El Flaco y el Doctor, aquella otra grieta

Con la inminencia del Mundial vuelven a escena César Luis Menotti y Carlos Salvador Bilardo, octogenarios ambos, conductores de las selecciones campeonas, antitéticos en sus estilos, amigos y enemigos de Maradona según los momentos, partícipes necesarios de otra de nuestras tantas grietas.

La antinomia Menotti-Bilardo perdura aunque hace rato no ejercen como técnicos, a que les fue peor que mejor después de levantar el trofeo más importante y a que Guardiola versus Mourinho expresan hoy esa misma confrontación futbolera con modos glamorosos y en canchas alta gama de la Premier League.

Aquí en la Argentina hay pasión por identificarse con el Flaco y el Doctor, sin distinción de actividades. Además del alineamiento que se elija a la hora del juego, uno puede ser menottista en el amor y bilardista en el trabajo. Algunos asocian a César con las gambetas del Loco Houseman, el boom de los escritores latinoamericanos y un café fashion en Recoleta. Carlos está vinculado a los cabezazos del Tata Bron, La Cumparsita por D’Arienzo, el apogeo de El Gráfico en los 60 y la mueblería familiar de Juan B. Justo. Paradojas de la historia, el supuestamente menos intelectual se recibió de médico en la prestigiosa universidad pública de nuestro país.

Menotti y Bilardo, ocho años cada uno al frente del seleccionado argentino, hicieron mucho por el fútbol. Entre otras cosas lograron que se lo valore en todas partes y que aún hoy se lo considere candidato antes de cada Mundial, por más que estemos lejos de serlo y que el actual DT genere indiferencia desde Parque Patricios hasta Tilcara.