El capítulo final de una historia de seis décadas de violencia en España
El grupo separatista vasco ETA nació en España el 31 de julio de 1959, en plena dictadura de Francisco Franco (1939-1975). Durante casi medio siglo, en una serie de atentados en toda España, mató a más de 850 personas con el objetivo de lograr, por la vía de lo que calificaba como “lucha armada”, la independencia del País Vasco del resto del país.
Surgido de un grupo de estudiantes que publicaba un periódico nacionalista y antifranquista, su ideología se basó en los inicios en el anticapitalismo y el antiimperialismo. Sus siglas, que se convertirían en sinónimo de medio siglo de terrorismo en España, significan “Euskadi ta Askatasuna” (Patria Vasca y Libertad).
Cuando el Ejército Republicano Ir- landés (IRA) dio por terminada su “lucha armada”, ETA quedó como el último grupo armado de Europa. En octubre de 2011, acorralado por las operaciones policiales en Francia y España, anunció que abandonaba de forma definitiva la violencia y en abril de 2017 entregó sus armas, pero aún no se extinguió. A fin de abril anunció que daría ese último paso “el primer fin de semana de mayo”.
El primer atentado mortal del grupo separatista tuvo lugar nueve años después de su fundación, el 2 de agosto de 1968, y terminó con la vida del comisario de Policía Melitón Manzanas. Desde entonces, el grupo armado mató a 853 personas, según cifras del Ministerio del Interior, y dejó acciones que marcaron la historia de España como el asesinato del entonces presidente del gobierno Luis Carrero Blanco con un coche bomba en 1973 o la colocación de una bomba que dejó 21 muertos en un supermercado en Barcelona en 1987.
La principal reivindicación de ETA fue la creación de un Estado independiente formado no solo por las tres provincias vascas en el norte de España (Álava, Guipúzcoa y Vizcaya), sino también por una parte del de- partamento francés de los Pirineos Atlánticos y la vecina región de Navarra, un conglomerado que denomina “Euskal Herria”.
Tras varios intentos frustrados de negociación y treguas quebradas, ETA anunció su adiós unilateral a las armas en 2011, poco antes de la llegada del conservador Mariano Rajoy al gobierno. El grupo intentó desde entonces negociar su desarme y su disolución a cambio de mejorar la situación de sus presos, pero su fracaso lo llevó a escenificar la entrega de armas en abril de 2017.
En una carta difundida ayer, ETA dijo que disolvió “todas sus estructuras” y puso fin a su “ciclo histórico y su función”, en otro paso para cerrar uno de los capítulos más oscuros en la historia reciente de España. ■