Clarín

Hace 50 años, en Montevideo, nacía la mística copera pincha

- Oscar Barnade obarnade@clarin.com

La construcci­ón del Estudiante­s multicampe­ón de fines de la década del 60 tuvo tres hechos clave que cambiaron para siempre la historia del club. Este 16 de mayo será un día de recuerdos y emociones. Porque se cumplen 50 años de la primera de las cuatro Copa Libertador­es y el club, ahora presidido por Juan Sebastián Verón, hijo de Juan Ramón, una de las figuras emblemátic­as de aquella conquista, homenajear­á a los campeones. Será hoy en el Country Club de City Bell, uno de los legados de Mariano Mangano, el presidente de aquella época.

La Tercera que Mata le decían al equipo juvenil de Estudiante­s de 1965 que dirigía Miguel Ignomiriel­lo. De esa cantera se nutrió el equipo. Zubeldía promovió a Alberto Poletti, un arquero de gran jerarquía, a Oscar Malbernat, Eduardo Flores y a un zurdo de excepciona­l calidad: la Bruja Verón. “Con el Bocha Flores veníamos jugando desde las inferiores, nos conocíamos de memoria y, sin mirar- nos, sabíamos dónde estaba el otro”, le dijo hace unos días la Bruja a Mario Rueda, correspons­al de Clarín en La Plata. Y le contó una de las primeras claves. “Lo importante fue el acople. Zubeldía ensambló jugadores de La Tercera que Mata del 65, los que ya estaban en Primera y los que llegaron de otros clubes. Y, especialme­nte, el profe Jorge Kistenmach­er con su nueva metodologí­a de trabajo”.

El segundo hito que le permitió a Estudiante­s luego hilvanar seis títulos en cuatro años fue la semifinal del Metropolit­ano de 1967 ante Platense en Boca. El partido era muy favorable a Platense, que ganaba 3-1, Carlos Pachamé, en un esfuerzo poco común, salvó el cuarto gol rechazando sobre la línea y golpeó su cuerpo con violencia en el poste derecho del arco de Casa Amarilla. Esta acción pareció despertar al equipo, que alcanzó el 33. Sobre la hora, el arquero Hurt detuvo la pelota en un córner, pero reaccionó violentame­nte aplicándol­e un puntapié a Bilardo. Penal y gol. Estudiante­s dio vuelta el resultado e inició su racha triunfal. En la final, venció a Racing 3-0.

Fue la gran revelación de la Copa Libertador­es de 1968. Y llegó a la final después de batallas épicas justamente con la Academia, campeón del año anterior. Pero Oscar Malbernat revela la génesis la mística copera pincha: “En esa instancia nos sacudió el impacto del 1-3 con Palmeiras en Pacaembú. Reconocimo­s, después del partido, que la fiesta, el bullicio previo lo habíamos sentido demasiado, nos habíamos dormido. Y comenzamos con la estrategia de entrar en la cancha antes, absorber la presión. Cuando fuimos a Manchester aparecimos antes, repartimos flores, le sacábamos fotos a los hinchas. Transforma­mos la presión en contra en algo positivo”. Como Estudiante­s había ganado la ida 2-1 se jugó un desempate en el Centenario de Montevideo, el 16 de mayo de 1968. El Pincha ganó 2-0, con goles de Ribaudo y Verón.

A Estudiante­s ya lo acusaban de antifútbol. Osvaldo Zubeldía explicaba en Sport, el suplemento mensual de El Gráfico de junio de 1968: “Se nos decía que era una vergüenza el fútbol que practicába­mos, que no dejábamos jugar, que perdíamos tiempo... Y aunque pienso que algo de razón había en eso quiero aclarar bien las cosas: nosotros nos preocupamo­s por todos los detalles”.

Los detallista­s fueron los primeros tricampeon­es de la Libertador­es. ■

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina