Otra familia se inmola en Indonesia y deja un saldo de cuatro muertos
Fue en Surabaya. El día anterior, una pareja y sus hijos atentaron contra tres iglesias. Hubo 13 fallecidos.
Por segundo día consecutivo, una familia entera se inmoló ayer en Indonesia en un atentado suicida que fue reivindicado por la banda terrorista ISIS. En esta ocasión, una familia de cinco miembros, incluida una niña de 8 años que sobrevivió, se hizo detonar contra una comisaría.
El episodio, que provocó la muerte de cuatro de los suicidas y diez heridos - algunos, en grave estado-, se produjo en la ciudad indonesia de Surabaya un día después de que otra familia atentara contra tres iglesias en la misma ciudad con un saldo de 13 víctimas fatales.
El jefe de la Policía Nacional, Tito Karnavian, indicó que la bomba que estalló ayer estaba oculta en dos motocicletas que transportaban a cuatro personas de una misma familia, entre ellos una niña. Aparentemente, al llegar al control de seguridad de la entrada de la comisaría, el artefacto fue detonado por los suicidas. El portavoz de la policía dijo que la niña, que tiene 8 años, sobrevivió a la explosión, y cuatro policías y 10 civiles resultaron heridos. “Había cuatro personas en dos motocicletas. En una de ellas era una niña. Se trata de una familia”, según Karnavian.
La banda islámica ISIS reivindicó el atentado suicida contra la comisaría, anunció el instituto especializado SITE que cita a Amaq, órgano de propaganda de este grupo terrorista.
Según los investigadores, hay un lazo entre los dos ataques pues se trataría de familias que regresaron a Indonesia luego de haber vivido en Siria, donde hay una guerra civil y en la que el régimen de Damasco lucha contra milicias del ISIS.
Esta serie de atentados hace temer por una mayor influencia del grupo te- rrorista en el sudeste asiático, donde ha reivindicado ataques en los últimos tiempos y luego de haber sido reducido a su mínima expresión en Siria y en Irak, países en los que pretendió establecer un califato.
Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo, se vio arrastrado a su propia “guerra contra el terrorismo” con los atentados de Bali en 2002, que provocaron 202 muertos. Las autoridades lanzaron entonces una gran ofensiva contra los islamistas y debilitaron las redes más peligrosas. Atentados suicidas y ataques armados en Yakarta costaron la vida a cuatro civiles en enero de 2016. El domingo pasado, los seis miembros de otra familia entera -los padres, las dos hijas de 9 y 12 años y los dos hijos de 16 y 18 años- hicieron estallar bombas en tres iglesias de Surabaya y causaron 12 muertos. Todos estaban vinculados al movimiento extremista indonesio Jamaah Ansharut Daulah (JAD), que apoya al grupo ISIS, según la policía. El padre, Dita Priyanto, era el líder de la célula local del movimiento JAD. Fue él quien “dio instrucciones a la célula para actuar”, dijo a los periodistas el director de la policía nacional, Tito Karnavian.
Los ataques en Surabaya de ayer y del domingo pueden haber sido provocados por la detención de los líderes de JAD y estar vinculados a enfrentamientos mortales provocados por islamistas en una prisión de alta seguridad en las afueras de Yakarta la semana pasada, añadió Karnavian.
Aman Abdurrahman, líder espiritual del JAD encarcelado desde hace años por ataques terroristas, iba a ser liberado en agosto pasado, antes de ser mantenido en prisión por su supuesta participación en los ataques de Yakarta en 2016.
Ayer la policía también informó de la explosión de una bomba mientras era manipulada en una vivienda habitada por un matrimonio y sus cuatro hijos. Murió la mujer y uno de los chicos. El padre fue abatido por la policía mientras manipulaba el interruptor de un explosivo. El resto del grupo fue arrestado. La Policía especula con que la explosión fue por un error y que, en realidad, la pareja pretendía atentar en otro lugar. ■
Las dos familias vivieron en Siria y regresaron a Indonesia, según dicen los investigadores.