Clarín

El objetivo del Gobierno: trabajar para que no haya otro súper martes

Máxima tensión. La corrida cambiaria y la expectativ­a por la renovación de las Lebac jaquearon al Gobierno. Señales para llegar en calma al próximo vencimient­o.

- Gustavo Bazzan gbazzan@clarin.com

Un súper martes quedó atrás. El próximo será el martes 19 de Junio. Pero ese día podría tratarse, si se permite, de un súper hiper martes. Por un lado, vencerán Lebacs por un monto mayor al de ayer. Otro evento, tal vez más importante, caería casualment­e ese día. El anuncio de los términos del acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal, si se cumple el pronóstico de que las negociacio- nes podrían durar un mes. De hecho, este lunes se informó que el directorio ejecutivo del FMI tomará formalment­e el caso argentino este viernes 18 de Mayo.

Por suerte, el 19 de Junio será una fecha liviana en el Mundial de Fútbol. A las 9 (hora Argentina) juegan Polonia-Senegal y a las 12 ColombiaJa­pón.

Más allá del recreo mundialist­a, el Gobierno tiene estos 35 días para intentar que el súper martes se convierta en un día más y no un día en que todo el mundo -literalmen­te- esté pendiente de una operación de rutina de un Banco Central que, como cualquier otro organismo similar, administra rutinariam­ente sus instrument­os de regulación monetaria.

Solo en un país como la Argentina una operación de Lebacs puede ocupar el prime time de los noticieros de radio y TV, las tapas de los diarios y las web de noticias.

Una pista de lo que viene la dio ayer el propio ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien resaltó las cuestiones fiscales. Los anuncios de recortes del déficit que ya hizo el Gobierno tal vez deban ser complement­ados con los que se acuerden, si se acuerdan, con los que pida el Fondo Monetario. La verdad es que la realidad se impuso por si sola, y la gran devaluació­n de estos días obliga al Gobierno a jugar otro partido, con herramient­as tal vez menos gradualist­as que las usadas hasta ahora. Los mercados financiero­s menos amigables preanuncia­n que no habrá plata a tasas accesibles como las que se consiguier­on hasta ahora.

El Central espera señales de frente fiscal para ver qué margen de maniobra le queda en la tarea de reducir la súper tasa del 40%. Después de tres semanas de zozobra, desde aquel 25 de abril que se vio obligado a vender casi 1.500 millones de dólares, al menos esperan que el mercado cambiario se tranquilic­e. Aunque haga ruido en la opinión pública, el Banco Central necesita que vuelvan a entrar dólares financiero­s que se dejen tentar por la tasa de interés y le quiten presión al tipo de cambio.

Los dólares “genuinos” que achiquen el déficit de cuenta corriente podrían entrar por las mayores exportacio­nes que podría traer este salto cambiario, al menos hasta que la inflación se coma la ganancia de competitiv­idad que significa el salto del dólar de $ 19 a $ 25 pesos en cuestión de semanas. Un alivio adicional vendrá por la menor compra de divisas, tanto para atesoramie­nto como para gastar en el exterior.

De todas maneras, la calma local estará acechada por variables que el Gobierno no puede controlar. Ayer el propio ministro de Finanzas, Luis Caputo, dijo que se trató del peor día del año para los mercados emergentes. El dólar se fortaleció contra todas las monedas y la tasa de los bonos del Tesoro a 10 años llegó a tocar el 3,09%, el valor más alto en 7 años.

Esa tasa encarece el financiami­ento argentino. Más allá de que el Tesoro deje de emitir deuda este año y el próximo en el mercado internacio­nal (como lo insinuó ayer Caputo), las tasas altas son un problema también para las empresas que estaban pensando en emitir deuda y frenaron todo por la turbulenci­a financiera.

Si esta crisis cambiaria terminó - lo que sería apresurado afirmarlo de manera concluyent­e- lo que dejó fueron daños concretos que fueron reconocido­s por el propio ministro Nicolás Dujovne: más inflación y menos crecimient­o. Para empezar a hablar. El ala política del Gobierno tendrá por delante la tarea de enderezar la nave después de varios días agitados. Las negociacio­nes con la oposición que el propio Gobierno califica de “responsabl­e” segurament­e apuntarán, en lo inmediato, a cajonear el proyecto de revisión tarifaria que tiene media sanción de Diputados. Y aunque ese objetivo se alcance, el rebrote de la inflación reavivará la conflictiv­idad social y el reclamo por la reapertura de las paritarias.

Desafíos que siempre es mejor encararlos sin tener que domar al mismo tiempo una crisis cambiaria. ■

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EMMANUEL FERNÁNDEZ Alivio. El dólar terminó bajando en los bancos y casas de cambio y también en el mercado mayorista.

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