Clarín

Tremendo jugador, pero mal tipo PASIONES ARGENTINAS

- Miguel Jurado mjurado@clarin.com

Lo que lo hizo grande dentro de la cancha fue la mezquindad y el resentimie­nto de un verdadero mal tipo. Es así como te lo digo, el “Ángel de Ensenada” era un terrible mal nacido. Lo que pasa es que nadie lo imaginaba por su cara de buen pibe y porque en esa época no existían las redes sociales. Hoy lo hubieran escrachado en Twitter, Facebook e Instagram.

El fútbol le permitió convertir toda su mala leche en algo productivo. En cada partido, el “Santo de Berisso” proyectaba su odio congénito sobre los centrales y el arquero rival. Y siempre encontraba la manera de humillarlo­s. Goles, gambetas, caños y apiladas históricas, entre lo que se veía. Trompadas, puteadas, patadas, pellizcone­s y escupitajo­s, entre lo que no se veía. No hubo partido en el que alguien no haya querido fajarlo, pero el que se enojaba perdía, porque él se ganaba a los referís.

Todo fue bien hasta que empezó a fallar en el arco, le encontraro­n la vuelta y se topó con defensores más jodidos que él.

Con la sequía, empezó a volcar toda esa in- mensa cantidad de mala leche en sus históricos enemigos, los defensores y el arquero. Pero esta vez, de su propio equipo. Ahí se pudrió todo.

En un partido definitori­o, en el que a nadie la salía una, el “Santo de la redonda” empezó a meterla con su proverbial oportunism­o. El arquero salió mal y él le ganó de cabeza. Uno adentro. El defensor la devolvió corta, él la robó. Dos adentro. Descuido de la defensa, a cobrar otra vez. Anotó hasta tres goles en contra de su propio equipo antes de que lo sacaran a patadas.

Ya no tenía futuro en el fútbol, pero lo contrataro­n de panelista en un programa deportivo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina