Una ola global de repudios a la represión del ejército israelí
El traslado de la embajada de Estados Unidos en Israel de Tel Aviv a Jerusalén y la ola de violencia que la controvertida decisión desató en la Franja de Gaza, con su reguera de muertos y heridos, concitó una ola de repudios a nivel global y cargó las tintas en particular contra el gobierno israelí de Benjamín Netanyahu.
La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer unilateralmente a Jerusalén como capital de Israel y ejecutar el traslado de su sede diplomática es una medida altamente controvertida porque los palestinos también reclaman la ciudad como capital de su Estado y porque el status final de Jerusalén, según las Naciones Unidas, debería ser parte de una negociación formal. Inaugurando la ola de rechazos, Rusia consideró que la medida unilateral de Estados Unidos es un peligro para la paz en la región, según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en Moscú. El canciller ruso, Serguei Lavrov, señaló que el status de Jerusalén es un punto central del conflicto entre israelíes y palestinos y que esa disputa sólo se pude resolver con el diálogo y no por la acción unilateral de un país.
Ayer, más de 50 palestinos murieron y unos 2.800 resultaron heridos, cientos de ellos de bala, en el marco de multitudinarias protestas palestinas por el traslado de la embajada estadounidense y durante la culminación de la “Marcha del Retorno” con la que reclamaron su derecho a volver a tierras de las que fueron expulsados al fundarse el Estado de Israel en 1948. El 70° aniversario de la creación del Estado judío será recordado hoy por los palestinos como el día de la Nakba (catástrofe).
Anoche, el presidente francés Emmanuel Macron “condenó la violencia de las fuerzas armadas” de Israel contra los manifestantes en Gaza y reafirmó el rechazo de París al traslado de la embajada. Idéntico repu- dio expresó la Unión Europea, que llamó a evitar una escalada “para evitar más pérdidas de vidas”, según su canciller, Federica Mogherini, así como el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
La represión israelí provocó además el rechazo de varias naciones árabes como Jordania y Egipto, al afirmar que el ejército israelí “hizo un uso excesivo de la fuerza contra palestinos indefensos”, mientras que Turquía habló directamente de una “masacre” y corresponsabilizó a Estados Unidos en un comunicado emitido por el Ministerio de Exteriores en Ankara. El presidente Recep Erdogan, consideró una “vergüenza” que el mundo calle ante una “barbarie sistemática de destrucción”, según dijo su portavoz Ibrahim Kalin. ■