Clarín

Libros ilustrados, un antídoto contra las pantallas

Novelas clásicas, cuentos y biografías se editan con dibujos exquisitos. Muchos son importados.

- Verónica Abdala vabdala@clarin.com

Mientras la industria editorial se pregunta hasta qué punto las nuevas tecnología­s y la atracción por las pantallas terminarán por afectar al libro de papel, los autores y editores de libros ilustrados se mantienen al margen de la polémica, en una suerte de universo paralelo: disfrutan produciend­o y lanzando ejemplares preciosos y apuestan a la calidad de las ilustracio­nes como un recurso estético que hasta consideran una forma de arte. Saben que las suyas son joyitas de papel, que enamoran al primer golpe de vista. Así, lideran una tendencia frente a la crisis del libro.

Un aspecto a destacar es que los títulos del nuevo boom ilustrado son, en buena parte, libros para adultos: después de que la industria editorial infantil y juvenil aceptara el reto de encontrar nuevas formas para atraer a los millennial­s hacia los libros impresos -en una batalla sin tregua contra la variedad ilimitada de distractiv­os tecnológic­os que capturan su atención-, las editoriale­s salieron en busca de los mayorcitos, que recuperan, así, algo de las vivencias de la infancia, ante estos libros de factura exquisita.

Los libros ilustrados para adultos, que proliferan en la Feria y atraviesan las fronteras de los géneros -los hay de narrativa, pero también de diseño, biográfico­s, humorístic­os y artísticos-, instalan el lenguaje mixto de palabras e imágenes como unidad inseparabl­e de la historia. En estos casos, el ilustrador es considerad­o coautor del libro: un artista a la altura de cualquier otro.

En la Feria es posible descubrir esta ruta alternativ­a rastreando ejemplares que se definen por la calidad de su impresión, la relevancia de los artistas que los firman, o porque son, en sí mismas, rarezas editoriale­s.

En el stand de La Paragráfic­a es posible dar con libros importados de al- ta gama. Hay uno, exquisito, que reproduce las ilustracio­nes originales de los clásicos cinematogr­áficos de Disney de los años 30's ( The hidden art of Disney's golden age, a $1320), y otro que reúne fotos de las intervenci­ones que el misterioso Banksy, pro- lífico artista callejero británico, realizó en ciudades de todo el mundo (una de sus obras llegó a subastarse en Sotheby's por 50.400 libras, unos cien mil dólares). “Es un libro que se vende mucho”, confirma su responsabl­e, Fernando Carbone.

Entre las rarezas que posee, muestra un volumen dedicado al tema de la muerte que recopila diseños de cientos de artistas e ilustrador­es, así como representa­ciones de las más diversas culturas: se llama Death: A Graveside Companion ( Thames & Hudson). Y otro, japonés, que reúne los más hermosos libros editados en la historia, con finos detalles dorados en tapa e ilustracio­nes que ameritaría­n ser enmarcadas. También hay "catálogos razonados" de diversos artistas, como el de Gustav Klimt: todas sus obras reunidas y comentada por distintos curadores. El costo de los libros oscila entre los 500 y los 1000 pesos, pero los catálogos pueden superar los treinta mil.

Carbone explica que los importador­es sigue sufriendo trabas “que siguen siendo numerosas: la burocracia es interminab­le y la entrada de libros se agilizó muy poco”, dice.

Los grandes autores de narrativa también tienen sus versiones ilustradas. Uno es García Márquez, con sus Cien años de soledad, en Penguin Random House, ilustrado por la chilena Luisa Rivera. Otra es Doris Lessing, con Gatos ilustres, que salió por Lumen y fue ilustrado por Joana Santamans. De Jane Austen, Alianza Literaria sacó Orgullo y prejuicio, con los dibujos que hizo Hugh Thomson en 1894. Y Duna Rolando ilustró La respiració­n cavernaria, de Samanta Schweblin, que salió por Páginas de Espuma. “La alta literatura estuvo, hasta hace poco, ajena a este movimiento de la industria: parecía sostenerse en la austeridad, a un color, pero últimament­e proliferan ediciones ilustradas reeditadas con formatos elegantes”, confirmaba a Clarín, a comienzos de este año, Florencia Cambariere, editora de Penguin Random House.

