Mascherano se prepara para la última batalla
Sabe que esta vez le toca correr desde atrás. Por eso pidió permiso en China y volvió al país una semana antes.
Habrá que entender lo que siente Javier Mascherano mientras corre bajo el cielo de Ezeiza ante la atenta mirada de Jorge Sampaoli. O al menos intentarlo. Pisó este predio cuando tenía apenas quince años, en 1999, para participar en un entrenamiento de las selecciones juveniles. Hoy, a 19 años de aquel primer contacto con la celeste y blanca, solicitó un permiso especial en el Hebei Fortune, su nuevo club, para volver a Argentina antes del final del campeonato chino y comenzar cuanto antes con su preparación. Acciones, más que palabras, son las que definen el compromiso del Jefe con Argentina.
Mascherano es uno de los cinco futbolistas de la avanzada celeste y blanca que se entrenan desde el lunes en Ezeiza con la certeza de que ya tienen asegurado un lugar en el Mundial. Además, están Sergio Agüero, Nicolás Tagliafico, Eduardo Salvio y Manuel Lanzini. Todos ellos -junto a sparrings- están realizando trabajos preparados por Sampaoli. Pero el de Mascherano es un caso especial.
Poco importó el largo viaje de re- greso desde China o el famoso jet lag de adaptación. Mascherano realizó algo parecido a lo que había hecho el vasco Isidro Lángara a fines de la década del 30, cuando bajó del avión que lo traía de México y ni bien llegado fue al Gasómetro para jugar con San Lorenzo un partido ante River, en el que marcó cuatro goles.
Salvando las distancias, lo de Mascherano también es para remarcar. Con 33 años en su documento (poco antes del Mundial, cumplirá los 34), ya sabe que estará entre los 23 convocados para Rusia, pero también que esta vez le tocará correr desde atrás, ya que su presencia ahora entre los titulares es una incógnita.
Su posición también varió en estos cuatro años e inclusive en este breve ciclo de Sampaoli, quien empezó considerándolo defensor, luego acordaron que volvería al medio y en esta última lista de 35 apareció de nuevo como defensor. Igual también lo tendrá en cuenta en el medio.
Con 142 presencias con la Selección Mayor, el Jefecito está a sólo tres partidos de igualar a Javier Zanetti, el jugador que más veces vistió la celeste y blanca en la historia, por lo que a lo largo del Mundial podría superarlo.
Si bien ganó dos medallas doradas (en los Juegos Olímpicos de 2004 y 2008) y fue multicampeón con el Barcelona, es, para varios integrantes de esta sociedad exitista, un "perdedor" por aquellas finales con derrota en las Copas América de 2004, 2007, 2015 y 2016, y en la del Mundial de Brasil, todas ellas con Argentina. Es, también, uno de los líderes del vestuario y uno de los que más llegada tiene a Lionel Messi, su ex compañero en Barcelona.
Está claro: la vida futbolística de Mascherano está íntimamente ligada a la Selección, a tal punto que debutó con Argentina un mes y medio antes que en la Primera de River, el club en el que hizo las Inferiores. Ahora, el final se acerca: su presente en la liga China -un torneo sin el roce de las grandes ligas- hizo que inclusive algunos cuestionaran su convocatoria para Rusia 2018. Sin embargo, allí está el Jefecito, corriendo bajo el cielo de Ezeiza mientras sueña con un título en su última batalla con la camiseta celeste y blanca. ■