Aumenta el desempleo en Brasil y alcanza el 13,1%
Son datos oficiales del primer trimestre. Es consecuencia de la incertidumbre hasta las elecciones.
El sin salida político en el que está inmerso Brasil provoca, y provocará, fuertes estragos sociales. El nivel de desempleo llegó a valores que no se conocían desde hace casi dos décadas: en el primer trimestre del año ascendió a 13,1%, de acuerdo con un informe del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística publicado este viernes. El dato representa 1,5 millones de personas más que perdieron sus puestos laborales con relación al último período de 2017. Inclusive, resultó superior al que habían estimado las 29 consultoras relevadas por el diario Valor Económico.
Semejante desajuste tiene una explicación: los partidos políticos, los congresistas y el gobierno nacional, tienen puestas sus miradas exclusivamente en los tejes y manejes para las elecciones de octubre. Desde ese lugar, casi no queda espacio para resolver los problemas de la economía, que como se demuestra ahora –y antes también—no funciona en piloto automático. No por casualidad los sectores más afectados son industrias y comercio, seguidos por la construcción.
Nada de esto sin embargo parece modificar las conductas del oficialismo: el presidente Michel Temer, patrón del Partido del Movimiento Democrático de Brasil, aspira todavía a integrar una fórmula de presidenciable. Cuenta para eso con la fuerte representación del PMDB en el parlamento. Hace dos días transmitió al círculo de Geraldo Alckmin, candidato por la socialdemocracia (que renunció a la gobernación de San Pablo recientemente) que su agrupación no daría gratis el apoyo. Para disimular que aspiran a un trueque, los representantes de Temer dijeron que el mandatario “aspira a un reconocimiento de las realizaciones de sus dos años de gobierno”. Es decir candidaturas.
A Temer no le faltan razones para tener miedo por su futuro. El diario Folha de Sao Paulo publicó este viernes una serie de denuncias contra el jefe de Estado. Habla de varias propiedades compradas o reformadas para lavar dinero de coimas; algunas de ellas, inclusive, a nombre de terceros. Según Folha, la policía federal que investiga el caso sospecha que el abogado José Yunes y el coronel retirado Joao Baptista Lima, amigos íntimos del jefe del Planalto, son algunos de sus testaferros. El mes pasado la Corte Suprema quebró el secreto bancario y fiscal del gobernante, para encontrar pruebas de un supuesto sistema de coimas que habría beneficiado a Temer a partir de concesiones a empresas portuarias que operan en Santos (San Pablo). En un primer momento, Temer prometió la mayor transparencia informativa de sus cuentas. Pero luego se arrepintió y ahora sostiene: “Ordené al director general de la policía federal que inmediatamente averigue como se filtraron las informaciones que tenían que ver con el proceso instaurado por la policía”. ■