Apatía electoral en Venezuela, agobiada por la escasez de alimentos y la hiperinflación
A 15 días de los comicios en los que Maduro busca la reelección, los venezolanos parecen más preocupados por conseguir alimentos y medicinas que por el voto.
Nicolás Maduro ha decidido convertir la guerra económica que atribuye a los enemigos a su Gobierno en una bandera de su campaña por la reelección. De tal modo, desplega estrategias que implican un mayor control de la población venezolana y que la oposición califica de chantaje para arrodillar a los ciudadanos. Los comicios presidenciales se celebrarán el próximo 20 de mayo, pero la fiesta electoral es casi inexistente debido a la crisis económica que tiene a los venezolanos haciendo malabares con un salario consumido por la hiperinflación que, según el FMI, trepará este año al 13.800%. Al mismo tiempo, deben sortear las angustias de la severa escasez de alimentos subsidiados y de medicamentos. Con un candidato opositor de “fachada” como el ex chavista Henry Falcón, las elecciones presidenciales parecen no despertar el interés de los venezolanos, agobiados como están por la crisis.
Según Maduro y voceros de su Go- bierno, el pueblo está siendo víctima de “oligarcas” que dirigen esta guerra económica a la que atribuye la inflación desbordada, la ausencia de alimentos y medicinas, así como las fallas constantes en servicios como el suministro de agua y de electricidad.
Unos 3,3 millones de venezolanos han emigrado en el último tiempo, sobre todo a Colombia, Estados Unidos, España y otros países latinoamericanos, entre ellos, Argentina, Brasil, Perú y Chile.
Bajo este escenario, Maduro au- mentó el salario mensual en 95% (para dejarlo en unos 37 dólares) y anunció un incremento de 56% a los bonos que entrega a quienes se han registrado en un censo gubernamental para obtener el llamado “carné de la patria” por el que se ha propuesto controlar los beneficios sociales. Asimismo, dictó un bono “único” especial para los obreros que -dijo- debe alcanzar a unos diez millones de trabajadores y anunció además el aumento de un bono dirigido a personas con alguna discapacidad y otro para las mujeres embarazadas. Todos con montos que oscilan entre 7 y 20 dólares. El candidato oficialista dijo que aspira a que todos los que tienen el carné oficialista salgan a votar pues “esto es dando y dando” y subrayó: “Mientras más votos, más bonos”.
Además, Maduro activó un plan para hacer frente al “boicot económico” que adjudica a supuestas mafias que operan a la sombra del control de cambio estatal. Sostiene que promueven una “tasa criminal” del dólar paralelo, ante lo cual ha prometido que, si obtiene 10 millones de votos, acabará con esos mafiosos.
La lucha contra la guerra económica se ha casado con la campaña electoral y en ese discurso se han lanzado amenazas a los bancos que estén colaborando con las supuestas mafias que hacen el “boicot” contra la moneda y a los supermercados que aumenten “a lo loco” los precios de los productos. En esta parte de la “batalla” se incluye la reciente detención de directivos e intervención al banco Banesco, al que acusan de haber hecho omisiones en cuanto a la prevención de legitimación de capitales y no haber reportado cuentas sospechosas de realizar actividades ilícitas.
En un acto de campaña, Maduro responsabilizó al Banesco de “justificar” los “falsos y criminales” precios del dólar especulativo en el país y que multiplica por diez el valor oficial de 69.000 bolívares. Por ese motivo, sostuvo que había ordenado el jueves pasado su intervención por 90 días. El presidente acusó a ese banco de ser el causante de que se incrementen los precios de los productos y pidió “diez millones de votos” para seguir adelante con su operación contra el supuesto “boicot económico” y encarcelar a “todos los corruptos que promueven esta especulación”.
En su campaña, el presidente pide “10 millones de votos” para dar “estabilidad económica a todas las familias” y dar “estabilidad” al Carné de la Patria.
Lo cierto es que se trata de una cantidad de votos altísima, que no fue conseguida ni siquiera por su popular antecesor y mentor, el fallecido Hugo Chávez (1999-2013). Los últimos últimos sondeos aseguran que la popularidad de Maduro ronda el 20%. Los adversarios de Maduro en la contienda electoral han denunciado que el presidente abusa de su poder al recurrir al canal del Estado para hacer estos anuncios y entregar beneficios mientras participa de actos proselitistas.
Sin embargo, no es la primera vez que Maduro realiza denuncias y sacudidas económicas en plena campaña. A un mes de las municipales de 2013, anunció la intervención de una importante cadena de electrodomésticos. Muchos atribuyen el triunfo del chavismo a la fuerte baja de precios de esos productos. En ese entonces, representantes de los comerciantes de Venezuela condenaron el uso electoral de la economía del país con fines electorales y denunciaron que las medidas tomadas por el gobierno hicieron “muchísimo daño”.