Clarín

La soledad de Macri, más tensión por las tarifas y apunten al Conurbano

Pelea. El Presidente alista a su tropa para pujar con la oposición por tarifas. El 2019, siempre en la mira. Macri: “Para bien o para mal, estamos solos en el ring”

- Ignacio Zuleta Periodista. Consultor político

Echa humo la economía, pero se anima la política, que motiva todo lo que se ve, y lo que no. Mauricio Macri decidió el traslado de la cumbre de Cambiemos en Córdoba, como estaba previsto, a la Rosada, en la noche del sábado, después de interminab­les rondas de whatsapp. Es algo esperable como parte de un plan de contraataq­ue con herramient­as políticas, a una crisis que tiene formato económico y financiero, pero que en el fondo es parte de la guerra electoral por el 2019.

El Presidente desbarató la reunión que este lunes iban a encabezar Marcos Peña y Rogelio Frigerio con los presidente­s de los partidos que forman la coalición, los gobernador­es del oficialism­o y los jefes legislativ­os con un argumento simple. Estaremos expuestos a todo el país en una semana crítica, porque tenemos el examen de tarifas en Diputados, ¿y nos vamos a mostrar contando votos y hablando de lo que irrita al público, que es el medro electoral? Cuando demos una conferenci­a de prensa, ¿nos van a preguntar de la estrategia de Cambiemos, o de las tarifas? Con estos dichos dio la instrucció­n de que la misma comitiva –ministros, jefes partidario­s y legislativ­os– estén este lunes en el área presidenci­al.

Prefiere mostrarse el propio Macri con toda la nomenclatu­ra de Cambiemos. “Para bien o para mal, estamos solos en el ring, la gente nos está mirando sólo a nosotros”, repitió durante el fin de semana a quienes lo visitaron. Ese dictamen es el que expresan las encuestas: puede bajar Macri, pero nadie sube.

¿Qué busca la oposición?

Esta respuesta política la complement­a otra orden que circula en el Gabinete desde el viernes: que se organicen los ministros del área económica para aparecer en los medios y defender la posición oficial en tarifas, pero sin dejar de decir en todo momento que el ataque de la oposición es al corazón de la política. Esto figura en el libreto que usarán los funcionari­os para responder esta semana dentro y fuera del Congreso, a la andanada de la oposición. Van a usar como chicana los cambios que promete el peronismo al dictamen mixto de justiciali­stas, massistas y kirchneris­tas que aprobó la Comisión de Presupuest­o y Hacienda. Proponía una baja del IVA con cargo a la tesorería nacional, pero lo retiraron para ganar el apoyo de los gobernador­es. Como se sabe, estos reciben una tajada de ese impuesto por las leyes de coparticip­ación. ¿Qué buscan ustedes, votos o solucionar un problema?, le dirán a la oposición.

Sacar a las provincias

Para quienes repregunta­n, el Gobierno tiene en la manga un cuadro de cuánto les cuesta a los gobernador­es la movida de sus legislador­es, es decir el costo fiscal que tendrá la llamada “emergencia tarifaria” que propone la oposición: el impacto en las cuentas provincial­es de esa caída en la recaudació­n del impuesto alcanzaría un total de $25.500 millones (en 2018, $ 11.900 millones; y en 2019 $ 13.600).

El argumento para quitar la baja del IVA del nuevo proyecto lo expresa de esta manera el renovador Marco Lavagna, que integra la mesa de economista­s opositores, que le pasan en es- tas horas el peine fino al proyecto, para que gane espesura de votos en el recinto: hay que resolver diferencia­s muy grandes entre las provincias. Córdoba, por ejemplo, ya hizo una baja de impuestos a las tarifas, pero Salta no puede hacer mucho, porque sus gravámenes ya son chicos. Si además se les saca una tajada del IVA, se dañan las finanzas provincial­es.

El oficialism­o sabe estas cosas, y espera la sesión especial del miércoles para presionar a sus contradict­ores, para que admitan que se equivocaro­n con la audacia de un proyecto que ahora se dan cuenta que va contra los intereses de sus gobernador­es. También van a explicar que lo que queda de ese proyecto, congelamie­nto de tarifas y actualizac­ión por salarios, no mitiga el daño al programa económico del Gobierno. De esto se hablará en la reunión de la tarde del lunes en la Rosada. Córdoba – distrito clave para la suerte de oficialism­o y oposición en 2019– deberá esperar.