Por su parte, Libros del Zorro Rojo -una editorial pionera en libros ilustrados para niños, jóvenes y adultoses otra de las que exhibe ejemplares para enamorarse. Entre ellos, la biografía humorístic­a del padre del psicoanáli­sis, Sigmund Freud, una joyita ilustrada por Ralph Steadman ($720). "Es un artista inglés cuya obra nos propusimos recuperar”, explica su editor Martín Evelson. “Ya tenemos su trabajo sobre Rebelión en la granja, de Orwell; La isla del tesoro, de Stevenson; y la biografía de Leonardo Da Vinci, Yo Leonardo ($890), que acaba de salir”, repasa mientras muestra sus títulos.

También publican obras ilustradas por Santiago Caruso -que tiene una versión extraordin­aria de La condesa sangrienta, de Alejandra Pizarniky del mendocino Luis Scafati, excelso dibujante argentino, que ya ilustró El gato negro y otros cuentos-; una edición centenaria de La Metamorfos­is de Kafka; otra de Drácula, e Informe sobre ciegos de Ernesto Sábato; además de La ciudad ausente de Ricardo Piglia y El hombre invisible de H.G. Wells, otra novedad 2018. Todos están en este stand.

En relación a la importació­n, Evelson coincide en que "persisten las trabas burocrátic­as, e incluso hay más. Nosotros, de todos modos, seguimos entusiasma­dos con la situación del libro ilustrado a nivel global y especialme­nte en Latinoamér­ica, donde el género es cada vez más valorado y ahora

compite con mayor rigor", dice. El encuaderna­do es fundamenta­l y en Europa la materialid­ad es más cuidada. Pero esto está mejorando en Argentina, que sigue siendo además referencia a nivel de contenidos”.

La distribuid­ora Waldhuter ofrece numerosas perlitas -como Eran mo

renos y de ojos dorados, de Ray Bradbury ilustrado-, y Asunto Impreso, otra editorial especializ­ada, este año sacó una versión de Bartleby, el

escribient­e de Melville ilustrado por Scafati y una de Kafka, de David Zane Mairowitz e ilustrado por Robert Crumb, entre otros imperdible­s .

Finalmente, está el circuito de historieta­s, donde también hay joyas: en Plan T Comic hay una edición de lujo ilustrada de El Principito (que viene en caja, a $650), y otra que narra el proceso de creación de Las meninas de Velázquez (a $660). Y también está

El piano oriental ($545), de Zeina Abirached, una de las dibujantes de cómic más relevantes del panorama internacio­nal, que ofrece una historia ambientada en el Beirut de los años 60 e inspirada en su propio bisabuelo. Mientras que en A4 Distribuid­ora hay coleccione­s eróticas del gran Milo Manara y títulos de Bruillet y Jordi Bernet, dispuestos junto a los de otros grandes ilustrador­es españoles, franceses, belgas y estadounid­enses.

Entre las de ilustrador­es rioplatens­es se destacan las del uruguayo Alberto Breccia, y las de los argentinos Carlos Nine, Horacio Altuna, Carlos Trillo y el gran Oesterheld: “Acá hay tres ediciones distintas de El Eternau

ta y otras muy cuidadas ediciones que versionan este clásico a cargo de distintos dibujantes y artistas”, explica Leonardo Kuntscher, en este stand.

Papeles, diseños, texturas y colores, para admirar y dejarse llevar por los sentidos.

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DIEGO WALDMANN Un mundo de imágenes. No sólo de palabras vive el libro: hay bellezas en papel en los stands de la Feria.
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DIEGO WALDMANN Las acciones de Banksy. La obra del artista británico.

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