Renovación peronista: un enigma que regresa 30 años después
“Los gobernadores tienen sus responsabilidades y necesitan mantener un vínculo institucional y económico con la Nación. Los intendentes del PJ están atados a la gobernadora María Eugenia Vidal. Por eso la renovación del Peronismo la estamos haciendo desde el espacio legislativo”, reflexiona un dirigente del Interbloque Argentina Federal.
Renovación es un término con un alto significado en la vida del Partido Justicialista de los últimos 30 años.
El 6 de septiembre de 1987 Antonio Cafiero ganaba la gobernación bonaerense tras la ola alfonsinista y el PJ comenzaba un proceso de discusión y transformación interna llamada la Renovación Peronista. Así, alejaba los fantasmas de la desintegración, de las divisiones internas y de los “mariscales de la derrota” en 1983 a manos de Raúl Alfonsín.
Cafiero, Carlos Menem, José Octavio Bordón, José Manuel de la Sota, José Luis Manzano y Carlos Grosso, fueron algunos de los dirigentes que emergieron en ese cambio de época del PJ. Mientras, en la provincia de Buenos Aires, Cafiero era acompañado por una nueva tecnocracia con Felipe Solá, Guido di Tella, Eduardo Amadeo y Alietto Guadagni, entre otros.
Aquéllos “mariscales de la derrota” que dieron paso a la renovación, bien podrían ser considerados, en la actualidad, Cristina Kirchner y compañía, que perdieron las elecciones generales de 2015 a manos de Mauricio Macri.
¿Podrán surgir nuevos nombres, de dirigentes capacitados para alimentar una renovación en el peronismo?
Casualidad o causalidad, algunos dirigentes de aquélla Renovación se encuentran hoy asesorando a algunos legisladores del Peronismo dialoguista. ■