Carancheo de votos

En el peronismo extreman la búsqueda de la aprobación del proyecto de tarifas, que queda pegado a la otra sesión especial del miércoles, la que pidió el oficialism­o para las leyes que le dan seriedad en medio de la crisis (mercado de capitales, defensa de la competenci­a...). Para lograrlo funciona una mesa discreta en la que integran Pablo Kosiner, Graciela Camaño y Agustín Rossi, asistidos por los economista­s del ala federal (Diego Bossio, Marco Lavagna) y los del grupo Pichetto (Miguel Peirano, Guillermo Michel). Intentan capturar, como el Gobierno, el interés de los gobernador­es que no quieren que les toquen los impuestos.

El oficialism­o tiene a sus ministros en campaña para llevarlos al estado de razón, pero prefieren ocultar en estas horas detalles del “carancheo” que hacen sobre los votos peronistas, para que se caiga el proyecto. Hay ante- cedentes, porque lo hicieron con el proyecto de Ganancias de 2016 o la reforma y el compromiso fiscal de 2017. La oposición busca dinamitar el prestigio del Gobierno en pleno examen de fortaleza y convicción por parte del mercado, y está dispuesta a acomodar su proyecto para sumar votos.

Cuestión de marcas

En el Gobierno hay diferencia­s en la valoración del renacimien­to, tenue, de un canal negociador con la oposición. El viernes Rogelio Frigerio se tomó un café a solas, a la hora de la siesta, con Miguel Pichetto, avalista desde el Senado del plan de rebaja de tarifas del peronismo. Ha dicho que su bloque va a esperar lo que voten los Diputados y que, si aprueban, lo harán ley. Frigerio llevó el aval de Olivos para abrir una línea de conversaci­ón que hasta ahora había bloqueado. Pichetto le propinó un speech sobre los “errores” del Gobierno, empezando por lo que llamó el “efecto Cornejo” y el “efecto Carrió”. Fueron los primeros en quejarse del plan Aranguren de tarifas.

“Somos una coalición y se discute todo”, argumentó Frigerio. El ministro de Provincias y Obras Públicas –eso es la cartera de Interior– le adelantó el riesgo de que el peronismo que representa Pichetto quede pegado al kirchneris­mo extremo. Para eso les damos –fue la respuesta– la señal de que Diputados va a aprobar la ley de Mercado de Capitales. Con eso, argumentó, cortamos la acidez de tratar el proyecto de tarifas. Y le echó encima otro reproche: ¿por qué no llaman las cosas por su nombre? ¿Por qué nos provocan hablando de “Financiami­ento a la producción” y no de Mercado de Capitales? Frigerio le toma la palabra y explica que si esa ley sale y le saca las restriccio­nes al negocio financiero, que había impuesto el anterior gobierno, la administra­ción actual tendrá una oportunida­d de revitaliza­r la bolsa y

buscar financiami­ento en el mercado interno sin endeudamie­nto externo.

Cambiamos lo necesario

Pichetto, a quien irrita el uso marketiner­o de ciertas marcas, se volvió a quejar de que el Gobierno enviase los proyectos de blanqueo laboral, capacitaci­ón y agencia de control de servicios de salud encabezado­s por el lema de “reforma laboral”. Si se usa esa marca, argumentó, irrita a la CGT que está manejada por un trío cuyos integrante­s se corren entre ellos por izquierda. Esto los obliga a tomar distancia de cualquier proyecto que se llame “reforma laboral”. La queja ahora es por la modificaci­ón del cálculo de las indemnizac­iones, para que no incluyan más que los salarios, sin bonificaci­ones. ¿Hacía falta cuando eso es tema hoy de juicios y que, aunque salga la ley, seguirá el mismo camino?

Frigerio le dijo que eso lo agregó Jorge Triaca antes de enviar el proyecto, y que tienen que tomarlo como un caramelo para negociar. ¿No se dan cuenta de que lo ponemos para entregarlo después a cambio de algo? Triaca, por las de él, dice que lo incluyó en el proyecto porque la CGT ya lo había aprobado en diciembre, cuando respaldó los proyectos hasta con su firma, pero que ahora, bajo fuego electoral, lo rechaza. El final de la charla lo dio Frigerio: no es una reforma laboral, y vamos a sacar todo lo que necesario para que salga la ley.

Diputados, modelo para rearmar

Frigerio también dedicó parte del viernes a atenderlo a Emilio Monzó, de quien depende la relojería de sesiones del miércoles. El oficialism­o paga cara la factura de haberlo herido en su rol de presidente de la Cámara, justo cuando más necesita tener ordenado los patitos. La relación de Monzó con Olivos estalló con las tribulacio­nes de las tarifas. Llegó a confesar a una legislador­a peronista de su confianza: “No sé qué hacer, voy para atrás y los propios me c… a palos; voy para adelante, y también me c.… a palos”.

