Guía para adolescentes atrapados dentro del clóset
Esta película, basada en un best seller, cuenta el conflicto de un joven que no se anima a revelar que es gay.
Yo soy Simón
Comedia dramática. EE. UU., 2018. 109’, SAM 13. De: Greg Berlanti. Con: Nick Robinson, Katherine Langford, Alexandra Shipp. Salas: Hoyts Abasto, Monumental, Belgrano Multipl. Basada en un best seller para adolescentes de Becky Albertalli, Yo soy Simón tiene una clara intención didáctica. Es una película de autoayuda dirigida, en primer lugar, a aquellos chicos que se saben homosexuales y no se animan a asumirlo públicamente. Y, de paso, también le envía un mensaje de tolerancia al entorno de esos jóvenes (léase familia, amigos, com- pañeros de escuela). Es decir: abstenerse todos aquellos que esperen riesgos y una historia que se salga de los cánones de la corrección política.
Dicho esto, hay que reconocer que este medio para propagar el evangelio del respeto por la diversidad tiene cierto encanto. Y que hasta puede conseguir su fin y ser un eficaz antí-
doto contra la homofobia. Las peripecias de Simón y su grupo de amigos del secundario son bastante entretenidas y lo suficientemente creíbles como para lograr empatía en un hipotético público juvenil (aunque la realidad socioeconómica de ese grupo de chicos diste, y mucho, de la cotidianidad de la mayoría del mundo)..
Oculto bajo un seudónimo, Simón intercambia mails con un anónimo compañero de escuela que comparte su problema: es gay y no toma coraje para salir del clóset. Pero alguien descubre esa correspondencia y chantajea a Simón con exponerlo, a menos que lo ayude en sus propósitos amorosos con una de sus amigas. A partir de este nudo, la dinámica entre los adolescentes está retratada con un poco de ingenuidad, pero también ternura y humor; sobre todo, en cuanto al resbaladizo terreno de la amistad entre hombres y mujeres.
Otro punto a favor es que Simon está lejos del gay estereotipado -aunque hay otro personaje que cumple ese rol- y que el conflicto no está tan enfocado en su relación con la sociedad -una temática fatigada- como en su propia psiquis. Aunque no hay que exagerar: siempre tengamos presente que las aguas en las que navega la película no son mucho más profundas que las de Clave de sol. ■