Platense, sufriendo, ascendió a la B Nacional
El único gol lo marcó Vizcarra en el tiempo suplementario. El arquero De Olivera, al figura de la noche.
En los guantes de ese flaco que lleva el 1 en la espalda está gran parte del secreto de este ascenso de Platense. Y también en ese cabezazo del 18 que lleva la camiseta marrón y blanca, apenas rozando la pelota luego de un tiro libre venenoso desde la izquierda. Son dos jugadores experimentados, con varios partidos bravos encima, los que le dan la gran alegría a la sufrida hinchada de Platense que ocupa la cabecera que da a la calle Arias en la cancha de Lanús. Jorge De Olivera y José Vizcarra son las caras visibles de esta conquista en medio del barro, con sufrimiento, en un final no apto para cardíacos. Festeja el pueblo de Vicente López y alrededores porque el regreso a la B Nacional ya es un hecho después de una temporada plagada de sinsabores. Tras ocho temporadas -había bajado en la temporada 2009-2010- el ascenso es una realidad.
En el pitazo final del árbitro Maximiliano Ramírez todos los protagonistas caen exhaustos. Unos, los que ganaron, se abrazan y gritan, mientras los perdedores rompen en llanto e impotencia. Después los de Tense, esos que perdieron el domingo la chance del ascenso, corren hacia la popular y se trepan al alambrado para celebrar. Luego reciben la copa de campeón y hacen el avioncito sobre el castigado césped del Néstor Díaz Pérez. Las gargantas explotan.
Ya pasó ese suplementario en el que las piernas pesaban toneladas y en el que Vizcarra metió la cabeza y desvió el tiro libre de Olivares. Y a partir de allí fue resistir y contraatacar para el Calamar y los intentos de igualar de Estudiantes que fue con sus últimas gotas de esfuerzo hacia adelante con vergüenza deportiva. Vizcarra se perdió el segundo mano a mano pero Diego Figueroa exigió a De Olivera desde lejos y cuando ya casi no quedaba nada el ex guardián del ar-
co de Nueva Chicago y de Racing le tapó el remate cruzado a Minutillo para frenar la desesperación de los hinchas que sufrían a sus espaldas.
Fue tenso y extenuante ese tramo postrero, como lo habían sido también los 90 minutos anteriores. Durante la primera etapa, Estudiantes fue superior. El equipo dirigido por Kopriva manejó la pelota durante varios tramos del partido y gozó de varias situaciones de gol. El equipo de Caseros logró tener la pelota gracias a Martin Garay, que recuperó y jugó, siempre a ras del piso, también ayu-
dado por la dupla de la banda izquierda: Rodrigo Sayavedra y Juan Manuel Torres.
El elenco de Fernando Ruiz, que hizo un pobre primer tiempo, donde no pudo elaborar juego y cometió muchas faltas, fue quien tuvo la situación más clara. Sobre el final, Agustín Palavecino filtró una pelota para Daniel Vega, que quedó mano a mano con Joaquín Puchetta, pero en nueve la tiró por encima del travesaño. En el segundo tiempo, Platense se agrandó y fue un poco más que Estudiantes producto de la expulsión
de Alejandro Garcia a los 20 minutos. El Pincha sintió la falta de un jugador y se replegó a la espera de alguna contra. Hernán Lamberti se hizo dueño del mediocampo y privó a los de Caseros de tener el balón. Sin situaciones de peligro, la segunda mitad finalizó en tablas y obligó al alargue.
Luego de esos extenuantes 30 adicionales llegó el desahogo de Platense y la decepción para Estudiantes que ahora tendrá la chance de una pronta revancha en el Reducido por el segundo pasaje a la B Nacional.