La Isla Demarchi: el fallido “Hollywood argentino” que sigue en el abandono
Son diez hectáreas en la Dársena Sur, donde la ex presidenta Cristina Fernández quería hacer un polo audiovisual. Macri canceló el plan e impulsa el desarrollo de un nuevo barrio.
Desde su origen como banco de arena y barro, la Isla Demarchi fue un cañaveral, el asiento de una guardia militar en tiempos de Juan Manuel de Rosas, un lazareto y un crematorio para las víctimas de la epidemia de fiebre amarilla que asoló Buenos Ai- res. Dicen, incluso, que albergó las primeras canchas de River Plate y Boca Juniors, pero su apogeo llegó a fines del siglo XIX con la instalación de organismos y talleres para la construcción de puertos, la canalización de las vías navegables y la señalización de las rutas. En medio de la progresiva caída de la actividad naval, en 2012 la ex presidenta Cristina Fernán- dez anunció que se crearía allí un Polo Audiovisual, con la torre más alta de Latinoamérica. Hoy los terrenos se muestran semiabandonados a la espera de su próximo destino.
El 9 de marzo del año pasado, el presidente Mauricio Macri canceló la idea de construir el “Hollywood argentino” en la Isla Demarchi. Mediante el decreto 153/2017, pidió que en esas diez hectáreas linderas a Puerto Madero y ubicadas en la Dársena Sur, frente al barrio de La Boca, se promovieran “inversiones, la actividad inmobiliaria y la construcción de obras nuevas y/o remodelaciones”. Allí todavía funcionan la Dirección de Vías Navegables, la Escuela Naval Fluvial y un amarradero de Hidrovía S.A., entre otras dependencias.
¿Cuál será la fisonomía que adoptará la tierra que conserva el apellido del empresario millonario suizoitaliano que la compró a mediados del siglo XIX? “La intención es urbanizar no sólo la isla sino todo el sector que llamamos Puerto Sur, desde la calle Brasil. La isla propiamente dicha ocupa sólo diez hectáreas de un sector que en total tiene 70, con diez de espejo de agua. Si consideramos que Puerto Madero tiene 140 hectáreas de las cuales 20 son el espejo de agua, nos damos cuenta del tamaño y la importancia de Puerto Sur”, señalaron a Clarín desde la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), bajo cuya órbita está el área.
También desde el Gobierno porteño subrayan que el plan para la Isla Demarchi tendrá directa conexión con las obras de renovación y puesta en valor del borde costero de La Boca, como el proyecto del Dique Cero (que incluye nuevos espacios verdes y comercios gastronómicos debajo de la autopista Buenos Aires-La Plata), el Paseo Quinquela Martín, el Camino de Sirga de la ribera del Riachuelo, y la puesta en valor de la Barraca Peña, de la que también parti- cipa ACUMAR. Además, la isla está pegada a la ex Ciudad Deportiva de Boca, donde IRSA proyecta hacer el barrio cerrado “Solares de Santa María del Plata”, y a la villa Rodrigo Bueno, al lado de la Reserva Ecológica Costanera Sur, para la que la Legislatura aprobó una ley de urbanización.
“Con el objetivo de seguir dotando de infraestructura de calidad al sur de la Ciudad, se trabaja en la idea de integrar la Isla Demarchi en un proyecto que aliente la construcción de viviendas, con posibilidad de comercios minoristas y siguiendo la lógica de 65 % del terreno para espacios públicos y 35 % para desarrollo privado”, indicaron a Clarín voceros del Ministerio de Desarrollo Urbano porteño.
El objetivo, en definitiva, es conformar un nuevo barrio en el sur de la Ciudad. Sin embargo, desde la AABE aseguran que no pretenden hacer algo tan lujoso como el vecino Puerto Madero y anticipan que llamarán a un concurso de ideas para desarrollarlo. Además, prometen que “el compromiso es no sacar a ninguno de los que ya tienen instalaciones en la zona”.
Justamente ese es uno de los interrogantes: ¿qué pasará con las decenas de trabajadores y estudiantes navales que le siguen dando vida día a día a esa porción extrema de tierra que aunque se llame isla, no es tal? "Trabajo hace 45 años en la isla Demarchi, esta es mi casa. Los funcionarios se creen los dueños de todo, pero son elegidos por un tiempo determinado. Nosotros presentamos
un montón de proyectos para hacer acá... Los gobiernos han vivido de espalda al río y también al mar”, se queja Oscar Verón, dirigente de ATE-Vías Navegables.
El sindicalista lamenta la falta de una política de desarrollo portuario y naval. “La Argentina gasta más de US$ 6.000 millones por año en flete para su comercio porque no hay un solo barco con bandera nacional -dice-. Al transporte lo manejan las multinacionales”. Y admite que el 30 % de los estatales que trabajan en la isla se han jubilado por la “poca expectativa”. “En un sector destinado a la industria naval, van a terminar haciendo un negocio de departamentos y
restaurantes”, se queja este capitán dragador que cuenta con orgullo que comandó el traslado del monumento del Che Guevara (hecho a partir de la donación de miles de llaves de bronce), hasta el puerto de Rosario.
Atrás quedó definitivamente el proyecto de hacer un polo audiovisual con una inversión de $ 2.500 millones, que incluía una torre de 335 metros de altura con 67 pisos (para alojar un hotel, departamentos y estudios de TV); la construcción de un estadio para 15.000 personas; museos y productoras creativas. Ahora, el desafío es hacer una reconversión de esta zona del puerto que se sume a las mejoras ya en marcha en la zona norte (un paseo costero con murales artísticos en los areneros en dársena F) y que acerque el río a la Ciudad o, mejor dicho, que la haga seguir creciendo junto al río.