Inflación, dólar, actividad: cómo sigue la película
El Banco Central jugó fuerte para frenar la escapada del dólar y evitar que ese precio clave de la economía empeore las perspectivas de la inflación.
Ahora el mercado se pregunta, después de esta demostración de rigor monetario, ¿Qué puede pasar a partir de la semana que viene con las expectativas de i nflación, la actividad económica y el precio del dólar?
En principio, habría que decir que la jugada le sirve al propio Federico Sturzenegger para buscar recomponer la credibilidad del Banco Central. Si no hay preocupación allí por la venta de dólares, y la devaluación del peso fue de menos del 2%, la dosis de rigor monetario (300 puntos de suba en la tasa de interés) parece un exceso. A no ser que el Central se haya desquitado con el ajuste de ayer por haber bajado las tasas -contra sus convicciones- luego de la recalibración de metas de inflación.
Como sea, el Gobierno está convencido de que sin ajustes tarifarios fuertes por delante, en mayo la inflación debe caer. “La suba de tasas fue un movimiento preventivo para evitar que la suba del dólar se traslade a precios” dicen los funcionarios.
La actividad económica está entrando en una fase de desaceleración, pero por culpa de la sequía y la magra cosecha de soja, que golpea de lleno en el segundo trimestre del año. Y se supone que con el tipo de cambio no debería haber más sorpresas. Es posible que los pesos vayan a Lebacs, que hoy ya están rindiendo arriba del 31% anual.
Pero claro, los tres puntos que subió la tasa de interés no van a ser ino- cuos. Se encarece el crédito, se enfría la actividad, se ralentiza el consumo. Este razonamient es rechazado de plano por Sturzenegger, quien dice que las tasas de corto plazo altas le dan previsibilidad al largo plazo, y por lo tanto nadie encarece líneas de crédito por esta tasa de referencia.
De fondo está la pulseada entre el Central, que quiere bajar la inflación lo antes posible como condición para garantizar el crecimiento, y el Ejecutivo, que, además, quiere una actividad económica más o menos vigorosa como base para encarar el año electoral.
El 28 de diciembre de 2017 la tasa de política monetaria estaba en 28,75%. Por entonces, el comité de política monetaria del Banco Central tenía esta visión de la marcha de la inflación: “La evolución de la inflación núcleo ha resultado favorable en los últimos meses, quebrando el nivel de persistencia observado hasta el ter- cer trimestre. Los indicadores de alta frecuencia monitoreados por el BCRA muestran que de momento la inflación núcleo mantiene su dinámica favorable en diciembre. La autoridad monetaria considera que el sesgo actual de la política monetaria es adecuado para minimizar el impacto de los aumentos de precios regulados que se están produciendo de manera de continuar la baja inflacionaria”.
Ese día se anunció la recalibración de metas de inflación. La reacción del Banco Central fue recortar dos veces la tasa de política monetaria llevándola al 27,25%, tasas que se mantuvo quieta desde enero hasta hoy, cuando de un saque fue llevada al 30,25%.
En estos cuatro meses la inflación en todas sus formas (general, núcleo, mayorista) creció, también las expectativas de la inflación que espera el mercado y el dólar dio un viaje desde 17,65 hasta los $ 20,88 que tocó este mediodía, es decir una suba del 20%.
En su momento, se dijo que la recalibración de metas se hizo para alejar posibles riesgos de enfriamiento de la economía y para poder encarar con números más creíbles la discusión salarial 2018. También, tácitamente, para mover el tipo de cambio y atenuar el problema del atraso cambiario. El Banco Central dejó saber que ninguna de las variables que allí siguen para anticipar el pulso de la actividad económica daba señales de fatiga. Fue la manera elegante de establecer su desacuerdo con la recalibración de metas de inflación.
Cuatro meses después, la tasa de política monetaria está en 30,25%, es decir, más alta que lo que estaba a fin de año.
Seguramente alguien podrá decir que se desperdiciaron cuatro meses en la pelea contra la inflación. ■