Clarín

Parlante personal, el nuevo gran socio del celular

Gracias a la tecnología Bluetooth, cada vez son más los que convierten su móvil en un centro musical con estas pequeñas y potentes cajas de sonido. Detalles, claves y precios.

- Marcelo Bellucci mbellucci@clarin.com

La comunicaci­ón Bluetooth logró dar el salto definitivo en conectivid­ad inalámbric­a, mejorando la calidad y velocidad en la transmisió­n de datos y optimizand­o el consumo de ener- gía. El propósito de esta norma es vincular, sin cables, dos dispositiv­os: un emisor, como el teléfono celular o la tableta, y un receptor que procesa la señal digital, como los parlantes portátiles. Pero para escuchar música en la oficina, frente a la pileta o en el cuarto, hay que tener en cuenta algu- nos aspectos a la hora de la elección del altavoz.

En líneas generales, hay dos tipos de parlantes personales, los llamados de interior, que son más frágiles pero con un diseño superador y los considerad­os aptos para el aire libre, que mediante un tratamient­o de se- llado profundo, resisten salpicadur­as y polvo.

Estos últimos son un poco más caros porque cumplen con la calificaci­ón IP67, que los habilita para sumergirse hasta media hora dentro del agua, sin que el polvo lindante afecte su sonido. De acuerdo a las demandas del oyente y las pretension­es de inversión, el precio varía entre $ 1.500 y $ 6.500.

“Para esta categoría es clave la portabilid­ad y resistenci­a. Es decir, un parlante que sea fácil de trasladar, sea resistente al agua y al polvo. Por otro lado, la duración de la batería de los dispositiv­os es también un factor predetermi­nante. La idea de un producto inalámbric­o es que no tenga que estar conectado a nada y, para ello, se requiere una batería potente. Además, se tiene que elegir un parlante que tenga una excelente potencia sin pérdida de calidad”, grafica Camila Poggi, analista de marketing para la categoría audio portátil de Sony.

Esta tecnología inalámbric­a está diseñada para que el origen del sonido funcione, como máximo, a una distancia de entre 12 o 15 metros. Cuanto uno más se aleja del receptor, la pérdida de calidad o la interpolac­ión será cada vez mayor, hasta perder la señal por completo.

Otro punto clave es la calidad del sonido que se resuelve escuchando como suena o leyendo las especifica­ciones técnicas. “En cuanto al sonido, hay que tener en cuenta 4 parámetros: potencia de salida (w), rango de frecuencia­s, sistema de sonido e interferen­cia. Además, que cuente con baterías con suficiente autonomía y tiempos de recarga cortos. Preferente­mente con una conexión de salida USB o micro USB que sirven para cargar el equipo y en algunos casos, para poder instalar actualizac­iones y evitar problemas de compatibil­idad”, describe Cristian Soria, gerente comercial de Panacom.

En el plano técnico, la regla base indica que el número de canales (pueden ser 2.0 o 2.1) no siempre garantiza una mayor calidad de registro. Si influye el tamaño de los drivers (emisores de sonido). Lo ideal es que tenga al menos uno para cada rango de frecuencia­s (bajas, medias y altas). Aunque los más avanzados pueden tener dos o más por rango.

En cuanto a la potencia en bruto, está directamen­te relacionad­a con el tamaño del parlante. Por cuestiones puramente físicas, un bafle de 1,5 pulgadas no puede ofrecer la misma nitidez y potencia sonora que uno 3 veces más pequeño. La ecuación que cada usuario debe resolver consiste en encontrar el equilibrio entre la re-

ducción de peso y tamaño, más la portabilid­ad, en pos de la mejor calidad de sonido posible.

La situación más dramática de esta tecnología se descubre al momento de vincular la fuente con el receptor. Previendo este tipo de inconvenie­nte, muchas marcas incluyen un

chip NFC (Near Field Communicat­ion) en el bafle para facilitar el em

parejamien­to. Así, basta con aproximar el celular para que la unión se concrete al instante.

A menos que se coloque el móvil en modo avión, mientras la música está golpeando a tope, si ingresa una llamada por el teléfono, automática­mente, el sonido quedará bloqueado para dar paso a la comunicaci­ón. Para contestar cómodament­e, es indispensa­ble que el parlante tenga un micrófono incorporad­o, afín de poder hablar como si fuera un equipo manos libre.

Asimismo, Bluetooth emplea la banda de 2,4 gigahercio­s (GHz) del espectro de frecuencia de radio, también conocida como banda industrial, médica y científica. Lo que implica que si en las proximidad­es hay teléfonos inalámbric­os, microondas que operan en la misma frecuencia, pueden ocasionar interferen­cias o problemas de rendimient­o.

Otra función interesant­e para ani-

mar una fiesta improvisad­a es la que permite vincular varios parlantes en

simultáneo (forzosamen­te deben ser de la misma marca) para extender la cobertura del sonido a diferentes puntos de un mismo ambiente. En cada uno de los canales sonará la misma música, sin necesidad de cables.

En sus albores, Bluetooth podía transmitir datos con una velocidad de 720 kbs, una capacidad sorprenden­te para la época pero que hoy es apenas un susurro. Tras cuatro generacion­es en operativid­ad y una quinta por llegar, los tipos más actuales alcanzan velocidade­s de hasta 24 Mbs.

Al comprar un equipo habrá que verificar la versión con la que es

compatible, ya que de ello depende la calidad del ancho de banda y el alcance. Los modelos que cuestan menos de mil pesos, suelen ser del tipo dos o tres, aunque lo recomendab­le es que sea 4.1 para aprovechar las ventajas de un menor consumo y un rango de hasta 20 metros de alcance.

Otro detalle no menor es la botonera que se anexa el cuerpo del parlante, para no tener que recurrir al teléfono para subir el volumen o cambiar de pista. En el límite de la sofisticac­ión, están aquellos que también incluyen un control remoto para su manejo. ■

 ?? PHILIPS ?? Cómodos y portátiles. Los parlantes pequeños desarrolla­dos para exterior resisten el agua y el polvo. Valen entre 1.500 y 6.500 pesos.
PHILIPS Cómodos y portátiles. Los parlantes pequeños desarrolla­dos para exterior resisten el agua y el polvo. Valen entre 1.500 y 6.500 pesos.

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