Ex empleadas salen al cruce de las nuevas autoridades de Greenpeace
La carta pública en la que 42 ex empleados y ex voluntarios acusan al director ejecutivo de Greenpeace, Martín Prieto, por acoso laboral y sexual a mujeres llevó a que se tome una "licencia laboral" y a que la ONG ambientalista abra otra "investigación independiente". Pero, tras la entrevista que las dos co-directoras que tomaron su lugar dieron a Clarín, una de las denunciantes salió al cruce.
"Nos acusan de que hacemos una denuncia 'mediática', como si no tuviese peso, cuando la idiosincrasia de Greenpeace es hacer denuncias públicas que lleguen a la gente y jamás en la Justicia", dice Consuelo Bilbao, ex coordinadora de la ONG. Trabajó siete años en Greenpeace y resalta que aunque la ONG "tiene una causa muy noble, que es defender al planeta, ahí adentro Martín (Prieto) tiene tanto poder que mete miedo y hace creer que permitir el acoso sexual y el hostigamiento laboral también es defender la causa".
Aún no se sabe si habrá una "megadenuncia" entre todos los que firmaron. Pero sí es un hecho que Bilbao, la ex jefa de campaña política, Eugenia Testa y la ex coordinadora Lorena Pujó contrataron a las abogadas Florencio Arietto y Alejandra Bellini para evaluar cómo irán contra Prieto y Greenpeace en Tribunales.
Bilbao cuenta una de las actitudes "inapropiadas" de Prieto de las que también fueron testigos otros tres ex empleados de Greenpeace: dos mujeres y un hombre. "En una viaje de trabajo en Colombia, él desayunaba en calzoncillos adelante mío y se paseaba así por el departamento. También permitía que otros hombres muestren fotos de voluntarias desnudas y comentarios que hacías sobre con quién se habían acostado. A mí me decía que mi problema era 'la cara de culo', que tenía que sonreír más. Y mi malhumor era por lo que estaba escuchando." Dijo que intentó humillarla ante todos cuando, tras su despido, dijo a sus compañeros que la echó "por promiscua".
Las tres fueron desvinculadas de Greenpeace en 2014. Ellas argumentan que hicieron varias denuncias internas en las oficinas en Buenos Aires y, poco después, fueron "despedidas- en el caso de las ex coordinadoras- y "forzada a renunciar" -en el caso de Testa-.
Las tres ex empleadas denunciantes celebran que Prieto haya sido separado de manera temporal de la dirección de Greenpeace. "Se debería haber tomado licencia desde el principio -dice Bilbao- pero no sé si su poder, con 22 años dirigiendo la organización, lo va a hacer volver a su puesto. ¿Hasta dónde Greenpeace va a arruinar su causa noble por defender a este tipo?", agrega. ■