Clarín

Sacaba la basura y murió atropellad­a por tres ladrones

Juana Pérez Chaparro tenía 57 años. Regresó del trabajo a su casa, la limpió, volvió a salir y la mataron al cruzar la calle. Los delincuent­es iban en un auto robado: están prófugos.

- Natalia Iocco niocco@clarin.com

Escapaban de la Policía en un auto y la mataron al cruzar la calle.

El contenedor está abierto. No le funciona el pedal y, para mantenerlo abierto, lo trabaron con una madera. El camión aún no pasó a vaciarlo desde que Juana Pérez Chaparro (57) dejó allí su bolsa de residuos, el martes a las 20.30. En el barrio la conocían como “Juani” y -dicen- “tardaba una hora” cada vez que iba a hacer las compras porque se quedaba charlando con todos los vecinos. Pero esa noche no tuvo ni tiempo de cruzarse con nadie. Llegó de trabajar, ordenó un poco la casa y sacó la basura. “No llegó ni a darse vuelta que apareció un auto y la levantó como estaba; cayó a los 100 metros. Atrás, a toda velocidad, venía un patrullero. Estaba muy mal herida cuando cayó”, reconstruy­e Marissa Antúnez Pérez (27), hija de la mujer. Señala, como en piloto automático, el contenedor, la esquina y el lugar donde encontraro­n a su madre. Repite, casi sin cambiar las palabras, la misma historia, como si tratara de entender.

El auto era un Volkswagen Vento gris. Según fuentes de la Bonaerense, al menos tres hombres armados lo habían robado en Humberto 1° al 1800, en Piñeiro, Avellaneda. El dueño hizo la denuncia y, alertado por el llamado, un patrullero empezó la per- secución. “Un móvil de prevención de la comisaría 2° los detectó en Mariano Acosta y Mitre, cuando intentaban tomar el Puente Pueyrredón y ahí empezaron a perseguirl­os”, informaron las fuentes policiales.

No hubo ni un disparo, pero a Juana, esa persecució­n le costó la vida.

Cuando el Vento y el patrullero llegaron a La Boca, la mujer de 57 años sacaba la basura. “Mi papá se había ido a hacer compras y los vecinos le avisaron lo que había pasado. Ella quedó en la esquina, tirada en el suelo y los vecinos llamaron al SAME. Tardó 35 minutos en venir. Ya estaba casi muerta cuando llegó al Hospital Argerich”, contó Roxana Pérez Antúnez, la otra hija de Juana.

“Juani” había nacido en San Roque, en Paraguay. Viajaba todos los años para visitar a su madre, de 82 años, y porque era devota de la Virgen de Caacupé. Trabajaba en una clínica para diabéticos hacía casi 10 años. “Era ayudante terapéutic­a, maestranza, administra­tiva, un poco de todo. Porque ella era así, una persona muy vital, siempre contenta, con todo por delante. La gente la quería, los pacientes le decían 'doc', aunque sabían que no era médica. Recurrían a ella porque era solidaria y buena con todos. Esto nos destrozó. Que le hayan hecho esto, de esta manera. Yo llegué y mi mamá estaba muerta, no me dieron tiempo ni a despedirme”, se lamenta Marissa, madre de los dos nietos de Juana.

La casa de La Boca está llena de fotos. Imágenes de la Virgen y recuerdos apilados. Sobre una silla hay un vestido rojo. Marissa lo muestra: es el que usó Juana cuando la eligieron reina de la Fiesta de San Blas, en Paraguay.

José Antúnez, que es zapatero y nació al norte de Alto Paraguay, se casó con Juana hace 31 años. Hace más de 20 que tienen su casa en La Boca. “Ahora no sé qué va a pasar, primero me la tengo que llevar a su ciudad, para que esté allá, con su familia, como ella quería. Yo acá no sé si me voy a quedar. Es muy difícil. Esto nos arruinó”, dice, todavía incrédulo ante la tragedia. Los vecinos le avisaron lo que había pasado y fue el primero en verla tirada en el asfalto: “Fui a comprar, no eran ni las 21. Un vecino me avisó que estaba ahí. ‘Te la mataron’, me dijo”, recordó.

Roxana no suelta el teléfono. Está buscando un abogado y pidiendo ayuda para poder ir a la Fiscalía a “ver los papeles”. “Yo no entiendo qué hacer. Queremos saber todo, qué pasó, cómo fue, quiénes son estas personas, mismo la Policía, saber si hicieron bien. Fuimos a la comisaría de la Policía de la Ciudad y a la de Avellaneda. No nos dicen nada. Necesitamo­s que esto no quede impune”, se desespera. Y sigue: “Nadie nos vino a ver, ni a investigar nada. Nosotras pedimos las cámaras de seguridad de los vecinos para ver qué pasó, porque ni eso. Para la Policía ya está, la mataron. Pero es mi mamá, nosotras queremos saber todo. Y que los agarren”, se desespera.

El Vento apareció en la Isla Maciel, en Pinzón y las vías. Para la Policía los asaltantes fueron hacia allí y, acorralado­s, dejaron el auto y huyeron. Anoche seguían prófugos. ■

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 ?? NÉSTOR GARCÍA ?? Reclamo y recuerdo. Marissa y Roxana Antúnez, hijas de Juana Pérez Chaparro (der.), reclaman justicia acompañada­s por su padre, el zapatero José Antúnez, ayer en La Boca.
NÉSTOR GARCÍA Reclamo y recuerdo. Marissa y Roxana Antúnez, hijas de Juana Pérez Chaparro (der.), reclaman justicia acompañada­s por su padre, el zapatero José Antúnez, ayer en La Boca.

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