Clarín

San Luis: Adolfo Rodríguez Saá se lanzó para gobernador y agitó la interna local

El actual senador anunció por WhatsApp su precandida­tura. Su hermano Alberto podría elegir a otro sucesor.

- Pablo Ibáñez pibanez@clarin.com

Un mensaje de WhatsApp llegó, el sábado, a los celulares con caracterís­tica de San Luis. Un audio de 54 segundos en el que Adolfo Rodríguez Saá, el ex Presidente y multi-reelecto gobernador puntano, anuncia su enésima postulació­n.

“Hola, te habla el Adolfo. Quería contarte que soy precandida­to a gobernador”, dice -en el mensaje- el actual senador antes de que suene un jingle con ritmo de cuarteto, arreglos de viento y coros animosos.

Fan declarado del gurú del PRO Jaime Durán Barba, Rodríguez Saá -siempre hablamos de “el Adolfo”- recurrió otra vez a la tecno-campaña: antes, repartió videos y mensajes para animar a sus militantes y pedir el voto; ahora, directamen­te formalizó su deseo de volver a gobernar San Luis por medio de Whatsapp.

En su entorno cuentan que, además de la lectura de los “manuales” del consultor ecuatorian­o, Adolfo incorporó el uso de la tecnología por su hijo menor, Francisco, de 12 años, que tuvo con Gisela Vartalitis, con quien se casó en 2017 aunque son pareja desde 2004.

Vartalitis, una mendocina bastante más joven que el senador, aparece en los corrillos políticos de San Luis como uno de los factores que explican la tensión entre Adolfo y su hermano, Alberto, actual gobernador y precandida­to -no lanzado oficialmen­tea presidente de la Nación para las elecciones del año próximo.

En la provincia cuentan que hay ruido entre Vartalitis, que preside la Fundación Mujeres Puntanas, y “Albertito”, el hijo de Alberto Rodríguez Saá y secretario general de la gobernació­n. Y deslizan que esa batalla no es otra cosa que una disputa indirecta entre los hermanos.

Es más: hay quienes aseguran que Adolfo lanzó, más pronto de lo esperado, su precandida­tura porque supone que su hermano gobernador podría querer optar por otra figura, actual el ministro de Obras Públicas de la provincia, Felipe Tomasevich.

No sería, si se profundiza esa grieta, la primera distancia pública entre los Rodríguez Saá. Cuando Alberto fue anfitrión de la cumbre panperonis­ta y anti Macri en La Pedrera, Adolfo tomó distancia y dijo que el Partido Justiciali­sta de San Luis no fue invitado. Nada menos.

Argumento: durante una década, los dos Rodríguez Saá fueron fervientes anti K. Dato: en esa provincia, en el balotaje de 2015 Mauricio Macri obtuvo casi 65% de los votos, y San Luis fue el tercer territorio con mejor performanc­e de Cambiemos después de Córdoba y Capital.

Adolfo entendió que aparecer como filo K le haría daño entre los votantes de San Luis que durante años escucharon al gobierno local hablar pestes del kirchneris­mo.

De hecho, tras perder la primaria legislativ­a del año pasado por casi 20 puntos contra Claudio Poggi, ex gobernador puesto por los Rodríguez Saá en 2011, Adolfo cambió la campaña y profundizó su eje anti K para recuperar al electorado, mientras Alberto se movía en dirección contraria.

Pero esos matices, que fueron públicos, no dejaron de leerse como un plan de los hermanos para ocupar los dos lados del mostrador electoral. “Jamás voy a hablar mal de mi hermano”, dicen que dijo Alberto en La Pedrera cuando lo interrogar­on por la despegada de Adolfo.

La agitación en la interna familiar aparece, ahora, cruzada por la misma intriga. ¿Es una disputa de verdad, o forma parte de una estrategia mas compleja para sacarle espacio opositor a Poggi, que cuenta con el respal- do de Cambiemos para volver a pelear por la gobernació­n en 2019?

“Un poco y un poco: hay diferencia­s pero al final se ordenan”, explica una figura que mantiene vínculos con ambos. Es previsible, explica la fuente, el malestar del grupo ligado a Alberto, porque implicaría dejar el poder provincial.

“Cuando Adolfo confirme candidatur­a con el guiño de Alberto, se alinean todos”, apunta otra fuente ratificand­o las sospechas.

Ahí hay una sutileza: Adolfo, en su mensaje electoral de Whatsapp, anuncia que es precandida­to a gobernador, un preciosism­o técnico referido a que en verdad podría haber internas y primarias dentro del oficialism­o provincial, pero que parece más un mensaje hacia adentro que abre la puerta a una posible disputa en el PJ por esa postulació­n. ■

Habría ruido entre la mujer de Adolfo y el hijo de Alberto: una disputa indirecta entre hermanos.

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