Cataluña, en un pantano: aprueban investir a Puigdemont a la distancia
Dificultades. El Parlamento regional dio luz verde a esta iniciativa. Pero el Tribunal Constitucional español no tardará en rechazarla. Todo apunta a nuevas elecciones.
Cataluña sigue a la deriva. Y el soberanismo, que por contar con la mayoría parlamentaria necesaria para formar un nuevo gobierno tiene en sus manos la pócima para rescatarla del sopor inmóvil en el que vive desde hace meses, parece haber perdido la noción del tiempo. La autonomía lleva casi 200 días intervenida por el gobierno nacional, y el Parlamento, que se formó a mediados de enero con la noble misión de nombrar un presidente, no hace más que fatigar el músculo, en vano, y derrochar los últimos cartuchos que le quedan al independentismo antes de verse sometido, una vez más, al “imperio de la ley”, como le gusta decir al presidente español Mariano Rajoy.
Porque si Cataluña no logra formar un gobierno antes del 22 de mayo, el Parlament se disolverá automáticamente y se convocarán nuevas elecciones para julio, escenario que, según los nacionalistas catalanes, nadie desea en el independentismo.
Ayer, sin embargo, la Legislatura catalana aprobó la reforma de la ley de presidencia para permitir la investidura a distancia de un presidente de la Generalitat. Sería el caso de Carles Puigdemont, que ocupó ese cargo entre enero de 2016 y octubre de 2017, cuando declaró la independencia de Cataluña, fue destituido y huyó a Bélgica para esquivar el calabozo.
Desde Berlín, donde pasa sus días en libertad condicional hasta que la Justicia alemana decida si lo extradita a España, Puigdemont presionó para que se aprobara esta reforma y así intentar ser restituido en su cargo, por más lejos que esté de Cataluña.
La reforma de la ley de presidencia, que el Tribunal Constitucional tardará segundos en hacer añicos, prevé además permitir la designación de ministros que estén fuera de Cataluña y que el gobierno de la Generalitat pueda funcionar desde el exterior.
La reforma, muy probablemente, no servirá para investir a ninguno de los candidatos que el independentismo viene proponiendo. Más que arremangarse y sudar por la construcción de la república soberana con la que sueña, el nacionalismo catalán pareciera estar sentado en la medianera lamentando la cantidad de trabas que el gobierno de Rajoy impone.
Como en una partida de TEG, el independentismo reagrupa fuerzas, no tanto para formar un gobierno que rescate a Cataluña de la parálisis institucional como para desacreditar al poder del Estado español.
“No considero que reformar la ley de presidencia sea una pérdida de tiempo - dice a Clarín Rut Ribas, la diputada más joven del Parlamento de Cataluña-. Tenemos que probar todos los recursos posibles. Y si el Tribunal Constitucional sigue tumbando propuestas, será un reflejo más de la realidad de un Estado opresor que lo que está haciendo es judicializar todos los actos políticos que se inten- tan llevar a cabo en el Parlament.” Ribas, de 28 años, pertenece a la ex Juventud de Esquerra Republicana de Cataluña que reúne a unos 1.300 jóvenes militantes y que ahora se llama Jovent Republicà (JR).
-¿El objetivo es dejar en evidencia las trabas del Ejecutivo nacional más que concentrarse en formar un gobierno? -Ahora lo esencial es hacer un gobierno. Es lo que necesita el pueblo de Cataluña. La realidad es que la formación política dentro de las organizaciones soberanistas que ganó las elecciones (Junts per Catalunya, la plataforma que lidera Puigdemont) es la que tiene que proponer a esta persona candidata a la presidencia. Desde hace varios días estamos animando a los compañeros de Junts per Catalunya para que se pueda formar gobierno lo antes posible.
-¿Por qué aún no se eligió gobierno? -El Estado ha buscado la manera de que las personas que se han propuesto hasta ahora no pudieran serlo. Aquí habría que reflexionar sobre dónde está el problema. Si se les permitió que participaran en una lista electoral y luego se les permitió que recogieran el acta de diputado, ¿por qué ahora no se pueden presentar como presidente de la Generalitat? Ante esto, es verdad que se han tenido que agotar todas las instancias. -¿Será Elsa Artadi, la mano derecha de Puigdemont, la próxima candidata a presidir la Generalitat?
-No lo sé. A mí nadie me ha propuesto ese nombre.
-Si fuera ella, ¿Esquerra la votaría? -No lo hemos hablado en el grupo parlamentario porque no nos han dicho que fuera ella la persona. Lo que no haremos es poner palos en la rueda. Nuestro objetivo es la construcción de una república catalana. ■