperlo y ensuciarlo lo máximo posible para que sonara a lo que era Vanthra”.
Según Pape, “hubo que investigar bastante, y en el disco pasó lo que tenía que pasar. Era en ese momento y de esa manera. Los días de estudio fueron menos de un mes, porque fue muy compacto y muy intenso todo”.
-¿Cómo es la etapa actual del grupo?
- Charlie: Todo fue hecho con mu- cho convencimiento y una genuina inocencia. Sabíamos que íbamos a hacer algo que a nosotros nos encantaría, fuimos los creadores de un concepto recontra extraño que nos cautiva, y la verdad es que fuimos a grabarlo sabiendo que con eso era suficiente. Nunca hubo una expectativa. Y lo que está pasando ahora es que terminamos una primera etapa con éxitos y objetivos cumplidos, pero viene otra parte que es bastante más expuesta y donde la lucha es no perder la inocencia. Acá se vuelve más álgido porque hay energía de mucha gente y empiezan necesidades de todo tipo. El desafío vuelve a ser justamente qué significa Vanthra para nosotros.
-¿Cómo siguen los planes para este año?
- Charlie: Después del vinilo y el EP, la idea es ir al interior del país. Es la próxima meta, sobre todo las ciudades más importantes, y tratar de llegar adonde se pueda, porque queremos que vean al grupo en vivo. Es una cuestión orgánica de ir viendo qué pasa. Tocar y tocar, y seguramente a mitad de año vayamos nuevamente a México, donde el tema Voz del mar tiene más escuchas que acá. Fuimos sin disco y tuvo una recepción recontra zarpada. Les gustó que sea algo distinto y autóctono, que sale de los moldes.