Clarín

Macri: la crisis cambiaria quedó atrás y no habrá cambios en el Gabinete

La pulseada con los mercados por el valor del dólar

- Guido Carelli Lynch gcarelli@clarin.com

El Presidente ofreció una conferenci­a de prensa en Olivos para dar por cerrada la corrida cambiaria. Dijo que no hay nada que ocultar en la negociació­n con el FMI y que “nadie nos va a condiciona­r”. Admitió falta de coordinaci­ón entre el Gabinete y el Banco Central, pero rechazó la posibilida­d de cambios en el equipo económico. Reconoció que las metas de inflación eran “demasiado optimistas” y pidió a la oposición ayuda para bajar el déficit fiscal. Ayer, el dólar subió 13 centavos y cerró a $ 24,80 sin intervenci­ón oficial.

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Dos de sus últimas tres intervenci­ones habían sido grabadas y prolijamen­te editadas. La primera, el 8 de mayo, en el recordado mensaje de menos de 2 minutos, en el que anunció que el Gobierno empezaría a negociar un préstamo con el Fondo Monetario Internacio­nal. Tres días después viajó hasta Bragado para reinaugura­r un taller ferroviari­o y mostrar- se activo, aunque en su alocución -en vivo, aquella vez- no realizó ningún comentario sobre la corrida cambiaria y la devaluació­n que ya eran una realidad. El martes, el Presidente eligió Morón para convocar a la oposición a un acuerdo para bajar el déficit. Este miércoles, por fin, el Jefe de Estado volvió a hablar en público y a responder las preguntas de los periodista­s. Sus últimas dos conferenci­as -sin contar las que brindó durante visitas bilaterale­s de los presidente­s de Ru- sia, Vladimir Putin; España, Mariano Rajoy; y Chile, Sebastián Pieñera- fueron en Misiones, a principios de abril y durante el retiro “espiritual” en Chapadmala­l, en febrero. La de ayer en Olivos se pergeñó hace 48 horas, cuando el supermarte­s con vencimient­os de Lebacs y la estabilida­d del dólar eran un misterio, cuentan cerca del Presidente.

En el medio, bajo presión, los referentes políticos más importante­s de Cambiemos salieron a ponerle el cuerpo a la crisis, un término que solo utilizó Elisa Carrió. Cuando Macri subió al estrado de la sala de conferenci­as de Olivos, 26 minutos después de la hora pautada -las 17- prefirió hablar de “turbulenci­a cambiaria”, que consideró “superada”, aunque reconoció el nerviosism­o.

El Presidente -sin corbata- lució relajado y buscó enviar una señal de tranquilid­ad. Eligió, al igual que Marcos Peña en su conferenci­a de la semana pasada en Casa Rosada, frases largas. Solo se aceptarían 8 preguntas. Al final, se transforma­ron en 9 repartidas en 38 minutos.

Macri no estuvo solo. Los acompañaro­n varios de sus funcionari­os más importante­s. En primera fila, a la derecha, se sentaron el jefe de Gabinete Marcos Peña; el fortalecid­o ministro del Interior, Rogelio Frigerio; el vocero presidenci­al, Iván Pavlovsky; el secretario de Comunicaci­ón Jorge Grecco, y su segundo, Gustavo Gómez Repetto. A la izquierda, se ubicó el secretario General de Presidenci­a Fernando de Andreis, el secretario de Asuntos Estratégic­os Fulvio Pompeo y los vicejefes de Gabinete Gustavo Lopetegui y Mario Quintana, quien bajó su perfil ostensible­mente desde que la crisis se hizo palpable. Para los últimos dos fue una de cal y otra de arena.

El Presidente ratificó al gabinete económico y asumió su responsabi­lidad en la toma de decisiones. Por otro lado, aceptó que había faltado coordinaci­ón entre los funcionari­os del área económica y el Banco Central y le puso fecha al cortocircu­ito: el 28 de diciembre, el día en que Jefatura de Gabinete ordenó bajar la tasa de re- ferencia del Banco oficial y relajar la meta inflaciona­ria.

Al titular del Central, Federico Sturnezegg­er, en cambio, le devolvió la potestad que aquel día había quedó en suspenso. “En términos de meta inflaciona­ria, en esta nueva etapa vamos a delegar la baja de la inflación en el Banco Central. Un rato antes, el ex diputado del PRO había afirmado sin tapujos que el mercado había cuestionad­o la política monetaria oficial. Macri, con otras palabras, le dio la razón y reclamó más velocidad.

A la hora de la autocrític­a, el Presidente se definió “demasiado optimista” para justificar las viejas metas de inflación. Aunque avisó que a esta altura no cambiará, destacó que el Gobierno no se impondrá metas tan ambiciosas. “La inflación es el objetivo fundamenta­l”, sentenció. Al acuerdo con el FMI lo definió como una “posibilida­d para potenciar a los argentinos”.

Puso por primera vez en boca suya la nueva convocator­ia oficial: el nuevo “Gran Acuerdo Nacional”, término que solo había utilizado Peña. Insistió en que todos -también la oposición más dura que hoy representa­n las organizaci­ones sociales, los sindicatos y el kirchneris­mo serán convocados- aunque también evocó los bolsos del ex funcionari­o kirchneris­ta José López.

El “nuevo GAN” por ahora solo se limitará al Presupuest­o 2019. Al Presidente ese horizonte no lo decepciona. Apeló a la responsabi­lidad de la oposición, a la que endulzó por leyes como la de mercad de capitales, pero ratificó que vetará la ley anti-tarifazo, si el Senado la sanciona. ■

 ?? JUAN MANUEL FOGLIA ?? Papeles. Mauricio Macri, ayer, en Olivos. El Presidente dijo que en la Argentina todavía las tarifas están más bajas que en el resto de los países de la región.
JUAN MANUEL FOGLIA Papeles. Mauricio Macri, ayer, en Olivos. El Presidente dijo que en la Argentina todavía las tarifas están más bajas que en el resto de los países de la región.

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