Libros ilustrados, un antídoto contra las pantallas
Novelas clásicas, cuentos y biografías se editan con dibujos exquisitos. Muchos son importados.
Mientras la industria editorial se pregunta hasta qué punto las nuevas tecnologías y la atracción por las pantallas terminarán por afectar al libro de papel, los autores y editores de libros ilustrados se mantienen al margen de la polémica, en una suerte de universo paralelo: disfrutan produciendo y lanzando ejemplares preciosos y apuestan a la calidad de las ilustraciones como un recurso estético que hasta consideran una forma de arte. Saben que las suyas son joyitas de papel, que enamoran al primer golpe de vista. Así, lideran una tendencia frente a la crisis del libro.
Un aspecto a destacar es que los títulos del nuevo boom ilustrado son, en buena parte, libros para adultos: después de que la industria editorial infantil y juvenil aceptara el reto de encontrar nuevas formas para atraer a los millennials hacia los libros impresos -en una batalla sin tregua contra la variedad ilimitada de distractivos tecnológicos que capturan su atención-, las editoriales salieron en busca de los mayorcitos, que recuperan, así, algo de las vivencias de la infancia, ante estos libros de factura exquisita.
Los libros ilustrados para adultos, que proliferan en la Feria y atraviesan las fronteras de los géneros -los hay de narrativa, pero también de diseño, biográficos, humorísticos y artísticos-, instalan el lenguaje mixto de palabras e imágenes como unidad inseparable de la historia. En estos casos, el ilustrador es considerado coautor del libro: un artista a la altura de cualquier otro.
En la Feria es posible descubrir esta ruta alternativa rastreando ejemplares que se definen por la calidad de su impresión, la relevancia de los artistas que los firman, o porque son, en sí mismas, rarezas editoriales.
En el stand de La Paragráfica es posible dar con libros importados de al- ta gama. Hay uno, exquisito, que reproduce las ilustraciones originales de los clásicos cinematográficos de Disney de los años 30's ( The hidden art of Disney's golden age, a $1320), y otro que reúne fotos de las intervenciones que el misterioso Banksy, pro- lífico artista callejero británico, realizó en ciudades de todo el mundo (una de sus obras llegó a subastarse en Sotheby's por 50.400 libras, unos cien mil dólares). “Es un libro que se vende mucho”, confirma su responsable, Fernando Carbone.
Entre las rarezas que posee, muestra un volumen dedicado al tema de la muerte que recopila diseños de cientos de artistas e ilustradores, así como representaciones de las más diversas culturas: se llama Death: A Graveside Companion ( Thames & Hudson). Y otro, japonés, que reúne los más hermosos libros editados en la historia, con finos detalles dorados en tapa e ilustraciones que ameritarían ser enmarcadas. También hay "catálogos razonados" de diversos artistas, como el de Gustav Klimt: todas sus obras reunidas y comentada por distintos curadores. El costo de los libros oscila entre los 500 y los 1000 pesos, pero los catálogos pueden superar los treinta mil.
Carbone explica que los importadores sigue sufriendo trabas “que siguen siendo numerosas: la burocracia es interminable y la entrada de libros se agilizó muy poco”, dice.
Los grandes autores de narrativa también tienen sus versiones ilustradas. Uno es García Márquez, con sus Cien años de soledad, en Penguin Random House, ilustrado por la chilena Luisa Rivera. Otra es Doris Lessing, con Gatos ilustres, que salió por Lumen y fue ilustrado por Joana Santamans. De Jane Austen, Alianza Literaria sacó Orgullo y prejuicio, con los dibujos que hizo Hugh Thomson en 1894. Y Duna Rolando ilustró La respiración cavernaria, de Samanta Schweblin, que salió por Páginas de Espuma. “La alta literatura estuvo, hasta hace poco, ajena a este movimiento de la industria: parecía sostenerse en la austeridad, a un color, pero últimamente proliferan ediciones ilustradas reeditadas con formatos elegantes”, confirmaba a Clarín, a comienzos de este año, Florencia Cambariere, editora de Penguin Random House.
Por su parte, Libros del Zorro Rojo -una editorial pionera en libros ilustrados para niños, jóvenes y adultoses otra de las que exhibe ejemplares para enamorarse. Entre ellos, la biografía humorística del padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, una joyita ilustrada por Ralph Steadman ($720). "Es un artista inglés cuya obra nos propusimos recuperar”, explica su editor Martín Evelson. “Ya tenemos su trabajo sobre Rebelión en la granja, de Orwell; La isla del tesoro, de Stevenson; y la biografía de Leonardo Da Vinci, Yo Leonardo ($890), que acaba de salir”, repasa mientras muestra sus títulos.
También publican obras ilustradas por Santiago Caruso -que tiene una versión extraordinaria de La condesa sangrienta, de Alejandra Pizarniky del mendocino Luis Scafati, excelso dibujante argentino, que ya ilustró El gato negro y otros cuentos-; una edición centenaria de La Metamorfosis de Kafka; otra de Drácula, e Informe sobre ciegos de Ernesto Sábato; además de La ciudad ausente de Ricardo Piglia y El hombre invisible de H.G. Wells, otra novedad 2018. Todos están en este stand.
En relación a la importación, Evelson coincide en que "persisten las trabas burocráticas, e incluso hay más. Nosotros, de todos modos, seguimos entusiasmados con la situación del libro ilustrado a nivel global y especialmente en Latinoamérica, donde el género es cada vez más valorado y ahora
compite con mayor rigor", dice. El encuadernado es fundamental y en Europa la materialidad es más cuidada. Pero esto está mejorando en Argentina, que sigue siendo además referencia a nivel de contenidos”.
La distribuidora Waldhuter ofrece numerosas perlitas -como Eran mo
renos y de ojos dorados, de Ray Bradbury ilustrado-, y Asunto Impreso, otra editorial especializada, este año sacó una versión de Bartleby, el
escribiente de Melville ilustrado por Scafati y una de Kafka, de David Zane Mairowitz e ilustrado por Robert Crumb, entre otros imperdibles .
Finalmente, está el circuito de historietas, donde también hay joyas: en Plan T Comic hay una edición de lujo ilustrada de El Principito (que viene en caja, a $650), y otra que narra el proceso de creación de Las meninas de Velázquez (a $660). Y también está
El piano oriental ($545), de Zeina Abirached, una de las dibujantes de cómic más relevantes del panorama internacional, que ofrece una historia ambientada en el Beirut de los años 60 e inspirada en su propio bisabuelo. Mientras que en A4 Distribuidora hay colecciones eróticas del gran Milo Manara y títulos de Bruillet y Jordi Bernet, dispuestos junto a los de otros grandes ilustradores españoles, franceses, belgas y estadounidenses.
Entre las de ilustradores rioplatenses se destacan las del uruguayo Alberto Breccia, y las de los argentinos Carlos Nine, Horacio Altuna, Carlos Trillo y el gran Oesterheld: “Acá hay tres ediciones distintas de El Eternau
ta y otras muy cuidadas ediciones que versionan este clásico a cargo de distintos dibujantes y artistas”, explica Leonardo Kuntscher, en este stand.
Papeles, diseños, texturas y colores, para admirar y dejarse llevar por los sentidos.