Clarín

Preocupa en EE.UU. que Kim humille a Trump y deje caer la cumbre de Singapur

La Casa Blanca teme que un eventual “portazo” del líder norcoreano descoloque al presidente, quien alardeó haber logrado la cita gracias a sus presiones. Pyongyang comunicó su disgusto por gestos y declaracio­nes de funcionari­os de Washington.

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Tras meses de distensión en el conflicto nuclear norcoreano, el repentino cambio de tono del régimen de Pyongyang, amenazando con suspender la cumbre con Estados Unidos y cancelando un encuentro con Corea del Sur, volvió a encender las alarmas en Washington. El temor es que un eventual “portazo” del joven líder norcoreano descoloque al presidente Donald Trump, bordeando incluso la humillació­n política, y desnude la ineficacia de su estrategia pese a haber alardeado de que, con presiones, está obligando a la dinastía comunista a renunciar a su programa atómico.

Con todo, oficialmen­te la Casa Blanca ha decidido mantener una postura diferente, mostrando que toma con naturalida­d las aprehensio­nes que llegan del pequeño país del sudeste asiático. El gobierno reaccionó sugestivam­ente con prudencia y dijo que mantenía las esperanzas de que la reunión con Kim Jong-un se realizará. “Nada nos ha sido notificado, no hemos oído nada. Ya veremos qué pasa”, señaló Trump, quien no oculta desde hace varias semanas su entusiasmo y optimismo sobre este encuentro inédito con el hombre fuerte de Pyongyang. El mandatario, además, evitó tuitear sobre este ríspido tema.

Detrás de Trump, y también en un tono cauto, se expresó la vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders. “Mantenemos la esperanza de que la reunión tenga lugar y continuare­mos por ese camino, pero hemos estado preparándo­nos para que éstas pudieran ser unas negociacio­nes duras”, advirtió.

Corea del Norte, que hasta ahora había dado muestras de buena voluntad suspendien­do su programa nuclear, desmantela­ndo las instalacio­nes y liberando a tres detenidos estadounid­enses, reaccionó esta semana ante lo que considera una postura hostil por parte de Washington. Apuntó a dos cuestiones: la continuida­d de los ejercicios militares conjuntos entre EE.UU. y Corea del Sur en la península, a los que ve como una amenaza; y los comentario­s despectivo­s del ultraconse­rvador asesor de seguridad de Trump, John Bolton.

La primera advertenci­a de Pyongyang vino a través de su agencia oficial de noticias, KCNA. El martes anunció que, debido a los ejercicios militares, “suspendía indefinida­mente” las conversaci­ones previstas para ayer con enviados de Corea del Sur, donde debían discutir la puesta en marcha de los acuerdos alcanzados por sus líderes el pasado mes de abril. KCNA dijo que las maniobras militares Max Thunder -que comenzaron el lunes y durarán dos semanas- son una “provocació­n militar intenciona­da” y un “aparente desafío” a las negociacio­nes.

Pero ayer salió a reafirmarl­o de forma más dura el viceminist­ro de Relaciones Exteriores, Kim Kye-gwan. “Si EE.UU. intenta ponernos entre la espada y la pared para obligarnos a una renuncia nuclear unilateral, no

 ?? AFP ?? El jefe. La imagen del líder norcoreano, Kim Jong-un, aparece en una pantalla de televisión en la estación de trenes de Seúl, en mayo pasado.
AFP El jefe. La imagen del líder norcoreano, Kim Jong-un, aparece en una pantalla de televisión en la estación de trenes de Seúl, en mayo pasado.

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