“Al fútbol lo manosean mucho y eso me molesta”

-César, ¿por qué decidió abrir una escuela de entrenadores?

-Vi un montón de cosas que se hacían y me dio vergüenza. Empecé a recopilar lo que tengo escrito de fútbol desde 1978 y me di cuenta de que teníamos que abrir el análisis de los futuros entrenadores a través de las cuatro acciones que tiene el juego: defender, recuperar la pelota, gestar jugadas y definir. Simeone elige retroceder y poner recuperadores de pelota y es válido. Guardiola reduce los espacios, a favor de los buenos jugadores. Después hay que ver cómo se gesta. La tenencia de la pelota es una necesidad. El artista, que es el jugador, es feliz cuando juega. ¿Qué pasaría si a un artista, cuando llega al escenario, lo sentaran en una silla y le dijeran que cuide la puerta? Yo siento que el futbolista llega al gran escenario, que es jugar en Primera, con ganas de jugar. Ahora, para jugar también hay otro. Entonces ahí vienen las maneras de buscar la eficacia, que no es jugar lindo sino jugar bien. Y en favor de jugar bien se encuentran los resultados. Pero si uno revisa la historia del fútbol, los que quedan en la memoria son aquellos equipos que ganaron jugando bien.

-¿Se sigue encerrado en la disputa sin sentido entre ganar o jugar bien? -Al fútbol lo manosean mucho. Dicen cosas que no tienen nada que ver con el juego. Hay una competitividad en el periodismo deportivo y también en los entrenadores. Pretenden hacer difícil un triunfo. Y eso me molesta. Por ejemplo, Guardiola salió campeón y había ido a jugar al golf. Entonces cuando perdió empezaron a decir un montón de pavadas. Si yo tuviera que hablar lo mismo, tendría que decir que Simeone no ganó nada y hace un montón de años que está. -¿Y cuál es la salida?

-Hay una necesidad en mí de que el futbolista entienda que tiene que haber una relación afectiva entre él y el público. No con el espectador, que es el que va a la cancha a gritar y se come un pancho mientras están jugando. Eso es un espectador, como si yo fuera a ver ballet, que no entiendo nada. Pero hay un público de fútbol que es excelente y que se está yendo de las canchas porque se aburre. Esta es mi preocupación. ■