Clarín

Un turista manoseó a una mujer y tuvo que pagarle US$ 2500 para no ir preso

La víctima tiene 27 años. El agresor es irlandés y estaba de vacaciones. Aún no puede salir del país.

- Roxana Badaloni mendoza@clarin.com

En un arreglo poco habitual, aunque legal, un turista irlandés acusado de abuso sexual simple contra una joven, llegó a un acuerdo judicial con la denunciant­e para obtener su libertad. David Culligan (20) tuvo que pedir disculpas y pagarle a la mujer de 27 años 2.500 dólares (alrededor de $55.000) para conseguir la absolución de la condena que podría haber significad­o hasta 3 años de cárcel.

El hecho ocurrió en la medianoche del domingo en la ciudad de Mendoza y el acuerdo se cerró ayer en la Fiscalía de Delitos Sexuales, a cargo del fiscal Darío Nora. El turista había sido denunciado por tocar a una la joven en la esquina de San Martín y Peatonal Sarmiento, una de las principale­s calles de Mendoza. La denunciant­e, casada y con tres hijos, estaba acompañand­o a su marido en la venta ambulante de películas en CD.

La mujer declaró que el turista -que estaba en compañía de seis familia- res, incluso chicos- se acercó hasta la fuente donde estaba ella, "la sorprendió por la espalda y le apoyó su miembro (pene) sobre el costado de la pierna. Siguió balancéand­ose con movimiento­s de tipo sexual e hizo un intento de tirarla a la fuente". Ella estaba con su hijo de dos años en brazos cuando ocurrió la agresión. Otra hijo de la mujer, una nena de 8, vio el ataque a su mamá y fue a avisarle al padre. El marido volvió con intencione­s de pegarle y el turista y sus acompañant­es huyeron. La denunciant­e dice que estaban como alcoholiza­dos. Pero, si bien admitió Culligan haber bebido esa noche, cuando se le realizó el test de alcoholemi­a, cinco horas después, el turista ya tenía 0 alcohol en sangre.

"Pedimos las imágenes de una cámara y justo cuando pasó el hecho, no se ve exacto el momento del abuso; sí el alboroto que se armó alrededor", contó a Clarín el abogado de la víctima, Ignacio Gullé. Explicó que el acuerdo arribado es por el "daño moral" y que se pagó en efectivo, frente al fiscal. "La víctima se sintió violentada. Su marido estaba realmente enojado", detalló el abogado Gullé. Esa noche, la joven y su pareja decidieron seguir al agresor y vieron cómo ingresaba al hotel Mendoza, ubicado a tres cuadras del lugar donde ocurrió el manoseo. Luego fueron hasta la Fiscalía de Ciudad y lo denunciaro­n.

El irlandés fue detenido esa mis- ma madrugada y permaneció preso hasta el jueves, en una comisaría, imputado por el delito de abuso sexual simple. Con la firma del acuerdo, el turista ha quedado en libertad pero aún tiene una prohibició­n de salir del país hasta tanto quede absuelto. Tuvo que pagar una fianza personal de 10 mil pesos y la obligación de comparecer ante la Fiscalía una vez por mes.

"Mi cliente no comprende bien el español y está desesperad­o. Estaban de vacaciones en familia, con sus padres que tienen 60 años, dos hermanos y sus sobrinos, y se han visto inmersos en esto", dijo la abogada defensora Bárbara Córdoba. Reveló la abogada que la denunciant­e les pedía ocho mil dólares y que incluso antes se comunicaro­n con el hermano del irlandés imputado para pedirle "cinco mil dólares o tres teléfonos celulares" para terminar con todo el proceso. "Fue una extorsión", dijo la abogada. Y señaló: "Es una situación horrible para una persona que viene a visitar la provincia por unos días porque por más que recupere su libertad seguirá ligado al proceso hasta que sea sobreseído".

No hubo pericias psicológic­as al acusado porque el acuerdo llegó antes de avanzado el proceso. El fiscal Nora espera que las autoridade­s de Irlanda informen si el imputado tiene antecedent­es penales en ese país para definir si queda absuelto en las próximas semanas. ■

Mi cliente no comprende bien el español y está desesperad­o. Estaba de vacaciones con sus familiares, que de repente se ven involucrad­os en esto. Fue una extorsión” Bárbara Córdoba Abogado del turista acusado de abuso

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La fuente. El lugar donde ocurrió el abuso, en pleno centro de Mendoza.

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