Un ministro en las sombras para Cambiemos
ERNESTO SANZ
El dirigente radical volvió a la mesa política del Gobierno y estará todos los días en la Casa Rosada.
Ya habían posado entre risas para la foto. También se había esfumado la bandeja de fiambres que sirvió para calmar la ansiedad oral. El almuerzo avanzaba y los comensales devoraban las milanesas -especialidad del cocinero de la Quinta de Olivos que es furor entre los funcionarios-, cuando las dos incorporaciones que hizo el radicalismo a la mesa chica del Presidente endurecieron el tono y soltaron la primera gran propuesta: “Hay que revisar e ir a fondo con quienes ganaron” con la corrida cambiaria de los últimos días, pidieron. Aunque la agenda fue amplia, acaso haya sido el punto más saliente del debut de la nueva cocina de decisiones del Gobierno que trazó Mauricio Macri.
El pedido de revisar la corrida cambiaria fue hecho por el líder radical Ernesto Sanz y el gobernador jujeño Gerardo Morales, quienes se sumaron al jefe de Gabinete Marcos Peña, al ministro del Interior Rogelio Frigerio y al titular de la Cámara de Diputados Emilio Monzó en la primera reunión que hizo el flamante Grupo de 7 dirigentes sobre el que, a partir de esta semana, se apoyará Macri para tomar decisiones.
Ayer, el equipo se vio diezmado por las ausencias del jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, quienes tuvieron actividades de gestión y no participaron. Macri quiere que estos siete dirigentes (los radicales compartirán un lugar eventualmente con Alfredo Cornejo) se junten, una vez por semana, a debatir cuestiones de coyuntura y propuestas para retomar la iniciativa política. La próxima cita ya está agenda: será el lunes.
La sugerencia puntual de Sanz y Morales, según pudo confirmar Clarín de distintas fuentes que estuvieron en la reunión, fue analizar qué actitud tuvieron e “ir a fondo” contra “los que ganaron” con la corrida cambiaria. Ambos dirigentes creen que detrás de la devaluación cercana al 25% que sufrió el peso en los últimos días hubo maniobras especulativas. Esta convicción, aunque algunos evitarán decirlo en público, también la tiene el resto de la mesa. Y va en línea con lo que se anticipó a decir, días atrás, Elisa Carrió, cuando adjudicó la suba del dólar a la influencia de “especuladores”.
El tridente macrista puro, Peña-Frigerio-Monzó asintió. Y el planteo radical quedó sobre la mesa. Pero en el oficialismo ven difícil que desencadene una acción concreta, aunque avisan: “Vamos a tener en el radar quiénes fueron”.
En ese sentido, en la Quinta de Olivos se apuntó a tres frentes concretos: entre los “ganadores” mencionaron a los bancos, la industria alimenticia y el sector rural.
También se invocó el compromiso de todas las partes de cerrar filas y evitar críticas públicas a la gestión y la necesidad de reforzar la convocatoria a la oposición para lograr un acuerdo nacional para achicar el déficit como pide el FMI y lograr el desarrollo de la Argentina,
Tanto Monzó como los radicales, que suelen ser el eje -junto a los Lilitos- más crítico al Gobierno, dejaron en claro en el almuerzo que “hay que poner el hombro por el equipo”, como le gusta decir al Presidente. Fue una manera de dejar en claro que los dardos mediáticos quedaron atrás.
Y si había alguna duda de cómo sería la adaptación de Peña y Monzó en este nuevo esquema, al menos ayer se disipó la tensión. “Hubo muy buena onda entre ellos”, dijo una voz al tanto de la cumbre. Habrá que ver si la pueden sostener en el tiempo.
La preocupación común fue cómo se plasmará finalmente la convocatoria a la oposición. “La convergencia fiscal es uno de los capítulos, tal vez el más urgente, y junto a la oposición tenemos que ponernos muy firmes. Pero el tema excede al Presupuesto 2019. El acuerdo nacional tiene que ser para bajar el déficit y también para lograr el desarrollo de la Argentina”, fue el balance de la mesa.
Otra coincidencia giró en torno a
La preocupación común fue cómo se plasmará la convocatoria a la oposición.
la necesidad de Macri de no dar señales contradictorias y que sea “una apertura en serio”.
Abierto quedó el interrogante respecto al nuevo rol que tendría, en esta nueva configuración de la mesa chica, el tándem integrado por los vicejefes de Gabinete Gustavo Lopetegui y Mario Quintana. Difícil imaginarlos en un rol de poca influencia, especialmente a este último, que supo acumular mucho poder y super pobló de tropa propia varias áreas de Gobierno. Por ahora seguirán en la reunión de coordinación que encabeza Macri todos los días de la semana. A esas cumbres, más amplias y de gestión, se comprometió a asistir el radical Sanz: aunque seguirá haciendo pie en Mendoza por asuntos personales que aún debe arreglar, dijo que pasará por Casa Rosada cada martes, miércoles y jueves. ■