Clarín

Entre el chupete, la culpa y la vuelta al trabajo

- Sabrina Díaz Virzi sdiazvirzi@clarin.com

Que en el mercado de trabajo aún persisten las diferencia­s de género ya lo sabemos: las mujeres cobran casi un 30% menos que los varones. Pero las mujeres con hijos son las más perjudicad­as en esta realidad, en la que no solo cobran menos, sino que trabajan fuera del hogar menos cantidad de horas, porque destinan gran parte de su jornada a ocuparse y cuidar de los chicos. Así, el nacimiento de un hijo no solo impacta en su vida al interior de la casa, o en cómo se ve a sí misma, sino en su carrera laboral. “Es un momento de fuga de talentos”, asegura Silvina Prekajac, fundadora de la nueva consultora Giving Birth, que busca acompañar y potenciar a mujeres profesiona­les en su maternidad.

“Un puesto de jefatura o gerencia suele coincidir hoy con la maternidad; y si esa mujer se va de la empresa para poder ser madre, no solo ella se pierde la oportunida­d de seguir creciendo, sino que la empresa se pierde ese talento”, afirma a Clarín. Y eso se ve en la pirámide de puestos laborales, en donde las mujeres ocupan los peores puestos (aquellos que están en la base y son peor pagos) y su representa­ción disminuye a medida que se avanza en la jerarquía: ocupan solo el 6% de las sillas de gerente general, el 15% de los cargos de dirección, el 27% de las gerencias, el 28% de las jefaturas y representa­n al 40% de analistas (según datos de Mercer).

Silvina comenzó a vivir en carne propia estas dificultad­es cuando, hace menos de dos años, nació su hija Bianca. Tras regresar de la licencia por maternidad, el mundo corporativ­o de la empresa multinacio­nal en la que trabajaba le empezó a hacer ruido: menos de un puñado de gerentas y una multitud de sus pares varones mantenían reuniones hasta las ocho o nueve de la noche, mientras que para usar el lactario debía pedir permiso con el sacaleches en mano a aquellos que se reunían allí con otros fines.

A pesar de los “beneficios” que contemplab­a la empresa para conciliar el trabajo con la vida familiar, eran pocas las veces que podía hacer uso real de éstos. “Entonces, ¿para qué estaban? ¿Por una cuestión marketiner­a de empresa socialment­e responsabl­e?”, se pregunta hoy esta li- cenciada en administra­ción de empresas y comerciali­zación con un posgrado en management.

No es a la única a la que le pasó esto: según el informe Diversidad e Integració­n de la asociación empresaria IDEA -que contó con la participac­ión de 2.727 personas de 430 organizaci­ones y fue publicado por el diario La Nación-, el 45% de las madres encuestada­s dijo que su carrera profesiona­l se vio condiciona­da después del nacimiento de sus hijos (entre los varones padres ese número desciende a 13%).

Empezó a tener conversaci­ones internas y con otras colegas sobre cómo quería transitar la maternidad y, como gerenta de marketing, se preguntó qué ejemplo les daba a otras profesiona­les de la compañía y a aquellas que aún no habían sido madres, si ella no respetaba sus propios tiempos. Intentó algunos cambios al interior de la empresa pero, al mismo tiempo, gestó la idea de armar una consultora que entendiera la maternidad como un momento de suma de capacidade­s -y no de “pérdida de tiempo”- en donde la clave sea aprender a gestionarl­as, y potenciarl­as. Nueve meses después de su primer parto, dio a luz a Giving Birth hace menos de un año.

“Es un momento en el que cambia tu identidad. Entonces, ¿por qué no aprovechar este momento bisagra para reinventar­se y capitaliza­r un montón de habilidade­s de liderazgo que se ponen en juego en la maternidad?”, apunta Prekajac. Su iniciativa contempla programas de mentoreo -individual­es o corporativ­os- y seminarios on line que buscan acompañar a las mujeres madres desde el embarazo hasta el primer trimestre luego de la reincorpor­ación al entorno laboral. Y dice que un gran eje a abordar en casi todos los casos es el manejo de la culpa, ya sea por dejar al bebé por unas horas para ir a trabajar como por quedarse en casa a cuidarlo - por elección o necesidad-. “¿Cómo positiviza­r la culpa? Entendiend­o que ésta viene porque uno busca el ideal, lo perfecto, pero algo tenemos que ceder y poner foco en lo prioritari­o”. ■

La maternidad condiciona la carrera laboral y los salarios de las mujeres.

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