EL DIFÍCIL CAMINO DE LAS NEGOCIACIONES
● En marzo pasado, cuando había comenzado el deshielo entre las dos Coreas, el presidente estadounidense Donald Trump aceptó reunirse con el líder norcoreano Kim Jong-un para negociar un acuerdo destinado a “desnuclearizar” la península.
● Para definir los detalles del encuentro Trump envió dos veces a Pyongyang a su canciller, Mike Pompeo. En el primer viaje, du- rante las Pascuas, se reunió con Kim directamente. En el segundo, a principios de mayo, lo hizo con altos funcionarios norcoreanos.
● Cuando Pompeo regresó del primer viaje surgieron algunas discrepancias. Esto llevó a Trump a afirmar que no concurriría a la cita si antes no veía “pasos concretos y acciones concretas” de Kim.
● Con el segundo viaje de Pompeo la situación se fue encausando. Ayudaron los gestos de buena voluntad de Norcorea, que anunció la suspensión de su plan nuclear, el desmantelamiento de una planta atómica y la liberación de los últimos detenidos estadounidenses.
● En las últimas semanas la Casa Blanca insistió en que la apertura de Norcorea fue producto de las presiones internacionales, algo que irritó a Pyongyang. El régimen de Kim considera que justamente el desarrollo de su programa armamentístico es el que lo posiciona para negociar como potencia nuclear. Por eso el término “desnuclearización” está abierto a interpretaciones.
● El otro tema que molesta al régimen de Norcorea son los ejercicios militares conjuntos en la península que realizan EE.UU. y Corea del Sur.