Más de 1.600 detenidos en protestas en toda Rusia contra Putin
Rechazan el inicio de un nuevo mandato del líder ruso. Entre los arrestados está el opositor Navalni.
La policía detuvo este sábado al líder opositor Alexéi Navalni junto a otras al menos 1.600 personas que protestaban en todo el país contra el inicio de un nuevo mandato del presidente Vladimir Putin. El líder ruso asumirá mañana lunes un nuevo período de seis años tras más de dos décadas en el poder. La policía atacó con palos a los manifestantes que protestaban también contra la corrupción y la crisis económica.
Putin ganó en marzo pasado, por más de 70% de los votos, las elecciones nacionales a las cuales no pudo presentarse Navalni, acusado de presuntos hechos penales. La protesta en Moscú y en otras 90 ciudades se hizo con el lema de “No es nuestro zar” en alusión al líder del Kremlin que se mantiene con mano dura en el poder desde hace 18 años y al frente de una democracia tutelada y con amplios límites a las libertades individuales. La extendida corrupción es uno de los ejes de la campaña de la disidencia además de la censura que rige en la red internet del país y que es foco de insistentes protestas por parte de los jóvenes.
Las manifestaciones suceden, además, con el trasfondo de las calamidades económicas que soporta la potencia regional rusa, que debió reducir en 20% sus gastos de Defensa pese al despliegue militar que realiza en Siria y las necesidades de desarrollo armamentístico para equilibrar el poderío de la OTAN. Rusia sufre sanciones por la crisis con Ucrania y que van camino a ampliarse por el vidrioso caso del intento de asesinato de un ex espía ruso en Londres, delito que se le atribuyó a Moscú pese a que no se logró confirmar el origen del veneno.
Navalny, un activista anticorrupción de 41 años, acudió a la plaza Pushkin de Moscú, donde se habían congregado, según testigos, miles de seguidores suyos, en su mayoría jó- venes. La policía cifró en 1.500 el número de manifestantes. Al i gual que durante otras manifestaciones anteriores, los agentes sacaron al líder opositor de entre la multitud y se lo llevó.
El periódico opositor Nóvaya Gazeta denunció que “las detenciones fueron muy duras. La gente fue golpeada contra el asfalto y con las porras policiales”.
El jefe del Consejo de Derechos Humanos adjunto al Kremlin, Mijail Fedótov defendió la represión con el argumento de que la policía actuó en Moscú “para impedir que partidarios de distintas posiciones” políticas “diriman sus diferencias a puñetazos”. El ayuntamiento de Moscú había advertido de que la policía puede actuar contra los ciudadanos que se sumen a la manifestación, calificada de “pro- vocación y una total irresponsabilidad” por Vladímir Chérnikov, jefe municipal de Seguridad.
Navalni había reaccionado a la prohibición de las maracas advirtiendo a la gente “si permanecen en casa, la banda criminal de Putín destruirá el país y los privará de futuro”.
También en San Petersburgo fueron miles las personas que respondieron a la convocatoria de Navalni. Las autoridades pusieron todo su empeño en impedir una gran acción en la capital imperial -patria chica de Putin- al cerrar al paso de los transeúntes a la Plaza de los Palacios y la de Campo de Marte. Pero los manifestantes lograron hacerse notar y tomaron la céntrica avenida Nevski, la principal arteria de la ciudad.
El portal defensor de los derechos civiles “OVO-Info” aseguró que habían sido detenidas unas 1.350 personas, de ellas casi 600 tan solo en Moscú. La Policía mencionó la cifra de solo 300 detenidos en la capital rusa. Los arrestados se enfrentan a varios días de detención.
Con estas manifestaciones Navalny pretendía reeditar las masivas protestas realizadas en 2012 contra la investidura de Putin. El entonces primer ministro había pactado un intercambio de cargos con el presidente Dmitri Medvedev para volver a la jefatura del Estado en un enroque para no perder el poder. Putin reprimió las protestas de entonces e impuso duros castigos a los organizadores
La respuesta de las autoridades rusas a las manifestaciones opositoras fue repudiada por la Unión Europea, cuya dirigencia aseveró que los arrestos “amenazan las libertades fundamentales de expresión y asociación”. También pidió la “liberación sin demora de los manifestantes pacíficos y de los periodistas”. ■
La Unión Europea condenó la represión y reclamó la liberación de los detenidos