Otros cuatro detenidos por el ataque a la comisaría, pero faltan dos prófugos clave
Cayeron dos de los delincuentes que entraron a los tiros a la seccional de San Justo, pero otros dos lograron escapar. Parte de la banda participó en la “mejicaneada” de 70 kilos de droga.
Se conocían por parentesco, amistades y el barrio. Pero lo que los unió para intentar tomar por asalto una comisaría de La Matanza fueron la plata y la droga. Esa es la hipótesis que los investigadores tienen sobre la banda que se tiroteó con los policías de la seccional 1° de San Justo para intentar liberar a Leandro Aranda (22) y que terminó hiriendo a la sar- gento Rocío Villarreal (ver pág. 39).
La gran novedad de anoche fue que todavía quedan dos prófugos, pese a que ya están detenidos seis presuntos integrantes de la organización. Según reveló una alta fuente del caso a Clarín, los dos que faltan son “piezas clave” de esta trama.
Los prófugos son Sebastián Rodríguez (39) y Tomás Axel Sosa (19). El primero sería “Seba”, uno de los mencionados en los mensajes de Whatsapp que intercambió desde el calabozo Aranda con su novia, Zahira Ludmila Bustamante (19, detenida desde el lunes cuando se descubrieron esos chats). A Sosa lo sindican como uno de los cuatro asaltantes que intentaron tomar la comisaría.
Un vocero del caso dijo a Clarín que “Seba”, además de ser buscado por el frustrado copamiento a la comisaría, también está vinculado al crimen de un narco llamado Nicolás Ojeda, ocurrido en agosto del año pasado. Es el mismo crimen por el que estaba pre- so Aranda desde el 18 de abril.
Aranda, Ojeda y “Seba” habrían participado del robo de unos 70 kilos de cocaína (una “mejicaneada”) que luego vendieron en la villa 1-11-14 del Bajo Flores. Creen que Ojeda se quedó con una parte de lo que les correspondía a los otros y lo mataron.
“Aranda era un dealer de la zona de Mataderos y del Bajo Flores (en Capital). Como Ojeda y ‘Seba’, trabajaba para otro tipo”, dijo un investigador consultado por este diario. En ese mismo grupo ubican a un hermano de “Seba”, Daniel Alberto Rodríguez (30, alias “Dani”), que fue detenido ayer por la Policía en White al 2100, en Parque Avellaneda (Capital).
“Dani” habría sido, además, uno de los cuatro asaltantes que entró a la comisaría vestido con remeras, gorras y chalecos antibalas de la Policía. Tiene antecedentes por drogas, según informó Télam.
Los otros detenidos de ayer son Gonzalo Fabián D’Angelo (22), alias “Gonza”; y Noé Nicolás Castillo (29). “Gonza” habría sido el que entró a la comisaría con una herramienta para abrir el calabozo; investigadores de la DDI La Matanza lo siguieron hasta su casa de avenida Corrales y Montiel (Mataderos) y lo arrestaron.
A Noé Castillo lo ubicaron en Lomas del Mirador, La Matanza. Según la Policía, tiene los mismos rasgos que otro de los cuatro sospechosos que quisieron tomar la comisaría.
En los operativos también fue detenido un adolescente de 15 años, que cuando vio a la Policía intentó escapar en un auto que tenía pedido de secuestro. No se sabe si tiene relación con el copamiento.
“Son ladrones comunes que están pasados de droga”, dijo un investigador a Clarín. Creen que la banda se formó para este episodio, bajo la promesa de recibir un pago.
Las detenciones se suman a las de Zahira Bustamante y Bruno Marullo Postigo (19). Son primos y se cree que luego del frustrado intento de liberar a Aranda planeaban otro rescate.
Todo fue descubierto gracias a uno de los celulares que la Policía incautó en el calabozo superpoblado -había 46 presos cuando la capacidad era de 18- donde estaba Aranda. Allí había mensajes en el que Zahira Bustamante le avisaba a su novio que “Seba” lo iba a “sacar” durante el traslado. A la joven la detuvieron tras el ataque en la puerta de la comisaría de San Justo, mezclada entre los familiares de los otros detenidos. Y a su primo lo encontraron a una cuadra y media de la seccional, en un VW Vento similar al usado en los asaltos. En su poder tenía los papeles de un VW Fox, que también habría participado del hecho y todavía no apareció. Ese Fox es el que aparece en las conversaciones entre los sospechosos como “la camioneta” (ver Los mensajes...).
En paralelo, Asuntos Internos abrió un sumario para saber cómo entraron los 9 teléfonos que encontró la fiscal general de La Matanza, Patricia Ochoa en los calabozos. “El lugar parecía un locutorio. Uno de cada cinco detenidos tenía teléfono”, describió a Clarín una fuente del caso.
Una de las hipótesis –que reconoció el ministro Cristian Ritondo- es que la abogada de Aranda pudo haber ingresado el smartphone con el que se planificó el asalto. ■