La asaltaron y la mataron mientras barría la vereda
Las chinelas y la escoba quedaron en la vereda. Así de intempestivo fue el ataque. A Delfina del Valle Tartalo (87) la metieron dentro de su casa, en Miguel de Unamuno al 1600 (Barracas), y la golpearon. Le fracturaron el tabique, le perforaron el tímpano, le dieron trompadas en la cara y dos culatazos en la cabeza. Cayó inconsciente hasta que unos veci- nos la encontraron y llamaron a la ambulancia. La trasladaron al Hospital Penna, donde murió horas después. Los investigadores determinarían luego que fue asaltada por dos ladrones que se llevaron plata, ropa y un grabador, y escaparon en bicicletas que también robaron.
El crimen conmocionó al barrio. La puerta de la casa de Delfina tenía ayer un cartel pegado con la hora y la di- rección del velorio de la mujer, madre de tres hijos, abuela de seis nietos y bisabuela de otros tres. “Así era ella, siempre buena, siempre sonriente. Una persona alegre, que cuidó de su familia”, contó a Clarín Julio Roble (60), hijo de la víctima, mientras mostraba una foto de su mamá.
Fuentes del caso informaron que los dos asaltantes habrían intentado comprar en un kiosco, a metros de la casa de la jubilada. Fue ahí que vieron a Delfina: “Ya sabíamos que había muchos robos en el barrio, mi mamá ya andaba con cuidado. Salía día por medio, a eso de las 7.50, a barrer la vereda. Todos la conocían, de tantos años de verla caminando por la zona. Fue algo al voleo, la vieron y la metieron a la fuerza. No sé qué pensaban que iban a encontrar”, analizó Julio.
Delfina era viuda y había sido ama de casa toda su vida. Vivía con Silvia, su hija de 62 años. El miércoles, poco antes del robo, ella se había ido a trabajar y por eso los asaltantes encontraron sola a la jubilada.
En la cuadra, cansados de los robos, organizaron grupos de WhatsApp, pusieron luces comunitarias y las activan ante algún movimiento sospechoso. Nada de eso alcanzó. ■