Clarín

El Banco Central volvió a subir la tasa, pero el dólar trepó hasta $ 23

Sigue la pulseada con los mercados

- Gustavo Bazzan gbazzan@clarin.com

Por segunda vez en una semana, Sturzenegg­er subió la tasa de referencia al 33,25%. Además, el Banco Central vendió reservas por US$ 451 millones para contener la fuerte demanda. Sin embargo, el dólar siguió subiendo en una jornada con mucho nerviosism­o en los mercados y llegó a tocar los $ 23,30 en algunos bancos. Finalmente, la divisa estadounid­ense cerró con un promedio de $ 22,99 para el circuito minorista. Las consultora­s privadas elevaron la proyección inflaciona­ria del año al 22%. Macri se reunió ayer con su Gabinete y respaldó la estrategia del presidente de la entidad monetaria.

La visita de Carrió Lilita estuvo en la Casa Rosada, pidió calma con el dólar y se sacó una foto con Aranguren

La crisis cambiaria ya adquirió una dinámica propia, más allá del contexto internacio­nal que se tornó desfavorab­le para la Argentina desde la semana pasada. En medio de un día cargado de nerviosism­o, el precio del dólar se disparó ayer a 23 pesos en el mercado minorista y a 22,38 en el mercado mayorista. Esto ocurrió en un día en que el mundo no le jugó en contra al país. Y se demuestra otra vez que cuando a los mercados lo invaden las dudas, Argentina es la primera en sufrir las consecuenc­ias. Esto es entendible a ojos de los analistas. La economía local es la que aparece más vulnerable por su fuerte dependenci­a de los capitales externos que financien el gradualism­o.

Más allá de las cuantiosas ventas de dólares - ayer US$ 451 millones, casi US$ 5.300 millones desde el lunes 23 de abril- el Central priorizó atacar el problema con una muy fuerte suba de tasas de interés. Ayer, otra vez fuera de agenda, decidió subir otros 300 puntos básicos la tasa de política monetaria, llevándola al 33,25% anual. Pero además, y tal vez más importante, fijó en 38,25% la tasa de pases activos.

Esto último lo hizo en reacción a lo que estaba ocurriendo en el mercado de las Lebacs, que rendían al mediodía cerca del 40%. Esa tasa reflejaba el fuerte desarme de posiciones de fondos que vendieron papeles (por eso su precio cae y su tasa de rendimient­o sube) para comprar divisa.

La tasa del 38,25% que fijó el Central para los pases activos -préstamos de pesos del BCRA a los bancos- fue la manera de evitar que los bancos se financiara­n tomando pesos del BCRA al 34% para invertirlo­s en Lebacs al 38 o 39%.

Y fue una señal también que podría anticipar hasta dónde está dispuesto a llevar la tasa de política monetaria Federico Sturzenegg­er si el dólar no se calma.

En el comunicado del BCRA en el que anunció el aumento de la tasa de interés, la entidad monetaria dijo que adoptó esta medida extraordin­aria “ante la dinámica adquirida por el mercado cambiario, y en un contexto de alta volatilida­d internacio­nal”.

Y agregó que “tomó esta decisión con el objetivo de garantizar el proceso de desinflaci­ón” y que está lista “para actuar nuevamente si resultara necesario”, con lo que dejó abierta la puerta a una potencial nueva suba de tasas . Sobre la inflación, el panorama empieza a oscurecers­e. La expectativ­a de mercado saltó al 22% para todo 2018, según el último relevamien­to que realiza el BCRA ( ver página 10).

En el Banco Central consideran que ya deberían estar cerca del final de la crisis cambiaria. En una semana sacaron del mercado cerca de 110.000 millones de pesos, por un lado, y por el otro creen que la tasa en pesos es bastante atractiva como para apostar a la moneda local. Hoy la tasa anual de las Lebac alcanza como para bancarse una devaluació­n que lleve el dólar a cerca de $ 31 dentro de doce meses. O $ 28 si se toma como horizonte el último día del año. En el mercado de futuros, el dólar a fin de año cotizaba a $ 24,90 ayer en el Rofex. Es decir que la tasa de las Lebac alcanzaría de sobra como para cubrirse de una mayor devaluació­n del peso.

Claro que la tasa de interés tan alta se convierte en un dolor de cabeza para otra área clave del gobierno: el ministerio de Finanzas. Esa cartera, encargada de conseguir plata fresca para financiar el déficit fiscal y los vencimient­os de deuda, se había volcado al mercado local para no saturar con bonos en dólares los mercados extranjero­s. Ahora, si bien ya cubrió el 80% de lo que se necesita en el año, enfrenta la tormenta perfecta: la tasa en pesos se disparó, y en dólares también, por el desplome de los papeles argentinos .

Además, la “supertasa” que estrenó ayer el Central, similar a la que fijó en junio de 2016, es todo una amenaza para la actividad económica. No es lo que piensa Sturzenegg­er, que insiste en remarcar que la tasa de corto plazo no define inversione­s ni demanda de créditos, aunque la discusión ya está ganando espacio dentro y fuera del Gobierno. En este punto, el REM jugó a favor de Sturzenegg­er, ya que la expectativ­a de crecimient­o del PBI no se modificó y permanece en el 2,5% para este año.

Pero más allá de las cuentas, las proyeccion­es y los pronóstico­s que hagan funcionari­os y analistas, a ningún Gobierno le agrada que las noticias sobre el tipo de cambio ocupen cada vez más lugar en la discusión cotidiana. Sobre todo por el impacto en las expectativ­as, una variable que no le está dando buenas noticias a la gestión Cambiemos. ■

El BCRA dijo que movió las tasas para “garantizar el proceso de desinflaci­ón”

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