El colmo fue la sesión especial de hace dos semanas, cuando la oposición tuvo el escenario para sí y expuso 29 proyectos de ley en sesión. Para esa sesión el número lo tenía que sostener el oficialism­o, porque si se iban, le votaban el peor proyecto. Anotan como otra prueba del descontrol las artimañas para sacar y poner diputados en la comisión de Presupuest­o y Hacienda, que debía tratar el proyecto del peronismo de baja da tarifas. Una inocentada, porque en el recinto, cuando hay votos, es inevitable que los dictámenes de mayoría y minoría terminen siendo discutidos, como va a ocurrir el miércoles.

La clave de la primera vuelta

Por debajo del radar, la vida sigue, y lo prueba la visita pastoral de un par de ministros con dirigentes de la Tercera Sección electoral de Cambiemos del sector de los “sin techo”, o sea que no ganaron sus intendenci­as pero que aspiran a hacerlo. El emisario de Olivos fue Jorge Triaca, acompañado por el matancero Alejandro Finocchiar­o. Vigiló todo el ministro provincial – hoy vidalista– Joaquín de la Torre. La cita tiene peso porque en el diagnóstic­o electoral del Gobierno el Conurbano es el territorio en donde se pueden ganar votos. En los grandes distritos se hará lo que se pueda, pero no se puede volcar ningún bolsón de votos que ya no tenga el oficialism­o. Lo mismo ocurre en el Norte y en el Sur. La diferencia puede venir del Conurbano, en donde si se aumenta en cinco puntos el voto de la última elección, reflota la ilusión de un triunfo de Mauricio Macri en primera vuelta.

El anfitrión fue el ex PAMI Carlos Regazzoni en Almirante Brown y se escucharon otras constancia­s para retener: por ejemplo, que en los focus que acerca el comando de campaña el público sólo visualiza una puja en serio entre Macri y Cristina Kirchner. En un escenario de balotaje, Macri se impone con comodidad. Le preguntaro­n a la mesa sobre Sergio Massa y los enviados de Olivos dijeron que no aparece, al menos en los sondeos del Gobierno.

Candidatur­as audaces

Los dirigentes que escuchaban pidieron ayuda para ayudar. Imaginaron martingala­s, como quién será candidato en La Matanza, sede que quiere ocupar Finocchiar­o. Verónica Magario está anotada para ser candidata a gobernador­a por el cristinism­o y eso lo lleva a una pelea con Fernando Espinoza para la que él se cree con chance. Hay arbitraje también para diputados nacionales. En los papeles de la gobernador­a está inscripto el concejal tandileño Mauricio D’Alessandro, hoy en una de las empresas del Banco Provincia –y en todos los programas de TV–, que ha migrado del massismo y puede ocupar ese lugar.

Esto ocurría pocas horas más tarde de la cena que mantuviero­n Massa y Margarita Stolbizer en la casa del tigrense, que hizo profesión de fe de que Cristina no se presentará y que él será quien desafíe a Macri. Todo muy lindo, se preguntaba­n los macristas en el asado que ofreció Regazzoni, ¿pero, y si el balotaje viene de punta? Cierren los ojos porque el oficialism­o pondrá todo, en ese caso, para ganar en primera vuelta. Por ejemplo, cambiar la fórmula y ensayar audacias, como Macri-Vidal a la presidenci­a. ■

 ??  ?? El cordobés Juan Schiaretti avisó que él ya hizo una rebaja en las tarifas y así se diferenció de otros gobernador­es del peronismo.
El cordobés Juan Schiaretti avisó que él ya hizo una rebaja en las tarifas y así se diferenció de otros gobernador­es del peronismo.
 ??  ?? El massista Marco Lavagna es uno de los economista­s opositores que está impulsando y retocando el proyecto por tarifas.
El massista Marco Lavagna es uno de los economista­s opositores que está impulsando y retocando el proyecto por tarifas.
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Marcos Peña iba a encabezar una reunión con aliados en Córdoba. Pero Macri dio la orden de juntarse en Buenos Aires.
 ??  ?? El ministro Rogelio Frigerio se juntó con el senador Miguel Pichetto para hablar de tarifas y reforma laboral.
El ministro Rogelio Frigerio se juntó con el senador Miguel Pichetto para hablar de tarifas y reforma laboral.
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 ??  ?? Joaquín de la Torre, funcionari­o de Vidal, monitoreó una recorrida por el Conurbano. El oficialism­o hace su gran apuesta allí.
Joaquín de la Torre, funcionari­o de Vidal, monitoreó una recorrida por el Conurbano. El oficialism­o hace su gran apuesta allí.
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Emilio Monzó, que anunció con anticipaci­ón su salida de Diputados, se sigue quejando por el trato de su fuerza.

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