River lo buscó más y se llevó un clásico devaluado en el Monumental
Fue un triunfo justo en Núñez, donde el equipo de Boedo no puede ganar desde hace 14 años.
Era 14 de mayo y la gente de River lo sabía. La fecha no pasó inadvertida en las tribunas. Se cumplían 3 años del episodio del gas pimienta y de aquella eliminación de Boca en la Copa Libertadores 2015, que terminó en manos del equipo de Marcelo Gallardo. Y los hinchas locales lo recordaron. Fue el condimento que le pusieron en la previa a un clásico que quedó devaluado en esta Superliga. Aunque un clásico siempre tiene un precio más alto que otro partido.
En el inicio del torneo se podía presumir que un River-San Lorenzo en la última jornada podía ser muy picante y hasta podía llegar a ser una especie de final para definir el torneo. Sin embargo, ninguno de los dos llegó con chances. El Ciclón en algún momento estuvo cerca de Boca, el campeón del certamen, pero se desinfló. Al menos redondeó una buena campaña y cumplió el objetivo de clasificarse a la Libertadores 2019 de manera directa, sin la necesidad de pasar por el repechaje.
En cambio, River, de flojo andar en gran parte del torneo, tuvo que conformarse con la Sudamericana 2019, lamentando la gran cantidad de puntos que perdió. Porque el equipo metió una gran remontada en las últimas fechas, pero no le alcanzó para la Libertadores.
Anoche, en menos de un minuto, creó una situación de peligro gracias a un gran pase cruzado a Pity Martínez, de parte de un Juan Quintero cada vez más jugador. River también metió un tiro de Saracchi en el travesaño y otro en el palo (de Scocco). Por su parte, San Lorenzo, a pesar de arrancar dormido, intentó acomodarse. Respondió con el buen manejo de pelota del pibe Barrios y sus cambios de frente para tratar de dejar a Reniero de cara al gol. Pero los defensores de River y Armani lucieron atentos.
El plan fue claro para los de Boedo: Piris Da Motta trabajó para contener y Gudiño y Barrios para aprovechar las espaldas de los volantes millonarios por afuera, pero rara vez tuvieron éxito. La sensación era que River estaba más cerca de gol. Pero no lograba definir. Sobre el final, otro gran pase de Quintero dejó solo a Scocco, que dejó atrás a Devecchi pero se trabó cuando tenía que empujarla.
Esa sensación se acentuó en el comienzo del segundo tiempo. River fue a buscar el gol y San Lorenzo se replegó muy cerca de su arco. Pero la resistencia duró menos de diez minutos. Los roles se invirtieron. Pratto salió del área y asistió a Nacho Fernández, que entró como 9 y dejó sin chances a Devecchi. San Lorenzo abandonó su refugio pero le costó generar chances de peligro. Sin Barrios , intentó con Botta, pero no tuvo peso en ataque. Apenas un cabezazo de Reniero y otro de Paulo Díaz que sacó Armani.
River siguió manejando el encuentro, aunque se aplacó. Igualmente se dio el gusto de festejar el triunfo en un clásico que lo tiene como gran dominador del historial, sobre todo en Núñez, donde el Ciclón no gana desde hace 14 años.
Quedará el sabor amargo por no haber reaccionado antes en la Superliga. Así y todo, quedó bien parado de cara al segundo semestre, en el que apuntará todos los cañones a la Libertadores. Y mucho tuvo que ver esa final de la Supercopa Argentina que le ganó a su eterno rival hace dos meses. También un día 14. ■