“Se extrañan a ‘Yin yin’ y los tangos que resonaban en su casa”
Se cumplieron diez años de la partida de Ramón Delgadino, más conocido como “Yin yin”, un muy apreciado vecino del barrio Floresta, cuya característica fue su afición al tango. Amante de la orquesta de Juan D’Arienzo y de la prodigiosa voz de Héctor Mauré. Aún se extrañan los domingos a la mañana los tangos que resonaban en su casa y pintaban con versos aclamados toda la barriada. Hombre extremadamente sencillo, muy amigo de sus amigos y apreciado vecino. Ramón, en su juventud, antes de constituir su familia, supo recorrer los barrios más afamados de Buenos Aires vinculados al tango. Así conoció muchos lugares frecuentados por gente afín a su placer por el 2x4, ya que era un gran bailarín, y compartió cenas y desvelos con cantantes que le llenaban el alma con su arte.
Para quienes compartimos mucho tiempo de su vida, nos es inolvidable el recuerdo del nombre que le puso a uno de sus perros, harto sabido compañeros inseparables y leales nuestros: “Piringundín”. Como un raro prodigio, llegaste al mundo estimado vecino en 1940, cuando el tango despertaba al mundo en Buenos Aires con su música, sus versos, las grandes orquestas y los fenomenales cantantes, dando inicio a lo que con el paso del tiempo se conociera como “la época de oro del tango”. Y vaya si lo disfrutaste y lo difundiste que, a una década de tu partida, todavía te recordamos.