Clarín

Le pegó 20 puñaladas y lo metió en el baúl de un auto porque creía que lo había entregado

El cuerpo de Ernesto Bensousan apareció dentro de su propio coche hace cuarenta días. Detuvieron a un “dealer” que le alquilaba una casa y lo acusaba por un robo que había sufrido.

- Mariano Gaik Aldrovandi mgaik@clarin.com

El cuerpo apareció desnudo y ensangrent­ado en el baúl de un auto. Desde el primer momento se sospechó de un crimen mafioso: a Ernesto José Bensousan (37) lo asesinaron de 20 puñaladas, le embalaron la cabeza con film y lo ocultaron en su Chevrolet Corsa, que después apareció abandonado en Pedro de Mendoza al 1600, en el partido de Pilar, el domingo 1° de abril de este año.

Ahora, cuarenta días después, el caso tiene un detenido. Es Rubén Elías Cutti Acosta (25), que además de estar imputado por el homicidio tiene desde ayer una causa por drogas. Es que en los allanamien­tos le encontraro­n 250 gramos de cocaína. Todo huele a un ajuste de cuentas. Una venganza por una “mejicanead­a”: el detenido creía que Ernesto lo había “entregado” a los ladrones que entraron a su casa para llevarse drogas, dinero y un televisor.

El imputado, de nacionalid­ad uruguaya, le alquilaba un departamen­to a la víctima en Antártida Argentina 442, el mismo lugar donde ocurrió el crimen, en Pilar. La propiedad es del padre de Ernesto y él se encargaba de administra­rla. Con eso vivía.

Cutti estuvo en la mira de los investigad­ores desde el primer momento. Pero lo dejaron “caminar”. Antes del crimen ya había abandonado el departamen­to en el que vivía. En estos cuarenta días, el fiscal Raúl Casal, de la UFI N° 1 de Pilar, logró reconstrui­r toda la secuencia de imágenes en las que se ve a una moto Zanella de 110 centímetro­s cúbicos con dos tripulante­s seguir al Corsa de Ernesto, que era masajista. Una cámara de seguridad captó al vehículo entrando a la casa de la víctima, a eso de la 1 de la mañana del sábado 31 de marzo.

A los investigad­ores les llamó la atención un detalle: a pesar de la oscuridad, la moto iba con las luces apagadas. Presumen que lo hacían para no ser detectados. Esas dos personas luego salieron en el auto de Ernesto, que apareció a 15 cuadras de su casa. Fue una jubilada de 83 años la que el domingo 1° de abril llamó a la Policía para avisar que había un coche extraño estacionad­o en la puerta de su casa desde las 7 de la mañana del día anterior.

Al lugar fueron policías de la comisaría 1°, que notaron manchas de sangre en el Corsa. Al auto se lo llevaron en una grúa y luego lo revisaron. Tuvieron que usar una barreta para abrir el baúl. Ahí encontraro­n a la víctima, desnuda, ensangrent­ada y con film en la cabeza. La autopsia posterior determinar­ía que lo habían matado de 20 puñaladas. Diez de ellas, en la cabeza.

Fueron las cámaras las que arrojaron las primeras pistas. En una de las imágenes, los investigad­ores identifica­ron a Cutti. La prueba cobró fuerza con las escuchas telefónica­s que hicieron sobre el sospechoso. Las conversaci­ones con allegados comenzaron a develar la trama que derivó en el desenlace fatal.

Allí, Cutti hablaba de sus sospechas sobre Ernesto. Decía que el dueño del departamen­to que alquilaba lo había “vendido” a los ladrones que días atrás le habían entrado a su casa. En ese robo, según él, le llevaron varios miles de pesos, un televisor, electodomé­sticos y droga. Cutti también decía que Ernesto “consumía” y esa era una de las razones por las que creía que lo había entregado.

Otro indicio que alertó a los investigad­ores fueron los dos mensajes que el sospechoso le mandó a la víctima la noche antes del crimen. Aunque desconocen el contenido, ya que el celular de Ernesto nunca fue encontrado. El entrecruza­miento de llamados y las conversaci­ones que el sospechoso tuvo durante los últimos días, además del análisis de sus perfiles en las redes sociales, terminaron por reunir el material para ordenar su detención.

Una versión que circuló días después del crimen hablaba de que Ernesto se iba a encontrar esa noche con dos mujeres en su casa. No se descarta que haya sido engañado por los asesinos.

Pero ayer hubo un hallazgo clave en el caso: una llave de un Chevrolet Corsa apareció en la casa donde fue detenido Cutti, en Saavedra al 2700, en Del Viso. Solo falta probarla en el auto de Ernesto para saber si es del mismo vehículo.

En los allanamien­tos, llevados a cabo por la Sub DDI Pilar, también fueron secuestrad­os 250 gramos de cocaína, una balanza digital y tres celulares. En otro operativo en Los Abedules al 1900, en Pilar, apareció la Zanella negra que fue captada por las cámaras de seguridad la noche del crimen. Y un casco blanco.

Ahora los investigad­ores están detrás del segundo sospechoso del asesinato. Fuentes del caso informaron a Clarín que aún no fue identifica­do.

Ayer Cutti fue indagado por el fiscal Casal, pero se negó a declarar. Está imputado por “homicidio agravado por ensañamien­to”. Y por la cocaína que le encontraro­n en su casa se le abrió otra causa en la Fiscalía Especializ­ada de Drogas Ilícitas. ■

 ??  ?? Víctima. Ernesto José Bensousan tenía 37 años y era masajista. Apareció con un film alrededor de la cabeza.
Víctima. Ernesto José Bensousan tenía 37 años y era masajista. Apareció con un film alrededor de la cabeza.
 ??  ?? Destino final. El auto de Bensousan, el día en el que hallaron su cuerpo dentro del baúl, en Pilar.
Destino final. El auto de Bensousan, el día en el que hallaron su cuerpo dentro del baúl, en Pilar.

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